
Defensa
Filipinas pone a prueba un nuevo plan de batalla para defenderse sola de los invasores
El ejército de Filipinas ensaya por primera vez un nuevo y ambicioso plan de defensa con un giro drástico en su estrategia militar sin depender de la ayuda inmediata de sus socios

Las fuerzas armadas de Filipinas se preparan para el escenario más exigente: resistir una invasión en solitario. El país asiático ha puesto en marcha un ambicioso plan de defensa con el que pretende ser capaz de aguantar y repeler una agresión exterior durante al menos un mes, sin contar con la ayuda inmediata de sus aliados. Este supuesto de resistencia unilateral es el eje sobre el que pivotan este año sus maniobras militares anuales, conocidas como AJEX DAGIT-PA.
Etos ejercicios adquieren por primera vez una nueva dimensión estratégica. El objetivo ya no es solo coordinarse con potencias amigas, sino demostrar una capacidad de autodefensa robusta y prolongada en el tiempo. Se trata de una prueba de fuego para la estructura militar del archipiélago, que busca fortalecer su soberanía y su poder de disuasión en un entorno geopolítico cada vez más complejo. Esta urgencia se ve marcada por las advertencias de altos mandos militares, como las del general estadounidense que predijo un posible conflicto para 2025.
La batuta de las operaciones recae, por primera vez, en el recién creado Comando Estratégico, una unidad establecida el pasado octubre para coordinar la defensa integral del territorio. Tal y como han publicado en Defense News, este cambio organizativo es fundamental para articular las complejas maniobras que se están llevando a cabo sobre el terreno y que abarcan un amplio espectro de escenarios bélicos.
Un despliegue de fuerzas en enclaves estratégicos
Para que todo esto se lleve a cabdo, se han movilizado a unos 2.000 soldados del ejército regular, apoyados por un contingente de reservistas y efectivos tanto de la Guardia Costera como de la Policía Nacional filipina. El despliegue se está realizando en puntos sensibles de sus fronteras norte y oeste, incluyendo enclaves tan delicados como la isla de Thitu, conocida localmente como Pag-asa, un territorio que se encuentra en una zona de crecientes tensiones.
Los entrenamientos van mucho más allá del combate convencional. Aunque una parte central de los ejercicios consiste en simular operaciones anfibias para recuperar islas previamente ocupadas, el adiestramiento también abarca la protección de infraestructuras críticas, como las plataformas de gas y petróleo. Además, los militares filipinos se están formando en las tácticas de los conflictos modernos, incorporando doctrina de guerra cibernética, electrónica y espacial a su preparación. Este enfoque en la guerra moderna es una estrategia compartida por otros actores de la región, ya que Taiwán también está desarrollando sus propios drones de combate ante un escenario similar.
Desde 2023, el gobierno filipino ha reorientado oficialmente su estrategia para dar prioridad a la defensa exterior, una decisión que quedó consolidada con la aprobación del documento bautizado como Concepto de Defensa Archipelágica Integral (CADC).
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