Cambio climático

¿Europa puede vivir sin agua? Esto es lo que debe hacer para adaptarse a la escasez y las sequías

El cambio climático, junto a la crisis de desabastecimiento y la inflación, agrava la situación del viejo continente, con embalses cada vez más vacíos y ríos o lagos secos

Vista del embalse del Portón de Oliva en Torrelaguna, a 11 de agosto de 2022, en Torrelaguna, Madrid (España)
Vista del embalse del Portón de Oliva en Torrelaguna, a 11 de agosto de 2022, en Torrelaguna, Madrid (España)Jesús HellínEuropa Press

Uno de los años más secos de los últimos tiempos. Distintas regiones tanto en Europa como en el mundo enfrentan sequías y escasez de agua tras la falta de lluvias y el incremento de las temperaturas. El planeta Tierra se está viendo cada vez más afectado por el cambio climático y la población mundial, además, tocada bajo la crisis de desabastecimiento o la subida de precios de la inflación, provocada por otras dificultades como la guerra de Ucrania o la pandemia de coronavirus.

Francia, Portugal o España son solo algunos de los países que están atravesando esta grave situación, y que somos conscientes porque nos impactan más de cerca. Pero también salpica a Alemania, donde la Confederación de la Industria Alemana (BDI) advirtió de que el bajo nivel de los ríos y la sequía amenazan la seguridad de las cadenas de suministro. Además de los problemas para el transporte fluvial, el bajo nivel de los ríos y el aumento de la temperatura del agua pueden tener consecuencias ecológicas, según expertos. O Suiza, pues cuatro de sus lagos más importantes están bajo mínimos históricos.

¿Cómo frenar el cambio climático y la sequía?

Antes que Europa, otros países ya registraron estas dificultades y tuvieron que aprender a vivir sin agua o, al menos, a limitar su uso y adaptarse a un futuro sin casi nada de este importante líquido para la subsistencia del planeta. Por ejemplo, en Sudáfrica, las cañerías de Ciudad del Cabo estuvieron cerca de quedarse secas, una crisis que fue subsanada temporalmente y pudo superar, pero en julio de aquel año, los embalses de la urbe estaban completamente agotados.

Ciudad del Cabo logró evitar el temido “día cero” introduciendo estrictas restricciones al uso del agua a empresas y vecinos. Ingrid Coetzee, una experta en biodiversidad de la ciudad, explicó a DW la amplia campaña de concientización que se pidió a las personas, con algunas medidas que iban desde reducir o eliminar actividades que consumen mucha agua, como lavar ropa o automóviles, a las duchas más breves o reutilizar el agua para el inodoro.

Desde la sequía, la ciudad encontró formas de mejorar el suministro de agua. “Una solución basada en la naturaleza, eliminando vegetación exótica de las áreas de captación de agua de la ciudad, ha demostrado ser una excelente medida en términos de costo-beneficio”, sostiene la mujer.

Especies invasoras como los pinos y los eucaliptus consumen mucha más agua que las plantas nativas, y con ello restringen el suministro de agua de la ciudad. “Hasta ahora, los esfuerzos han producido 55 mil millones de litros de agua adicional cada año a una décima parte del costo de la siguiente alternativa más económica para ese nivel de rendimiento”,

Las lluvias regresaron, algo determinante para rellenar de forma significativa las represas y aliviar las preocupaciones respecto al suministro de agua en la ciudad, al menos durante los últimos meses.

Ejemplos de fuera de Europa para ahorrar agua

Muchas otras ciudades no europeas invirtieron en medidas de eficiencia para ayudar a ahorrar agua. Por ejemplo, Tokio, en Japón, que mejoró su infraestructura y trabajó en la detección temprana y reparación de fugas para reducir el desperdicio de agua a la mitad en los diez años trascurridos entre 2002 y 2012.

Asimismo, San Diego, en la frontera de Estados Unidos con México, ha enfrentado, como muchos californianos, varias sequías severas en los últimos 20 años. Pero gracias a las restricciones en el uso del agua, la educación y las inversiones en mejorar la capacidad de los embalses y el revestimiento de los canales para evitar filtraciones, el condado ha reducido el uso per cápita de agua en cerca de un 50 por ciento en las últimas tres décadas. Incluso, será capaz de satisfacer la demanda local, al menos, hasta 2045.

Pero hay muchos más ejemplos. Chile y Marruecos llevan años captando agua de la niebla, y mediante el uso de tecnología y materiales modernos para mejorar el diseño, los investigadores han logrado recolectar cinco veces más agua para regiones que, de otra forma, estarían totalmente secas.

Por otro lado, en Senegal, algunos granjeros han estado plantando jardines circulares conocidos como tolou keur, los que ayudan a las plantas a resistir de mejor manera los climas cálidos y secos.