Análisis

Nuevo orden mundial chino-ruso

Produce cierto asombro que califiquen de “justo y democrático” este nuevo paradigma cuando sus regímenes son de corte autoritario

El presidente chino, Xi Jinping y su homólogo ruso, Vladimir Putin en un encuentro el pasado mes de junio
El presidente chino, Xi Jinping y su homólogo ruso, Vladimir Putin en un encuentro el pasado mes de junioGreg BakerAgencia AP

No es la primera vez que las autoridades de Moscú y Pekín anuncian el advenimiento de un nuevo orden mundial.Los dos países están empeñados en convencer a la comunidad internacional de que las cosas han cambiado sustancialmente y que se asiste a un periodo similar, aunque con otras características, al que se produjo tras la caída del muro de Berlín, en 1989. Entonces, fue Estados Unidos quien presagió que se avecinaba una nueva era en las relaciones internacional y señalaron los valores y principios en los que se sustentaría el nuevo orden internacional. Ahora, se insiste sobremanera en la necesidad de un marco distinto que diseñe y perfile las relaciones en la comunidad internacional, aunque faltaría precisar todavía los fundamentos en los que se asienta este nuevo esquema de relación. No obstante, la reciente reunión entre los Ministros de Asuntos Exteriores de China y Rusia ha desvelado algunas de las claves que definirían en el panorama en el que se quiere ubicar el pregonado contexto de las relaciones a nivel mundial. Así, se habla de un orden mundial multipolar, justo y democrático. No es extraño que los dos países quieran tener un mayor protagonismo en las relaciones internacionales y también en la gestión y resolución de las cuestiones que afectan al planeta. Por lo tanto, que se pretenda el logro de una sociedad internacional multipolar que dé cabida a los intereses de los dos Estados. Eso sí, lo que produce cierto asombro es que, al nuevo orden que tanto China como Rusia proclaman, se le califique de justo y democrático, a no ser que esas dos expresiones tengan un significado radicalmente distinto al habitual. Precisamente, China se distingue por carecer de un régimen democrático que, según parece, quiere implantar en el plano internacional y, en la misma línea, Rusia ha demostrado que la defensa de la democracia en el interior del país no es una de sus prioridades. Ahora bien, se debe evitar todo tipo de conmoción ante lo que divulgan los dos países puesto que, en el fondo, lo que está detrás es la simple defensa de los propios intereses.