Oriente Medio

La guerra abre un tercer frente en Cisjordania

Israel bombardea una mezquita en el campo de refugiados de Yenín en una operación antiterrorista

Después de Gaza y la frontera con Líbano, en las últimas horas la guerra entre Israel y el terrorismo de Hamás y la Yihad Islámica tiene también como escenario Cisjordania. Al tiempo que las Fuerzas de Defensa proseguían los bombardeos contra posiciones de Hamás en la Franja, hacían lo propio contra objetivos terroristas al norte del territorio controlado por la Autoridad Palestina.

Los bombardeos israelíes tuvieron como escenario una mezquita situada en el campo de refugiados de Yenín, al norte de Cisjordania –donde tiene su bastión Yihad Islámica—, aunque también se produjeron enfrentamientos con supuestos militantes terroristas en el campo de Al Arrub, al norte de la ciudad de Hebrón, y en las localidades de Naplusa y Tubas.

Según fuentes sanitarias palestinas, la ofensiva israelí costaba la vida este domingo a seis personas. Dos de ellas se encontraban en el interior de la citada mezquita, la de Al Ansar, que, según las autoridades de Israel, era utilizada por Yihad Islámica y Hamás como refugio y desde donde se preparaba un inminente atentado terrorista. Las mismas fuentes gubernamentales aseguraban ayer que la mezquita golpeada era un centro de mando y depósito de armas, como descubrieron el pasado mes de julio.

Con la operación antiterrorista en Cisjordania, por primera vez desde la Segunda Intifada, hace más de dos décadas, la aviación israelí ha golpeado en Cisjordania empleando aviones de combate, según informaban ayer medios israelíes. Un ataque con drones el pasado mes de junio había sido la primera operación aérea en el territorio desde entonces.

Antes de los bombardeos de las últimas horas, las fuerzas israelíes ya habían golpeado la semana pasada otro campo de refugiados en el territorio gobernado por la Autoridad Palestina, el de Nur Shams, como consecuencia del cual murieron 13 palestinos, entre ellos cinco menores, y un miembro de la Policía israelí, según datos de la agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA, por sus siglas en inglés).

Los choques entre las tropas israelíes y los supuestos miembros de Hamás y Yihad Islámica, además de la violencia protagonizada por colonos, han dejado ya desde el pasado 7 de octubre 91 palestinos fallecidos en Cisjordania, según datos del Ministerio palestino de Sanidad. Además, según Tel Aviv, más de 700 palestinos sospechosos de colaborar con las organizaciones armadas han sido detenidos –casi cinco centenares de ellos supuestos miembros de Hamás— en las últimas dos semanas.

El temor para Tel Aviv es ahora triple en el flanco cisjordano: que se produzcan lanzamientos de cohetes contra Israel desde el territorio –como ocurrió en los últimos meses—, el recrudecimiento de la violencia entre la población palestina y los colonos judíos y, sobre todo, una suerte de levantamiento popular.

Hasta la cadena de ataques perpetrada por las brigadas al Qassam en suelo israelí en la mañana del 7 de octubre, el territorio cisjordano había sido el principal escenario de la violencia a lo largo de 2023, con en torno a los dos centenares de palestinos muertos. Entretanto, varios agentes de seguridad fronterizos de Egipto resultaban esta tarde heridos leves como consecuencia de fuego disparado “por error” por un tanque del Ejército israelí cerca de la frontera con Gaza. El mando militar israelí expresó ayer en un comunicado su “pesar por el incidente” que está siendo ya investigado.