Perfil
Ismael El Mayo Zambada, «el corruptor en jefe» a la sombra de El Chapo Guzmán
La detención en Texas del fundador y líder histórico del cártel de Sinaloa asesta el mayor revés al tráfico de fentanilo a Estados Unidos
Ismael Zambada García (El Álamo, Culiacán, 1948), más conocido como El Mayo, mide 1,75 metros y pesa 72 kilos, según los últimos registros. Luce bigote estilo inglés y una cabellera oscura, perfectamente teñida. Su rostro refleja cansancio. Parece algo consumido. Se rumorea que sufre alguna enfermedad; nada confirmado. Pocos detalles de su aspecto hacen pensar que se trata de uno de los narcos más conocidos de la historia de México. Una figura legendaria sólo ensombrecida por Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo. Esa es la magnitud del personaje. Fundador y líder de una de las facciones del cártel de Sinaloa, organización «pionera en la fabricación de fentanilo», en palabras de Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos.
Hasta hace apenas unas horas, El Mayo era dueño y señor de la producción y el envío drogas desde México a EE UU. Lo cual le convertía en uno de los fugitivos más buscados por la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés). La agencia ofrecía 15 millones de dólares por su captura. Pero hoy, su vida y la de los suyos ha dejado de ser la misma. Los agentes del FBI le detuvieron el jueves en Texas a sus 76 años, en compañía de Joaquín Guzmán López, alias El Güero, uno de los cuatro hijos de El Chapo y otro de los presuntos cabecillas del cártel.
«El Departamento de Justicia ha puesto bajo custodia a otros dos presuntos líderes del cártel de Sinaloa, una de las organizaciones de narcotráfico más violentas y poderosas del mundo», confirmó a través de un comunicado el fiscal general Merrick Garland. Su detención, sin embargo, sigue rodeada de incógnitas. El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, un presidente vinculado en no pocas ocasiones con el narco, reconoció que las fuerzas de seguridad de México no participaron en la operación. Aunque fue notificado de las capturas a través de la Embajada de Estados Unidos en el país.
«Sabemos que El Mayo estuvo negociando durante años con el Gobierno de Estados Unidos, sin embargo, la versión que han estado difundiendo de manera informal los funcionarios estadounidenses es que la entrega no fue negociada, sino que, de hecho, Joaquín traicionó a El Mayo», explica en conversación con LA RAZÓN Vanda Felbab-Brown, investigadora de Brookings y experta en política global de drogas. Según esta versión, el hijo de El Chapo engañó a Zambada haciéndole creer que visitarían el norte de México para ver unos terrenos. Pero el avión que ambos tomaron aterrizó en el aeropuerto privado de Santa Teresa, cerca de la localidad de El Paso.
«El abogado de El Mayo contó que su cliente no viajó de forma voluntaria a Estados Unidos, dando a entender que fue una traición», subraya Felbab-Brown. «Pero esto es algo que quizás no sabremos definitivamente hasta dentro de mucho tiempo, o al menos hasta el juicio». La experta, no obstante, considera que esta hipótesis «es muy factible» dadas las fuertes tensiones entre las distintas facciones del cártel y la creciente desconfianza entre ambos. «Cualquiera de los dos pudo haber tomado la decisión de traicionar al otro. También existe la posibilidad de que El Mayo haya sido quien negoció el trato y sea él quien traicionó a Joaquín y lo trajo de paseo», apunta la analista.
Lo único seguro es que la detención de El Mayo «golpea el corazón del cártel responsable de la mayoría de las drogas, incluidos el fentanilo y la metanfetamina, que matan a estadounidenses de costa a costa», como subrayó la directora de la DEA, Anne Milgram. La agencia sospecha que los hijos de El Chapo, más conocidos como Los Chapitos, tomaron el control del cártel de Sinaloa después de que éste fuera extraditado a Estados Unidos en 2017.
El cerebro
El Mayo era miembro de la vieja guardia del narco. Empezó a traficar con drogas a los 16 años, aunque dio sus primeros pasos serios en los ochenta, sirviendo los intereses del Cártel de Juárez. Fue precisamente la muerte del capo de esta organización, Amado Carrillo Fuentes, más conocido como El Señor de los Cielos, lo que le llevó a fundar la suya propia.
Siempre mantuvo un perfil bajo. Vivía una vida rodeada de lujos, pero discreta. «El Mayo era el de la cabeza fría, el que tenía el conjunto más amplio de instrumentos en la caja de herramientas, el que era absolutamente violento, organizaba asesinatos participando en torturas», destaca Felbab-Brown. «Pero lo que es más importante, era el que podía negociar acuerdos».
La investigadora añade que El Mayo trataba a menudo de «atemperar la violencia, negociando no sólo dentro de determinadas facciones, sino incluso con grupos delictivos rivales y entre ellos. Era el conciliador de la alineación de parejas del narcotráfico. Y también era el corruptor en jefe. Sus redes de corrupción se extendieron durante muchas décadas por todo México, a través de diversos niveles institucionales».
Prefería centrarse en los negocios. Quizá por eso nunca había sido detenido. Una anomalía en el gremio que desde luego le facilitaron sus buenas conexiones con las altas esferas de poder y con la población local de Sinaloa. Nada que ver con los integrantes de su círculo de confianza. El Mayo vio cómo su hermano, dos hijos y un sobrino caían en manos de las autoridades. Sus hijos Ismael Zambada Imperial, alias El Mayito Gordo, y Vicente Zambada Niebla, alias El Vicentillo, así como su hermano Jesús El Rey Zambada, fueron capturados y extraditados a Estados Unidos entre 2010 y 2019.
Otro de sus hijos, Serafín Zambada Ortíz, fue detenido en Arizona en 2013, aunque liberado en 2018. Todos ellos llegaron a colaborar con la justicia estadounidense a cambio de rebajas de penas y excarcelaciones anticipadas. De hecho, El Rey y Vicentillo sirvieron como testigos en el juicio de El Chapo en Nueva York en 2019. Otra historia de traición. Dos años antes, El Mayo había sobrevivido a un ataque organizado presuntamente por Dámaso López Núñez, alias Licenciado, otro de los líderes del cártel.
En silla de ruedas, Zambada se declaró inocente el viernes en un tribunal de Texas de los más de 30 cargos de narcotráfico que pesan sobre él, entre ellos empresa criminal continuada, conspiración para la importación de narcóticos y blanqueo de dinero. Deberá comparecer el jueves 1 de agosto a las 13.00 horas ante la juez federal de distrito Kathleen Cardone en el tribunal federal de El Paso. El Chapo ya cumple cadena perpetua en una prisión de máxima seguridad en Colorado, y El Mayo, su socio histórico, podría seguir sus pasos.
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