Teherán

Irán elige entre la apertura o el regreso al aislamiento

Los 57 millones de iraníes llamados hoy a las urnas se dividen entre el presidente moderado, Hasan Rohani y el ultraconservador Ebrahim Raisi, candidato del líder Supremo

Una mujer vestida con niqab camina por Teherán con carteles electorales rasgados de fondo
Una mujer vestida con niqab camina por Teherán con carteles electorales rasgados de fondolarazon

Los 57 millones de iraníes llamados hoy a las urnas se dividen entre el presidente moderado, Hasan Rohani y el ultraconservador Ebrahim Raisi, candidato del líder Supremo

Unos 57 millones de iraníes están llamados hoy a las urnas para elegir al próximo jefe de Estado que o bien conducirá al país a la apertura a Occidente o lo devolverá al aislamiento internacional. Las presidenciales se presentan como un duelo entre el presidente Hasan Rohani, que busca su reelección, y el clérigo ultraconservador Ebrahim Raisi. De los seis candidatos que han participado en la campaña electoral, tres de ellos se han retirado en última instancia a favor de los dos favoritos. El vicepresidente Eshaq Yahanguiri, abandonó a favor de Rohani y Mostafa Hashemitaba, aunque se presenta, votará por el actual presidente. Por su parte, Mohamed Baqer Qalibaf, alcalde de Teherán, se retiró a favor del ayatolá Raisi. El sexto candidato es el principalista Mostafa Mirsalim (ex ministro de Cultura).

Con visiones opuestas, Rohani y Raisi serán los dos aspirantes más votados en esta primera ronda electoral. Según las últimas encuestas de la Agencia Electoral de Estudiantes Iraníes, el actual presidente tendría el apoyo del 42% del electorado, seguido de Raisi con 26,7%, pero teniendo en cuenta que los votos de Qalibaf (un 24,6%) irán a parar al clérigo ultraconservador, Raisi podría situarse con ventaja. Lo más probable es que ninguno de los dos supere el 50% en la primera vuelta, por lo que los electores iraníes habrán de acudir a las urnas nuevamente el 26 de mayo.

Con una población dividida entre una mayor aperturismo hacia Occidente tras muchos sacrificios económicos y el nacionalismo ultraconservador, será difícil anticipar los resultados. Sin quererlo, el presidente estadounidense, Donald Trump, que tildó el pacto nuclear con Irán como «el peor acuerdo de la historia», ha impulsado la candidatura de Rohani, después de que ayer ordenara extender el acuerdo por el cual se levantaron las sanciones económicas a Irán en pro de un programa nuclear pacifico.

Precisamente, el histórico acuerdo nuclear ha sido uno de los temas más discutidos en los debates electorales. Rohani es visto por los principalistas como el presidente que se subyugó a Occidente, incluso después de haber recibido el beneplácito del gran ayatolá Ali Jamenei para pactar con las grandes potencias el desarrollo nuclear iraní. Si es reelegido Rohani, cabe la posibilidad de que las relaciones con Occidente mejoren, ya que se ha establecido cierta confianza después de que Irán esté cumpliendo con los pactado. Sin embargo, si Raisi vence, todo lo que ha construido el moderado presidente se irá al traste.

Entonces, la Administración Trump tendrá la excusa perfecta para volver a su «guerra» con Irán, ya que un presidente ultraconservador se verá como una amenaza para Occidente, en especial para EE UU. Pero en el cierre de campaña, Raisi dio una imagen más tolerante. El ayatolá aseguró que no está en contra de la apertura internacional, pero «sin concesiones». «Dicen que no queremos interactuar con el mundo, es una gran mentira», declaró Raisi, en referencia a las criticas de los reformistas y moderados. «Creemos en la interacción con todos los países, pero con dignidad», reafirmó delante de sus simpatizantes reunidos en una sala de oración en Teherán.

Raisi, aliado y ex alumno de Jamenei, es visto como la opción preferida del «establishment» religioso, ya que defiende una «economía de resistencia» que sea autosuficiente y no tenga dependencia de las inversiones extranjeras. En este caso, la crisis económica que arrastra desde que asumió el poder en 2013, en parte por las sanciones y la mala gestión del Gobierno anterior, ha hecho mella en Rohani, ya que los éxitos financieros tras el levantamiento de las sanciones no han florecido. Con un paro que supera el 12% (el juvenil roza el 30%), Raisi ha cosechado los votos de la clase obrera prometiendo una economía más fuerte y más apoyo financiero.