Golpe de Estado
Evacuaciones en Níger ante los tambores de guerra en el Sahel
Tras la dura advertencia de Burkina y Mali, Francia comienza a sacar a sus nacionales de Niamey
El Ministerio de Exteriores de Francia comenzó ayer la operación para evacuar a sus ciudadanos de Níger, asolado por un golpe de Estado. Asimismo, desde París aseguran que pueden unirse a su operativo «los ciudadanos europeos que deseen abandonar el país». «Habida cuenta de la situación en Niamey, de los actos de violencia perpetrados anteayer contra nuestra embajada y del cierre del espacio aéreo, que deja a nuestros compatriotas sin posibilidad de salir por sus propios medios, Francia prepara la evacuación de sus nacionales», señaló el Ministerio.
El Gobierno de Francia estima que en Níger hay unos 600 ciudadanos galos. Fletará tres aviones, en total, sacará de allí a unas 1.500 personas. Otros gobiernos europeos como Italia preparan un vuelo especial para compatriotas. Hay menos de 90 civiles italianos y poco más de 300 militares, según declaró un portavoz del Ministerio de Exteriores italiano. Alemania recomendó a los suyos abandonar el país, y la UE no prevé sin embargo sacar de momento a su personal.
España ha pedido a sus ciudadanos que den cuenta de su paradero a la Embajada en Niamey. Fuentes del ministerio de Exteriores español han explicado a Europa Press que la decisión de evacuar se debe a «la ausencia de vuelos comerciales tras el cierre del espacio aéreo en Níger y la actual inestabilidad en el país». Según pudo saber LA RAZÓN, en Níger se encuentran unos 70 españoles y el operativo de evacuación será menos complejo que el recientemente realizado en Sudán. "Se barajan al menos dos opciones para la evacuación de los españoles", pero que fuentes militares aseguran que, en principio, no implica la misma peligrosidad que la de Sudán.
En una entrevista a la televisión BFMTV emitida el lunes, la titular de Exteriores francesa, Catherine Colonna, reiteró las llamadas de su país a la reinstauración del depuesto presidente, Mohamed Bazoum, y desmintió las acusaciones de los militares golpistas nigerinos acerca de que Francia estaría preparando una intervención militar.También resaltó que es «posible» que Rusia intente sacar «provecho» de la crisis, pero evitó responsabilizar a Moscú del golpe. Francia, antigua potencia colonial de Níger, tiene en ese país africano un contingente de 1.500 militares para apoyar la lucha contra el yihadismo y fuertes intereses en el sector de la extracción de uranio, con el que nutre sus cruciales centrales nucleares.
El domingo, durante una manifestación convocada en apoyo a los golpistas, varios cientos de personas protestaron de forma violenta ante la embajada francesa en la capital. En respuesta, el Gobierno del presidente Emmanuel Macron advirtió contundente de que actuaría «de inmediato y con decisión» si había ataques contra sus intereses.
Veinticuatro horas después de que la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) emitiese un comunicado ofreciendo un ultimátum al nuevo gobierno militar de Níger, la desestabilización del Sahel avanza un paso más. La CEDEAO concedía el domingo a los golpistas una semana para devolver el poder al presidente Bazoum, amenazando con intervenir militarmente en el país si dichas exigencias no se cumplían.
Los militares nigerinos respondieron arrestando a diversos ministros del ejecutivo anterior, pero las alarmas saltaron después de que Mali y Burkina Faso lanzasen un comunicado conjunto como respuesta al anterior. Dicho comunicado muestra «la solidaridad fraternal de los pueblos maliense y burkinés con sus hermanos de Níger, que han decidido bajo su responsabilidad tomar su destino» y se niega a aplicar las sanciones «ilegales, ilegítimas e inhumanas contra las autoridades nigerinas». En el quinto punto del comunicado avisan de que una intervención militar contra Níger llevará a ambos países a «adoptar medidas de legítima defensa en ayuda de las Fuerzas Armadas del pueblo de Níger».
Mali y Burkina Faso, cuya participación en la CEDEAO se encuentra en suspensión junto con la de Guinea Conakry debido a sanciones previas impuestas contra ellos (estos tres países también están gobernados por juntas militares que accedieron al poder tras los sucesivos golpes de Estado), confirman así su apoyo a los golpistas nigerinos y amenazan con dar rienda a una guerra regional con consecuencias devastadoras.
Un enfrentamiento entre países de la CEDEAO se trata de una posibilidad que lleva acumulándose desde que se iniciaron las sanciones contra el Gobierno maliense en 2021. La organización de Estados, compuesta por un total de quince naciones africanas, se encuentra en una situación de crisis que amenaza con su misma disolución, debido en parte a la división en dos bloques (pro-francés y prorruso) pero también por el auge de los autoritarismos militares que afectan a la zona e inquietan a los gobiernos democráticos que viven con el temor de ser los próximos en caer. El bloque prorruso y dictatorial acusa así al bloque amistado con Francia y de corte democrático de ser «marionetas de Occidente».
Así fueron calificados por el capitán Ibrahim Traoré, presidente de Burkina Faso, durante la II Cumbre Rusia-África celebrada en San Petersburgo la semana pasada.
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