Asia

Corea del Norte

EE UU no descarta la opción militar contra Corea del Norte

Pyongyang tendrá la «respuesta adecuada» si no detiene de inmediato su programa nuclear y de misiles, amenaza Rex Tillerson.

El ministro de Asuntos Exteriores surcoreano, Yun Pyung-Se (d), y el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, ofrecen una rueda de prensa tras su reunión en Seúl.
El ministro de Asuntos Exteriores surcoreano, Yun Pyung-Se (d), y el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, ofrecen una rueda de prensa tras su reunión en Seúl.larazon

Pyongyang tendrá la «respuesta adecuada» si no detiene de inmediato su programa nuclear y de misiles, amenaza Rex Tillerson.

El secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, dio ayer un golpe sobre la mesa y amenazó a Pyongyang con hacer uso de la fuerza si es necesario, una amenaza que descarta la apertura de cualquier negociación –como pide Pekín– mientras Pyongyang no congele sus programas nucleares y de misiles. Las negociaciones «sólo pueden lograrse mediante la desnuclearización y la renuncia a sus armas de destrucción masiva. Sólo entonces estaremos dispuestos a mantener conversaciones», dijo en clara referencia a las continuas violaciones que el régimen comunista ha realizado desde que en 1992 se comprometiera a abandonar su programa nuclear. «La política de paciencia estratégica ha finalizado. Estamos explorando una nueva serie de medidas diplomáticas, económicas y de seguridad. Todas las opciones están sobre la mesa», agregó desde Seúl en rueda de prensa.

Pese a que insistió en que su país no desea un conflicto militar, señaló que si Pyongyang pone en peligro a su aliado surcoreano o a las tropas estadounidenses destacadas allí, «recibirá una respuesta adecuada». Precisamente, el «Reino Ermitaño» ha amenazado con probar este año un misil de largo alcance capaz de llegar a territorio norteamericano y en menos de un mes ha lanzado cinco cohetes de alcance intermedio, de los que tres han acabado en aguas bajo control nipón. Dichos lanzamientos han sido vistos por los analistas como un intento de poner a prueba a la nueva Administración Trump, quien ayer reforzó la amenaza de su secretario de Estado en su cuenta de Twitter: «Corea del Norte se está portando muy mal. Han estado ‘‘jugando’’ con EE UU durante años», dijo, y acusó a China de haber «hecho poco por ayudar».

Este mensaje llegó tras la visita que Tillerson realizó a la zona desmilitarizada que separa a las dos Coreas y que está considerada como la última frontera de la Guerra Fría. La gira por Asia de Tillerson, que ayer se reunió con el ministro surcoreano de Exteriores, Yun Byung-se, tuvo su primera parada en Japón. Allí ya admitió que la estrategia estadounidense sobre Corea del Norte en los últimos 20 años había fracasado. Y hoy, en medio de la escalada de tensión que se vive en la península coreana, el enviado de Trump llega a Pekín, donde tiene previsto encontrarse con el ministro de Exteriores, Wang Yi; el consejero de Estado Yang Jiechi; y el presidente Xi Jinping, para pedirles que refuercen sus sanciones contra Pyongyang.

Para el ex consejero delegado de la petrolera Exxon Mobil, la reacción de China es «inadecuada y preocupante» y cree que si ésta aislara aún más a Corea del Norte, país al que ha dejado de importar carbón –la principal fuente de ingresos en divisas del país–, sería posible detener la instalación del escudo antimisiles THAAD en territorio surcoreano que tanto ha molestado al gigante asiático.

Tillerson insistió ayer en que el sistema THAAD, destinado a interceptar misiles norcoreanos, es una «herramienta defensiva», pero Pekín se opone con firmeza a su instalación porque está dotado con potentes radares que permiten vigilar parte de su territorio. Por ello, ha comenzado una campaña –no reconocida oficialmente– con la que está tratando de boicotear los productos y series de televisión surcoreanas. Mientras tanto, Washington aborda la posibilidad de que en las inminentes elecciones en Corea del Sur, adelantadas tras deponer a la anterior presidenta Park Geun Hye, se haga con el poder Moon Jae In, conocido por su postura en favor del diálogo con Pyongyang y que pretende revisar el acuerdo para la presencia de ese sistema armamentístico.

La visita de Tillerson coincide con las maniobras militares conjuntas que surcoreanos y estadounidenses realizan anualmente, y que son vistas por Corea del Norte como un ensayo para la invasión de su territorio.