
EE UU
Un exasesor confirma que Trump aspira a un tercer mandato: "Que la gente lo vaya asumiendo"
El entorno de Donald Trump ya perfila un plan para que el presidente de Estados Unidos logre un tercer mandato, una maniobra que su exestratega Steve Bannon asegura que es posible eludiendo los límites de la Constitución

En los círculos de poder de Washington se está cocinando una maniobra de una envergadura colosal. La hoja de ruta es clara: el actual vicepresidente, JD Vance, se presentaría como candidato a la presidencia para, una vez ganadas las elecciones, renunciar al cargo y cedérselo a Donald Trump. Este último habría concurrido a los comicios como su número dos, completando así un plan diseñado para asegurar un tercer mandato presidencial.
De hecho, este complejo andamiaje legal se apoya en una interpretación muy precisa de la ley estadounidense. Laurence Tribe, una autoridad en derecho constitucional en el país norteamericano, ha advertido que la 22ª Enmienda prohíbe que una persona sea elegida presidenta más de dos veces. Sin embargo, no dice nada sobre la posibilidad de que pueda servir en el cargo una tercera vez si accede a él por una vía diferente, como la sucesión vicepresidencial. Se trata, según los expertos, de un resquicio en la Constitución.
En este sentido, Steve Bannon, antiguo estratega jefe de la Casa Blanca, ha sido una de las voces que más ha impulsado este plan para superar los límites constitucionales. La estrategia busca normalizar lo que hasta hace poco era impensable y convertir una especulación en una posibilidad real y tangible sobre la mesa.
La normalización de una idea controvertida
Por otro lado, el propio presidente Donald Trump ha abonado el terreno para este debate con sus propias acciones. No solo ha compartido vídeos en sus redes sociales que sugieren la idea de gobernar para siempre, sino que ha llegado a declarar en una entrevista con la cadena NBC que existen "métodos" para aspirar a un tercer mandato, aunque sin entrar en más detalles.
Asimismo, Bannon y su círculo no parecen albergar ninguna duda sobre el éxito de su proyecto, llegando a calificar a Trump como un instrumento de la voluntad divina. Su mensaje pretende transformar el escenario en una certeza inevitable, un hecho consumado ante el que solo cabe la resignación. En una entrevista con la revista británica The Economist, lanzó una advertencia contundente: "Que la gente lo vaya asumiendo".
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