Desconfianza

La OTAN no cree que la desescalada anunciada por Rusia sea real

Stoltenberg ve motivos para un “cauto optimismo” ya que los contactos diplomáticos continúan

Jens Stoltenberg ha comparecido ante los medios de comunicación durante el transcurso del encuentro en Berlín entre el canciller Olaf Scholz y Vladimir Putin.
Jens Stoltenberg ha comparecido ante los medios de comunicación durante el transcurso del encuentro en Berlín entre el canciller Olaf Scholz y Vladimir Putin.STEPHANIE LECOCQAgencia EFE

Las últimos mensajes por parte del Kremlin han sido acogidos con una mezcla de alivio y desconfianza por parte de los Aliados de la OTAN. Pese a que el ministerio de Exteriores ruso ha anunciado la retirada de algunas tropas en la frontera con Ucrania, la organización militar no cree que esto pueda considerarse una desescalada como tal. A pesar de esto, los nuevos contactos diplomáticos hacen que la Alianza vea motivos para un “cauto optimismo”, según ha señalado su secretario general, Jens Stoltenberg.

El político noruego ha comparecido ante los medios de comunicación antes de la reunión de los ministros de Defensa que tendrá lugar este miércoles y jueves en Bruselas y durante el transcurso del encuentro en Moscú entre el canciller Olaf Scholz y Vladimir Putin.

De momento, la prudencia se impone. “Lo que tenemos que ver es una retirada de tropas. Pero no sólo de tropas, también de equipamiento”, ha señalado Stoltenberg, quién también ha recordado que no es la primera vez que Moscú mueve algunos efectivos y luego vuelve a colocarlos rápidamente, como ya sucedió durante la pasada primavera.

“Hasta ahora no hemos visto ningún signo de desescalada sobre el terreno por parte de Rusia. Las últimas semanas y días hemos visto todo lo contrario: una acumulación militar continua, con más tropas, más batallones, más capacidades punteras, artillería, defensas aéreas, misiles y todo tipo de apoyo”, ha abundado. La inteligencia estadounidense incluso señala que la incursión militar podría producirse este miércoles, 16 de febrero, lo que ha llevado al presidente ucraniano, Vlodimir Zelenski, ha declarar este día como Día de Unidad. La bandera nacional será izada en las instituciones oficiales y el gobierno invita a los ciudadanos a que hagan lo mismo en sus hogares.

Aunque la OTAN cree que las posibilidades de un ataque inminente en suelo ucraniano no se hayan evaporado, la organización militar está dispuesta a nuevos contactos con el Kremlin tal y sucedió con la celebración del último Consejo OTAN-Rusia, si bien esto no significa que esté dispuesta a hacer grandes concesiones a Moscú. El secretario general ha vuelto a recordar que la Alianza mantendrá su “política de puertas abiertas”, en referencia a los deseos del Kremlin de vetar la entrada de Ucrania y Georgia en la organización militar.

Tal y como aseguró la OTAN en su carta de respuesta al Kremlin, el diálogo con Rusia está tan sólo circunscrito a mayor transparencia sobre maniobras militares en el flanco Este y mayor control sobre despliegue de misiles de corto y medio alcance. Esto no incluye que la Alianza esté barajando una retirada total de sus tropas en los países que se adhirieron a la organización partir de 1997- las tres repúblicas bálticas y los países del Este- tal y como pretende Putin.

A pesar de las constantes apelaciones al diálogo, Stoltenberg ha vuelto a recordar que un ataque a la soberanía territorial de Ucrania conllevará pagar un “alto precio” por parte de Rusia. Desde hace semanas, tanto la UE como EEUU están coordinando sanciones económicas contra el país que restringirían las exportaciones en sectores estratégicos y también impondrían restricciones a las entidades financieras rusas. Incluso se podría desconectar a Moscú del sistema de transferencias electrónicas SWIFT, lo que dejaría al país en la misma situación de aislamiento internacional que Irán.