
Defensa
Taiwán teme a China, pero está preparando un dron que le va a poner las cosas difíciles a su enemigo
Como parte de su estrategia defensiva «Hellscape», Taiwán ultima con ayuda estadounidense un nuevo dron kamikaze de bajo coste: un misil de crucero con un alcance que podría superar los 700 kilómetros

La creciente tensión en el estrecho de Formosa impulsa el desarrollo de nuevas capacidades militares. En este contexto, la colaboración entre la compañía estadounidense Kratos y el Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Chung-Shan de Taiwán ha dado como fruto un nuevo dron de combate, el Chien Feng IV. Este aparato no tripulado ha sido concebido como un arma de confrontación asimétrica, una herramienta kamikaze de bajo coste y largo alcance diseñada para equilibrar la balanza en un posible conflicto. Este escenario de tensiones se ve igualmente reflejado en las importantes actualizaciones que reciben cazas de combate como el F-22 Raptor, diseñados para contrarrestar aviones chinos, lo que evidencia una carrera armamentística global en la región.
De hecho, el proyecto no parte de cero, sino que deriva directamente de un modelo ya existente de Kratos, el MQM-178 Firejet, que ha sido adaptado para nuevas especificaciones de combate. El desarrollo del Chien Feng IV comenzó a principios de este mismo 2025 y, según las previsiones, su presentación oficial al público tendrá lugar el próximo mes de septiembre, lo que demuestra la celeridad con la que se está avanzando en el programa.
En esencia, el propio instituto taiwanés describe el dron sin ambigüedades como un "misil de crucero de bajo coste", una definición que subraya su función como arma de un solo uso destinada a impactar contra objetivos estratégicos de alto valor. Esta concepción busca maximizar el daño con una inversión contenida, un enfoque que tal y como recogen desde The War Zone, es cada vez más relevante en la guerra moderna. En este escenario de constante evolución, Rusia también está equipando sus nuevos drones con tecnologías avanzadas para la creación de listas de objetivos, lo que subraya la importancia creciente de estos aparatos en los conflictos actuales.
La disuasión como pilar de la defensa taiwanesa
Precisamente, este nuevo dron se enmarca dentro de la estrategia de defensa de la isla conocida como "Hellscape". El objetivo de esta doctrina es disuadir o contrarrestar una posible invasión mediante la capacidad de infligir un daño masivo al adversario, haciendo que el coste de cualquier agresión sea prohibitivamente elevado. El Chien Feng IV sería, por tanto, una de las piezas clave para materializar esta capacidad disuasoria. Este sistema de defensa se complementa con otras estrategias que Taiwán guarda en la manga para defenderse de China, buscando fortalecer su postura disuasoria integral.
Aunque por el momento no se han revelado las especificaciones técnicas exactas del Chien Feng IV, se pueden extraer algunas conclusiones a partir de modelos similares. Un dron estrechamente relacionado, el Airwolf, que también parte de la misma plataforma Firejet, posee un alcance máximo de unos 740 kilómetros. Esta cifra ofrece una idea bastante clara sobre su potencial radio de acción, que le permitiría alcanzar objetivos lejanos con garantías.
Por otro lado, el Instituto Chung-Shan no solo contempla su venta a las fuerzas armadas de la isla, sino que también está valorando su posible exportación a otros países. Esta doble vía de comercialización busca abrir nuevos mercados para la industria de defensa taiwanesa y, al mismo tiempo, rentabilizar la inversión realizada en el desarrollo de esta tecnología punta.
En definitiva, y a pesar de que todavía no existe un compromiso de compra en firme por parte del ejército de Taiwán, el proyecto del Chien Feng IV representa un movimiento estratégico clave. Supone un salto cualitativo en sus capacidades de defensa asimétrica y una clara declaración de intenciones sobre su determinación para proteger su soberanía frente a cualquier amenaza externa.
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