Europa

Qué es la OTAN, qué países la componen y como ha ido expandiéndose hacia el Este

La política de puertas abiertas declarada por la Alianza Atlántica, incluida en su tratado fundacional, hace que, en general, la adhesión sea una opción para las naciones soberanas

Mapa expansión de la OTAN
Mapa expansión de la OTANStatista

La ampliación de la OTAN, la alianza militar europeo-norteamericana, hacia el este de Europa desempeña un papel fundamental en el conflicto entre Rusia y Ucrania. Vladimir Putin ha sacado a relucir en repetidas ocasiones el tema de la OTAN en relación con Ucrania. Según este, la Alianza Atlántica debería revocar oficialmente su invitación de adhesión a Ucrania y Georgia, pues el avance de la organización hacia el este era una de las líneas rojas marcadas por el presidente ruso.

Rusia considera a Ucrania una parte importante de su esfera de influencia y en eso ha basado su invasión. Al igual que Bielorrusia, Ucrania no solo tiene una importancia geopolítica para Rusia como Estado tapón frente a Occidente, sino que también se la considera un importante aliado cultural e histórico.

Expansión de la OTAN hacia el Este
Expansión de la OTAN hacia el EsteStatista

Si bien la solicitud de ingreso a la alianza de Ucrania se remonta a 2008 y es poco probable que la adhesión se produzca a corto plazo, el contexto más amplio de expansión del tratado hacia el este ha sido interpretado como una afrenta por parte de Vladimir Putin durante mucho tiempo. En diciembre, en su conferencia de prensa anual de fin de año advirtió que cualquier movimiento de la OTAN hacia el este era “inaceptable”.

Desde entonces ha repetido su petición de prohibir las expansiones de la alianza, pero sin éxito. La política de puertas abiertas declarada por la OTAN, incluida en su tratado fundacional, hace que, en general, la adhesión sea una opción para las naciones soberanas, a pesar de las posibles consecuencias geopolíticas. La organización, que comenzó en 1949 con 12 miembros fundadores, ha atraído desde entonces a nuevos países, especialmente en las dos últimas décadas, de Europa del Este y los Balcanes.

La «política de puertas abiertas» de la OTAN, que se basa en el artículo 10 del Tratado de Washington y que establece que la adhesión está abierta a cualquier «Estado europeo que esté en condiciones de promover los principios de este Tratado y de contribuir a la seguridad del área del Atlántico Norte», no excluye la oportunidad de que cualquiera de estos Estados se incorpore a la alianza. Sin embargo, estas decisiones dependen de la voluntad soberana de estos Estados.

Suecia o Finlandia en principio parecen estar tratando de entrar dada su historia y su situación geográfica, pero hemos visto cómo han intensificado su cooperación con la OTAN en los últimos años como consecuencia de la creciente asertividad de Rusia.

Orígenes de la OTAN

Aunque en un primer momento era sobre todo una organización política, la guerra de Corea hizo que se planteara como una coalición permanente con una estructura militar. La existencia de la OTAN adquirió su pleno significado en un mundo dominado por la Guerra Fríaentre dos potencias opuestas con sistemas políticos y económicos rivales -Washington y Moscú- que se repartían sin disimulos sus correspondientes zonas de influencia. El enemigo estaba claro. De hecho, la URSS creó, como respuesta al nacimiento de la OTAN, el Pacto de Varsovia en 1955.

El derrumbamiento de la URSS y la emergencia de nuevas amenazas como el terrorismo internacional tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 en EEUU hicieron que los viejos dogmas sobre los que se había creado la Alianza se tambalearan. Desde entonces la OTAN ha debido adaptarse a unos nuevos tiempos en los que los enemigos se multiplican e incluso mutan.

Según una frase célebre el primer secretario de la Alianza, Hasting Ismay, realizada en 1952, el sentido de la asociación militar era tener a «Rusia fuera, EEUU dentro y Alemania debajo». Tras la invasión de Rusia de la península de Crimea (Ucrania) en el año 2014, en respuesta por las sucesivas ampliaciones de la OTAN desde 1997 a los países del Este y las Repúblicas Bálticas, vuelve a recobrar sentido tener a Rusia fuera, aunque precisamente ahora lo que se pide a Alemania (y por extensión al resto de los países europeos) es un papel más activo y un reparto del gasto militar más justo.

Ante el cambio de coordenadas, la próxima cita de la Alianza en Madrid en el mes de junio pretende establecer una nueva ruta de cara a los próximos años que actualice el Concepto Estratégico de Lisboa del año 2010, cuándo la amenaza de Moscú parecía dormida y China no era todavía considerado un rival ni económico, ni político ni militar.

«La OTAN tiene tres funciones fundamentales: defensa colectiva, gestión de crisis y seguridad cooperativa, sin ninguna prioridad entre ellas. ElConcepto Estratégico de Madrid tendrá que tomar nota de la situación en el flanco oriental y de experiencias como las de Afganistán para dar prioridad a la defensa colectiva frente a la amenaza rusa en detrimento de las funciones de gestión de crisis y seguridad cooperativa. Además de prioridades, los aliados tendrán que evaluar si incluyen nuevas funciones a las tradicionales y se barajan otras como la resiliencia, la ciberseguridad, las pandemias o la disrupción tecnológica, entre otras», escriben en su artículo para el Real Instituto Elcano Félix Arteaga y Luis Simón.

La experta Rachel Ellehuus, investigadora del Center for Strategic and International Studies, asegura a LA RAZÓN que “la renovada amenaza de Rusia nos recuerda que no podemos dar por sentada la seguridad en Europa”. A su juicio, “la agresión de Rusia hacia Ucrania ha vuelto a centrar a la OTAN en su objetivo principal, a saber, la defensa colectiva de los miembros de la OTAN”.