Política exterior

«La sangre es más espesa que el agua»

La Razón
La RazónLa Razón

Xi Jinping y Ma Ying-jeou, líderes de los dos lados del Estrecho de Taiwán, mantuvieron ayer un encuentro en Singapur, para intercambiar ideas sobre el desarrollo pacífico de las relaciones interribereñas. Xi manifestó en la reunión la necesidad de hacer esfuerzos dinámicos por todo lo que beneficie el desarrollo de ambos lados del Estrecho, ampliando los espacios de cooperación económica y aumentando los beneficios para los compatriotas.

Este primer encuentro en 66 años entre los líderes de ambas partes ha marcado un importante hito. Favorece no sólo el bienestar de los pueblos de ambos lados, sino también la estabilidad en el Estrecho y la paz regional y mundial, por lo que ha sido bien acogido por todos los compatriotas chinos en el mundo y ha logrado una gran acogida de la comunidad internacional.

Taiwán es parte inseparable de China desde tiempos antiguos. Los compatriotas de ambas orillas, que comparten la misma cultura y la misma lengua, forman una comunidad de destino inseparable. El de Taiwán es un problema histórico legado de la guerra civil y un asunto interno de China. Debido a la interferencia de las fuerzas a favor de la «independencia de Taiwán», las relaciones interribereñas han sufrido varios altibajos. Sin embargo, el deseo de paz y reunificación constituye una voluntad a la que nadie puede contravenir. A partir de 2008, en adhesión al Consenso de 1992 que aboga por una China y sobre la base política común de oposición a la «independencia de Taiwán», ambos lados del Estrecho han logrado establecer y aumentar la confianza mutua, de modo que las relaciones interribereñas han tenido un viraje histórico y se han encauzado por la vía de desarrollo pacífico.

En los últimos siete años, ambos lados han mantenido once reuniones, en las que han firmado 23 acuerdos, incluido el Acuerdo Marco de Cooperación Económica (ECFA), para lograr el establecimiento de lazos completos, directos y recíprocos en transporte, comercio y servicios postales. En 2014, el volumen comercial entre los dos lados alcanzó 198.300 millones de dólares, y se estima que este año el número de personas que se visitan mutuamente llegará a diez millones. Todo esto ha traído beneficios tangibles a los pueblos de ambos lados y ha obtenido su amplio apoyo, lo que hace realidad este encuentro entre los líderes de ambos lados.

La nación china, con una historia de 5.000 años, tiene gran fuerza de cohesión. Este encuentro demuestra que los chinos de ambos lados tenemos suficiente sabiduría para tratar los «asuntos familiares». Por encima de las discrepancias políticas pendientes, ambas partes, a la luz del principio de «una China», han hecho un arreglo pragmático para que la reunión se haya realizado en nombre de líderes de los dos lados y que ellos se hayan tratado de «señor». De ahí la sinceridad basada en la búsqueda de terrenos comunes dejando las diferencias y en el respeto mutuo.

La unidad conduce a la prosperidad y la división a la decadencia. Siempre que mantengamos el principio de «una China», no habrá dificultad insuperable en las relaciones entre ambos lados y tendremos brillantes perspectivas para su desarrollo.

Como país amigo de China, España siempre sostiene el principio de «una China», posición que la parte china aprecia mucho. Esperamos que los diversos círculos de España sigan apoyando activamente a China en sus esfuezos por el desarrollo pacífico de las relaciones interribereñas y por la reunificación pacífica de la Patria.

*Consejero Político de la Embajada de China en España