Precampaña en Francia
Le Pen y Zemmour se disputan la hegemonía en la ultraderecha francesa
El polemista ficha como jefe de campaña al líder de Reagrupamiento Nacional en el Parlamento Europeo
La ultraderecha francesa está en plena batalla de cara a las presidenciales del mes de abril. Tanto Marine Le Pen como Éric Zemmour quieren hacerse con la hegemonía de un espectro político que, hoy por hoy, tiene muchas posibilidades de enfrentarse en una eventual segunda vuelta al actual presidente Emmanuel Macron.
En esta guerra por liderar la ultraderecha, ambos candidatos van lanzándose zarpazos casi a diario pero el de este jueves ha tenido un valor especial con nombre propio: Jérôme Rivière, presidente del grupo de eurodiputados del Reagrupamiento Nacional (RN), que ha dejado las filas de Le Pen para unirse a la campaña de Zemmour. Un golpe estratégico de amplio alcance a menos de tres meses de la cita con las urnas.
Rivière ha justificado su decisión por la vía pura del pragmatismo explicando que “Le Pen no tiene ninguna posibilidad de ganar” y de esta forma ha dejado sus funciones al frente del grupo europeo del RN de Le Pen para fichar por Reconquista, el partido de Zemmour, donde ocupará desde ahora funciones de vicepresidente y portavoz de la campaña del polemista de ultraderecha.
La nueva función de Rivière no es casual. Tras un impacto brutal en los sondeos el pasado otoño, cuando Zemmour llegó a ser segundo tras Macron y bordeó el 18% de intención de voto, numerosos patinazos han ido minando su campaña desde hace un mes hasta situarlo por detrás de Le Pen y de la conservadora Valérie Pécresse. En estas últimas semanas se han multiplicado los ataques de Le Pen, quien se autopresenta como una candidata seria con programa y experiencia frente a las polémicas constantes de Zemmour.
Le Pen ha ido consiguiendo con esa estrategia dar la vuelta a las encuestas y ahora mismo estaría situada unos 3 puntos por delante de Zemmour, 17% a 14% según el último sondeo publicado por Harris Interactive para la revista “Challenges” el pasado miércoles. Es en este contexto en el que Zemmour ha querido dar un zarpazo a su rival con el fichaje estrella de Rivière.
Rivière ha justificado su decisión este jueves por la mañana en la cadena BFM explicando que tras las elecciones regionales del año pasado, en las que la formación de Le Pen perdió los duelos en todas las regiones en favor de socialistas y conservadores, él tuvo “la convicción de un techo de cristal que ella nunca logrará romper”. Se trata de una teoría muchas veces esgrimida para explicar que la formación de Le Pen, tanto padre como hija, perdiesen las segundas vueltas en presidenciales, regionales o municipales. Lo que sorprende es que sea utilizada en este momento, con las campañas diseñadas a menos de tres meses de las presidenciales.
Rivière ha tenido palabras de agradecimiento para Le Pen y sobre todo para su nuevo jefe de filas, y ha subrayado que “Zemmour no es una personalidad brutal” y que tiene la llave para romper el cordón sanitario entre conservadores y ultraderecha, clave estratégica para las posibilidades de los populistas, calificativo que el propio Rivière reivindica.
La receta de Zemmour es la apuesta por la nostalgia de un pasado glorioso de Francia al que le gustaría regresar. Su Francia es un país que, asegura, fue la Roma de Occidente, que está en declive desde la derrota de Napoleón en Waterloo y que ahora se encuentra al borde de la guerra civil y la extinción. Cuando Zemmour afirma que el islam es incompatible con Francia o propone prohibir los nombres lejanos a una raíz judeocristiana como Mohamed, apela a esta sensación de país a la deriva.
Este movimiento de cambio de filas de Jérôme Rivière en la ultraderecha llega una semana después de que el Gobierno francés decidiera la disolución de un grupúsculo de ultraderecha señalado como el responsable de las agresiones contra un grupo de activistas antirracistas durante el mitin de apertura de la campaña de Zemmour el pasado mes de diciembre cerca de París. Según anunció el ministro del Interior,Gérald Darmanin, los motivos de la decisión son los llamamientos al “odio y la violencia” que hacían la veintena de miembros de la formación Zouaves Paris.
Para reclamar su relato nacional, Zemmour ha llegado a reivindicar a Philippe Pétain, el líder de la Francia que colaboró con los nazis en la deportación de judíos a Auschwitz y otros campos, precisamente desde Drancy, a 20 minutos a pie de donde él creció. Le Pen ya tomó distancias de todo ello cuando comenzó su proceso de desdiabolización del Frente Nacional, engendro del Reagrupamiento Nacional, cortando los vínculos con su padre.
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