Terrorismo
Francia rinde homenaje a las víctimas del 13N
Diez años después, supervivientes, familiares y una comitiva institucional recordaron a las 130 víctimas asesinadas en 2015
Diez años después de aquel terrible 13 de noviembre de 2015, Francia ha querido poner a las 130 víctimas de aquellos atentados en el centro del foco de la memoria con un gran día de ceremonias en el que una comitiva presidida por el presidente Macron y la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, ha ido recorriendo los principales escenarios de los ataques: el estadio de Francia en Saint Denis, los bares y terrazas del distrito 10 y la sala de conciertos Bataclan, donde murió la mayoría de víctimas. Un recorrido que han hecho junto a los presidentes de las dos asociaciones de víctimas creadas tras el 13N: Philippe Duperron, de la asociación 13onze15 y Arthur Dénouveaux, de Life for Paris. Precisamente, esta asociación se hq disuelto en coincidencia con la fecha. No quieren “encerrarse en el status de víctima” ha afirmado Dénouveaux en lo que califica de una decisión “muy reflexionada” por los miembros de una asociación que tras diez años, ahora ya necesitan vitalmente cerrar el capítulo más terrible de sus vidas.
Esas distintas emociones de las víctimas han estado muy presente durante toda la jornada. Desde los que quieren enterrar con el décimo aniversario el episodio más tenebroso de sus vidas hasta los que temen justo por lo contrario, por el fantasma del olvido de hoy día 14, cuando el foco mediático se apaga. "Diez años después, quisiera saber por qué, quisiera entender, quisiera que cesaran estos ataques, pero lamentablemente, somos impotentes. No podemos aceptar estos actos reiterados, este odio hacia nuestro país y nuestra gente", ha afirmado la hija de Manuel Dias, el portugués de 63 años asesinado en el estadio de Saint Denis, que fue la primera de las 130 víctimas. Su homenaje ha sido el primer acto del día.
Varios miles de personas se han concentrado en la céntrica plaza de la República desde donde han seguido en grandes pantallas toda la ceremonia junto a un gran altar improvisado de velas y flores en el centro de la plaza, en el mismo sitio donde hace una década se improvisó otro para que los parisinos pudieran concentrarse, justo a medio camino entre los dos escenarios más mortíferos de aquel 13N: el Bataclan y la zona de bares y terrazas pegadas al canal de San Martin, todo el centro neurálgico del ocio parisino, porque esos ataques tenían como objetivo, más allá de las víctimas, golpear a un modelo de sociedad europea, de libertades y valores y que tiene en el ocio hedonista una de sus características más singulares. Entrada la noche, la torre Eiffel se ha iluminado con los colores de la bandera francesa después de que varias iglesias de la capital, incluída Notre Dame hicieran sonar sus campanas en tributo a esta fecha.
La jornada terminaba a media tarde con la inauguración de un espacio dedicado a las víctimas, el jardín del 13 de noviembre, pegado a la espalda del ayuntamiento de París, en una ceremonia sobria en la que los nombres de las 130 víctimas han tenido un peso especial. Han sido leídos en cada parada de los atentados donde se han ido descubriendo placas conmemorativas.
Con la dirección artística de Thierry Reboul, responsable de las ceremonias de apertura de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024, el homenaje, de dos horas de duración, ha tenido como centro de la actuación al Árbol de las Luces, un olmo centenario símbolo de la justicia republicana que se ha ido transformando mediante un sistema de proyección de vídeo. Las actuaciones de la ceremonia se han grabado en un álbum y todos los beneficios generados serán donados a las dos principales asociaciones de víctimas.
2015 fue el gran año negro del terrorismo yihadista en Francia. Arrancó en enero con el atentado al semanario satírico Charlie Hebdo. En noviembre, los atentados de París con 130 muertos y después se sumaron otros cuatro en un supermercado judío, y el atentado de Niza al año siguiente, ya en 2016, donde 86 víctimas mortales fueron atropelladas por un camión. Y un reguero aparte de ataques con cuchillo que dejaron una herida en Francia.
Los años de plomo de aquella ola terrorista fueron templándose ya con Macron en el Elíseo desde 2017, y con el fin del califato del Estado Islámico, aunque nunca llegaron a desaparecer por completo. La prueba de ello es que este mismo año, en 2025, los servicios de inteligencia franceses ya han desbaratado hasta siete atentados de alcance en el país. Aquella ola de atentados dejó en Francia un profundo debate sobre laicidad, que llegó a polarizarse políticamente. También un trauma colectivo de una sociedad que se acostumbró a vivir bajo la amenaza, a medidas de seguridad excepcionales.