Dos miembros del Gabinete conservador dimiten por dialogar con «un marxista» que no cree en el país.

La «premier» Theresa May mantuvo ayer su primera reunión con el líder de la oposición, Jeremy Corbyn, en su intento de desbloquear la crisis del Brexit. Según un portavoz de Downing Street, la conversación fue «constructiva» y ambas partes «mostraron flexibilidad», por lo que cada vez parece ganar más peso la posibilidad de que la líder «tory» pueda llegar a aceptar «in extremis» la negociación de una unión aduanera con la UE. En cualquier caso, el político laborista no se mostró tan positivo y señaló que no había habido «tanto cambio» como él esperaba. «Ha sido una reunión útil, pero no concluyente», matizó.

La cita –que se repetirá hoy– tuvo lugar después de que la «premier» haya solicitado una nueva extensión corta a Bruselas para evitar el divorcio caótico el 12 de abril, fecha en la que finalizaba la primera. Después de que el acuerdo de retirada haya sido rechazado ya en tres ocasiones por sus señorías, May ha tendido la mano al líder de la oposición laborista para encontrar una vía que cuente con el respaldo de la mayoría de la Cámara Baja.

Sin embargo, su estrategia no ha gustado nada a una parte importante de sus filas. De hecho, dos miembros del Gabinete presentaron ayer su dimisión. Chris Heaton-Harris dejó su puesto como secretario de Estado para el Brexit y Nigel Adams renunció como secretario de Estado para Gales. A pesar de ser un cargo menor, la salida de este último causó gran revuelo por su carta incendiaria, donde acusaba a la «premier» «de maquinar un acuerdo con un marxista que nunca ha priorizado los intereses de Reino Unido ante la posibilidad de un Brexit abrupto».

Entretanto, los líderes de cinco grupos minoritarios de la oposición reclamaron a May y Corbyn que cualquier pacto que pudieran acordar lo sometieran a referéndum antes de aplicarlo.

Votación suspendida

Por su parte, el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, ejerció ayer su voto de calidad para bloquear una propuesta que preveía celebrar una nueva votación el lunes sobre alternativas al acuerdo de retirada. La votación de una enmienda con la que los diputados pretendían tomar una vez más el control de la agenda parlamentaria acabó en empate, con 310 votos a favor y 310 votos en contra, por lo que el conocido como «Mr. Speaker» decidió dar la victoria a los parlamentarios que se oponían al plan. La última ocasión en la que el presidente de los Comunes ejerció esa prerrogativa fue en 1993, precisamente durante un debate sobre el Tratado de Maastricht. En la última semana, el Parlamento ha celebrado dos votaciones sobre opciones alternativas al Brexit, en las que los diputados han descartado todas las propuestas. Aunque la opción de negociar una unión aduanera con la UE se quedó solo a tres votos de ser aprobada.

Por su parte, un grupo de diputados liderados por la laborista Yvette Cooper presentaron un proyecto de ley para descartar completamente el escenario del divorcio sin pacto en cualquier escenario. El objetivo es tramitarlo por la vía rápida para que la ley esté lista antes de la cumbre europea del próximo 10 de abril.