Crisis
La operación de Alemania para salvar el cereal ucraniano y evitar la subida masiva de precios y desabastecimiento
Unos 20.000 trenes con capacidad para mover 52 contenedores cada uno se coordinarían en la evacuación de millones de toneladas de grano de Ucrania
La guerra en Ucrania provoca una escasez de alimentos en los mercados mundiales, desde que el pasado 24 de febrero Rusia invadiera el país. Las vías de exportación de las alrededor de 20 millones de toneladas de cereal que produce el mayor país de Europa en extensión en sus fértiles campos no puede ser transportada por los puertos del Mar Negro. Una catástrofe humanitaria de dimensiones inusitadas debido al hambre está en ciernes y el gobierno alemán planea un corredor de salvamento del cereal con ayuda de la empresa Deutsche Bahn y en coordinación con Polonia y República Checa según informaciones publicadas por el diario económico “Handelsblatt”.
El 11,5% de la producción mundial se planta y recoge en Ucrania. El país alimenta a unos 400 millones de personas en todo el mundo según datos de las Naciones Unidas. Un portavoz del Ministerio de Transportes alemán confirmó a La Razón que el Secretario de Estado para la Digitalización y el Transporte Michael Theurer habló con dicho periódico esta semana y que “por motivos de seguridad” no pueden hacer más declaraciones que las allí recogidas en este momento. La empresa estatal Deutsche Bahn Cargo tratará de salvar lo que sea posible de la producción de este año a pesar de la guerra y de que las vías marítimas, por las que normalmente se transporta el cereal, se encuentran cerradas por la invasión rusa.
DB Cargo ha llevado a cabo en las últimas semanas el envío de toneladas de ayuda humanitaria al país, comprobando de ese modo que es posible transitar en medio de la guerra. Sigrid Nikutta, miembro de la directiva de dicha empresa, aseguraba que no se trata solo de enviar ayuda a la población: “cada contenedor es un símbolo con el que decimos ¡No estáis solos!”. Theurer, del Ministerio de Transportes, aseguró que se intentará que “las 20 millones de toneladas de cereal puedan ser transportadas para evitar una hambruna mundial”.
En estos momentos, el Gobierno alemán está llevando a cabo conversaciones con el Ministerio de Transportes ucraniano, con Polonia, República Checa, Eslovaquia y Rumanía, los países de tránsito. El objetivo será llevar la cosecha a los puertos del Mar del Norte y del Mar Adriático. Unos 20.000 trenes con capacidad para mover 52 contenedores cada uno, se coordinarían en dicha tarea, que el Gobierno germano parece decidido a financiar en parte, por lo que el Ministerio de Finanzas, el de Economía, el de Agricultura y el de Desarrollo estaría también coordinados en la operación. A nivel de la Unión Europea y de las Naciones Unidas se estaría discutiendo asimismo dicho plan.
Los ataques rusos han destruido una parte de las granjas. En otras, los agricultores se ven obligados a trabajar con chalecos antibalas y a tomar precauciones extraordinarias por las minas que hay en algunas de las plantaciones. Según varias informaciones, en la región del Donbas no sería posible en estos momentos el trabajo en los campos debido a los combates, pero en el oeste del país se sigue plantando trigo, maíz, patatas o girasol. Las exportaciones no se han interrumpido por completo y antes del comienzo de la guerra ya se había enviado buena parte de la cosecha de 2021 al exterior. El Ministerio de Defensa británico ha calculado que la cosecha en 2022 podría ser un 20% menor que la del anterior. Con el plan del gobierno alemán se pretende, asimismo, llevar material de repuesto y maquinaria a los campos ucranianos para que puedan continuar trabajando.
Los problemas de distribución no se limitan al conflicto en Ucrania, sino que también se remiten a las medidas contra la pandemia y a las sanciones contra Rusia, que han paralizado parte del trasiego de mercancías por el mar. El Secretario General de las Naciones Unidas António Guterres alertó ya a mediados de marzo de que se podría producir un “tornado del hambre” en todo el planeta, para lo que la comunidad internacional está llamada a evitar un “colapso del sistema de alimentación mundial”. La inflación, el aumento de los cargos por intereses y la deuda se unen al bombardeo del “granero del mundo”, como lo definió Guterres, ya que más de la mitad de los envíos de trigo del Programa Mundial de Alimentos provienen de dicho país. A ello se suma que Rusia ha prohibido las exportaciones de cereal mientras lleva a cabo su sangrienta “operación especial”. Países como Etiopía, Líbano o Indonesia se encuentran en apuros por la falta de las importaciones ucranianas.
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