Francia

Macron nombrará en 48 horas a otro primer ministro

Lecornu apuesta por un debate sobre la reforma de las pensiones para desbloquear la parálisis política en Francia

Lecornu ve margen para un acuerdo presupuestario en Francia que "aleja" el adelanto electoral
Lecornu ve margen para un acuerdo presupuestario en Francia que "aleja" el adelanto electoralEuropa Press

El primer ministro dimisionario francés ha asumido a última hora de este miércoles que la reforma de las pensiones de Macron es en estos momentos el asunto que “más bloquea” poder encontrar una salida a la crisis política que vive Francia. Así lo ha afirmado en France 2 tras entrevistarse con Macron en el Elíseo y presentar al presidente las conclusiones que ha obtenido tras un maratón de contactos con todos los grupos políticos excepto los extremos de derecha e izquierda en los últimos dos días desde que presentara su dimisión y se abriese una nueva crisis en Francia. El primer ministro en funciones no ha querido hablar de suspensión de la reforma que retrasa de 64 años la edad de jubilación y que fue aprobada por decreto, pero sí de la conveniencia de abrir un nuevo debate parlamentario sobre la reforma para poder desencallar un acuerdo de no censura con los socialistas que pueda sacar a Francia de la parálisis actual.

Lecornu ha afirmado que, tras las consultas realizadas, sí hay un punto común mayoritario en una Asamblea fragmentada: hay una mayoría que no quiere volver a las urnas, y con ello, Lecornu ha subrayado que es posible un compromiso sobre un nuevo primer ministro es posible en las próximas 48 horas que en cualquier caso no será él. “Mi misión acaba con estas negociaciones que el presidente me ha encargado” ha zanjado el primer ministro dimisionario. Lecornu ha afirmado que una vez su trabajo hecho, ahora la decisión corresponde a Macron quien probablemente deje aún pasar la jornada de hoy jueves ya que se celebrará por la tarde la ceremonia de entrada en el Panteón de Robert Badinter, el padre de la abolición de la pena de muerte en Francia. Lecornu ha afirmado que todas las opciones están abiertas, desde un nuevo primer ministro que salga de la izquierda moderada hasta un perfil técnico que sea aceptado por centro, conservadores y socialistas.

7 años de Macron
7 años de MacronTania NietoLA RAZÓN

Francia ha vivido este miércoles otra jornada de sobresaltos con declaraciones que iban cambiando el escenario político minuto a minuto. La jornada arrancaba con un moderado optimismo por parte de Sebastien Lecornu quien anunciaba que había “buena voluntad” para alcanzar un acuerdo que salvara al país de volver a las urnas. En la ecuación entraba la izquierda moderada y el precio a pagar era el suspenso de la polémica reforma de las pensiones de Macron que elevaba la edad de jubilación de los 62 a los 64 años. Las palabras de optimismo de Lecornu desde el palacio de Matignon contrastaban con las declaraciones que pocos minutos después hacía el secretario general de los socialistas, Olivier Faure, quien reducía las expectativas al considerar que no tenía garantías suficientes de que la reforma fuera a quedar en suspenso. Esa era al mismo tiempo la condición de la izquierda moderada para explorar una suerte de acuerdo de no agresión o no censura o incluso de participación en el gobierno. Durante buena parte de la jornada se llegó a especular con la opción de un primer ministro de izquierdas y la líder ecologista, Marine Tondelier, llegó a afirmar que “nunca estuvo tan cerca” dicha posibilidad. Las palabras de Elisabeth Borne, ex primera ministra cuando se aprobó por decreto la reforma, afirmando que estaba de acuerdo con su retirada habían animado ese posible acuerdo que más tarde se ha ido desinflando.

La marcha atrás en las reformas de las pensiones está lejos de crear unanimidad en el centro y la derecha. Más bien, suscita un rechazo radical del grupo conservador de Los Republicanos. Su congelación provocaría un agujero importante en unas arcas públicas de por sí bastante tensionadas. El ministro de Economía en funciones, Roland Lescure, ha llegado a advertir este miércoles que “modificar la reforma de las pensiones costará cientos de millones en 2026 y miles de millones en 2027”. Es decir, que solucionar la crisis y poner un parche temporal al momento puede salirle caro a Francia.

La presión sobre Macron se volvió aguda durante las últimas horas del pasado martes ya no por las críticas de la oposición sino del “fuego amigo”. Dos de sus ex primeros ministros más valorados como Edouard Phillippe y Gabriel Attal han salido a la palestra a criticar con duras palabras al presidente en lo que podría marcar un punto de no retorno en esta crisis. “Ya no entiendo las decisiones de Macron” ha afirmado Attal. Phillipe ha ido mucho más lejos pidiendo la dimisión “ordenada” pero adelantada al final de su mandato del que fuera su gran valedor en la política nacional.

Mientras tanto, los mercados han seguido castigado duramente a Francia desde el pasado lunes con el estallido de esta nueva crisis con bajadas discontinuas en la bolsa de París y un nuevo récord para la prima de riesgo francesa. Macron es consciente de que tiene que dar una respuesta a esta crisis y que en la medida que no sea contundente y sólida, la presión aumentará sobre su figura pese a que él haya asegurado en un sinfín de ocasiones que agotará su mandato hasta 2027. Los últimos sondeos asignan al jefe del Estado un 14% de popularidad, la cota más baja de todo su tiempo en el poder y un récord para un presidente. El 82% de los franceses afirma haber perdido su confianza en él, por encima incluso del momento más bajo de su predecesor, el socialista François Hollande.