Crisis migratoria en Europa

Los héroes no anónimos del Mediterráneo

Con sus buques «Astral» y «Golfo Azzuro», la ONG Proactiva Open Arms lleva años salvando a refugiados en el Mediterráneo. El último famoso en sumarse a su iniciativa es el jugador de la NBA Marc Gasol, pero no es el único.

«Necesito que alguien me responda, como ciudadano, como ser humano, porque no entiendo cómo alguien es capaz de dejar a un niño atrás»,. afirma Marc Gasol
«Necesito que alguien me responda, como ciudadano, como ser humano, porque no entiendo cómo alguien es capaz de dejar a un niño atrás»,. afirma Marc Gasollarazon

Con sus buques «Astral» y «Golfo Azzuro», la ONG Proactiva Open Arms lleva años salvando a refugiados en el Mediterráneo. El último famoso en sumarse a su iniciativa es el jugador de la NBA Marc Gasol, pero no es el único.

Al jugador de baloncesto Marc Gasol le asociamos con la NBA, con la victoria en el Mundial de 2006 y de los europeos de 2009 y 2011. A partir de ahora, su rostro y su nombre también van de la mano de la solidaridad y la sensibilidad ante la dramática situación que sufren miles de personas en aguas del Mediterráneo. Gracias a él, Josefa, una camerunesa de 40 años, está viva.

El deportista ha sacrificado sus vacaciones para embarcarse en el barco de salvamento de la ONG española Proactiva Open Arms que patrulla las aguas internacionales en busca de pateras a la deriva con migrantes que huyen del horror de la guerra, de la esclavitud en su países o de la pobreza. Ha sido testigo de cómo el Mediterráneo sigue tiñéndose de un color rojo cada vez más intenso, el de los anónimos que mueren cada día intentando alcanzar Europa. En una rueda de prensa, ha explicado que durante la noche del 16 al 17 de julio estuvieron pendientes de las llamadas del mercante «Triades» a los guardacostas libios advirtiendo del riesgo de hundimiento de una embarcación atestada de migrantes, pero finalmente el carguero dejó el lugar. Se dirigieron hacia las últimas coordinadas que se habían comunicado y al llegar se encontró que la patrullera libia se había marchado dejando restos de la embarcación de los migrantes y tres cuerpos del que uno dio signos de vida y fue sacado del agua por los socorristas voluntarios. «Uno de los cuerpos es Josefa y está con vida. Está aguantándose con el codo y luchando por su vida», ha contado Marc Gasol que tiene clavada la «imagen indescriptible de un niño pequeño que parecía dormido», el cadáver de la víctima menor, de entre 3 y 6 años, junto al de una mujer, de entre 30 y 40 años. «¿Cómo puede ser que haya una persona en el mar que se haya dejado atrás? Y un niño, alguien ha sido capaz de dejarlo ahí. Necesito que alguien me responda, como ciudadano, como ser humano, porque no entiendo cómo alguien es capaz de hacer algo así», ha denunciado.

Afectado por la tragedia, el jugador ha demostrado que es un hombre de hechos y no solo de palabras. Sin embargo, su actuación a bordo del Open Arms ha desatado críticas de algunos sectores que tachan de oportunista al jugador. Unas acusaciones sin fundamento, según denuncian otros dos rostros conocidos, que con su imagen han ayudado a visibilizar el drama de los refugiados. Son el también jugador de baloncesto Jordi Villacampa y el actor y presentador Jorge Fernández.

Villacampa fue jugador del Joventut desde 1980 a 1997 y posteriormente dirigió el Club de Badalona. Finalizada esa etapa, durante 15 días se embarcó en el buque «Golfo Azzurro» de la ONG Open Arms, la misma con la que Marc Gasol se lanzó a la mar, una experiencia que le cambió la vida y le ayudó a valorar la cosas, como él mismo ha reconocido en una entrevista telefónica a LA RAZÓN.

«Marc no tiene ninguna necesidad de subirse al barco, él estaría más tranquilo en su casa. Lo hace porque le sale de dentro y no para quedar bien con nadie», ha señalado el deportista al ser preguntado por las críticas hacia el jugador catalán. En su opinión, la humanidad atraviesa una crisis de valores: «La gente está siendo muy insensible».

No es su caso. «Yo creo que el mundo del deporte es un mundo de valores. Tras la muerte del niño kurdo, Alan Kurdi, me sensibilicé y empecé a informarme de lo que estaba pasando en esa parte de Europa», ha explicado. Contactó con Òscar Camps, fundador y director de la ONG badalonesa Proactiva Open Arms, y no lo dudó ni un segundo, se embarcó desde Malta y estuvo a bordo del «Golfo Azzuro» durante dos semanas. Su periplo empezó antes de subirse en la embarcación. «Te preparas psicológicamente para ir. Me comentaron cosas como ''¿has pensado en los olores, en los silencios que te puedes encontrar o en los gritos de los niños pequeños o en la frustración de no rescatar a alguien?''». Una vez a bordo, describe que la tripulación está 24 horas en alerta, vigilando tanto visualmente como por el sonar. Y en caso de que haya un aviso, en cuestión de segundos la tensión dispara la adrenalina y empieza un rescate a contrarreloj. «Hay veces que las barcas están deshinchadas y hay que actuar rápido para evitar que se ahoguen». Una vez que son rescatados, la mirada de los migrantes es «de humillación absoluta, sin nada de dignidad y gratitud absoluta. Se ponen contentos, vayan donde vayan porque están salvados». El deportista reconoce que a su vuelta necesitó acudir al psicólogo: «Allí estuve más o menos fuerte, pero cuando volví muchas cosas me desencajaron», ha revelado.

El presentador y actor, Jorge Fernández, considera que las críticas al jugador de la NBA son «absurdas». Insiste en que apadrinar causas humanitarias y sociales, «es parte fundamental de nuestro trabajo». «Tenemos la suerte de ser un poquito altavoces y de que nuestra voz es un poquito más alta que la de los demás». En su caso, viajó a los campos de refugiados de Jordania y asentamientos de Líbano con el Comité español de ACNUR.

«Me sorprendió ver cómo llegan familias enteras con niños sin nada. Toda su vida cabe en una carpeta», ha denunciado en declaraciones a este medio. Marc, Jordi y Jorge tienen algo en común y va mucho más allá de su fama y su profesión. Forman parte de la lista de personas que aprovechan su tirón mediático y sus seguidores para promover labores de ayuda a los refugiados de todas las partes del mundo. Sin duda, el partido o el programa más difícil al que se enfrentan.