
Violencia
Michoacán, el reflejo sangriento donde México busca la paz que no llega
Mientras Estados Unidos contempla operaciones encubiertas, Sheinbaum apuesta por recuperar a los jóvenes para evitar que caigan en manos del narco

Michoacán es el espejo donde México sigue buscando las claves para poner fin a su espiral de violencia. El asesinato a sangre fría de Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, la segunda ciudad de Michoacán, el sábado pasado ha despertado un movimiento ciudadano para clamar por justicia y soluciones que pongan fin al ciclo sangriento que México vive desde hace demasiado tiempo. El próximo año se cumplirán dos décadas desde que el expresidente Felipe Calderón lanzara la «guerra contra el narco», precisamente en Michoacán. Han cambiado algunos nombres, los cárteles se han escindido y reconvertido, y las estadísticas han bailado… pero la falta de seguridad sigue siendo la principal preocupación de los michoacanos y de todos los mexicanos.
Nada más llegar a la Casa Blanca, Donald Trump designó al Cártel Jalisco Nueva Generación, el Cártel de Sinaloa, el Cártel del Golfo, la Nueva Familia Michoacana, el Cártel del Noroeste (una escisión de Los Zetas) y Cárteles Unidos como «organizaciones terroristas extranjeras», lo que le otorga un marco legal para poder perseguirlos y atacarlos. Desde el día que tomó posesión, una operación militar de Estados Unidos contra los cárteles ha estado sobre la mesa.
La administración Trump lleva varios meses atacando a supuestos narcotraficantes venezolanos en el Caribe. Desde que iniciaron las operaciones en septiembre, ya son casi 70 muertos en ataques en aguas internacionales. Sin embargo, las diferencias entre Venezuela y México son notables. Aunque Trump piensa que ambos países están gobernados por narcos, su objetivo con Nicolás Maduro es derrocarlo, mientras que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, le cae bien. «Es una mujer maravillosa», dijo hace unos meses Trump. Por dar una respuesta sencilla.
La realidad es más compleja. Estados Unidos y México son socios comerciales prioritarios y, a pesar de las tensiones arancelarias, existe buen entendimiento y sintonía entre ambos países norteamericanos. Además, los equipos de trabajo de Sheinbaum y Trump están a punto de concretar un nuevo acuerdo de seguridad bilateral.
Lo que no se puede descartar son operaciones puntuales, las conocidas como operaciones «quirúrgicas» de la CIA. Esta semana, «NBC News» adelantó que la administración Trump estaría planeando desplegar tropas y agentes de inteligencia en México. Sheinbaum lo desmintió tajantemente, como lo ha hecho cada vez que su homólogo le ha ofrecido ayuda para combatir a los cárteles. «Siempre le he dicho: muchas gracias, presidente Trump, pero no».
«No hay que descartar operaciones encubiertas», asegura Javier Oliva Posada, politólogo y coordinador del Seminario de Estudios de Defensa y Seguridad de la UNAM, en conversación telefónica con La Razón mientras se dirige a una reunión en la Secretaría de Marina en la Ciudad de México. «Una operación encubierta como la que el año pasado terminó con la detención de Ismael “El Mayo” Zambada [uno de los fundadores del Cártel de Sinaloa]», especifica el profesor Oliva, al precisar que fue una operación llevada a cabo bajo la administración de Joe Biden.
La otra cara de la moneda es el «Plan Michoacán» que Sheinbaum anunció horas después del asesinato del presidente municipal de Uruapan. Aunque la estrategia se dará a conocer en detalle el domingo, Sheinbaum adelantó que el trabajo será fundamental con los jóvenes. «El asunto es que hay que acercarse a los jóvenes. Les llamaron ninis, rechazados. No. Tenemos que hacer todo lo que esté en nuestras manos para que ningún joven se acerque a un grupo delincuencial».
El asesino del alcalde Carlos Manzo tenía 17 años y, según su familia, también problemas de adicción a las drogas. El joven, que fue abatido por las fuerzas de seguridad tras disparar a Manzo, creció en una generación que se benefició de los programas sociales del expresidente Andrés Manuel López Obrador, como Jóvenes Construyendo el Futuro o las becas Benito Juárez, que supuestamente iban a prevenir que los adolescentes se alistaran en las filas del crimen organizado.
En Michoacán hay mucho escepticismo respecto a que el «Plan de Paz y Justicia» vaya a ser la solución. Hace una década se presentó uno similar que poco prosperó. Sin embargo, el experto Javier Oliva matiza que, a diferencia de la administración pasada, en esta ocasión «la presidenta sí nombró a personas que saben de seguridad», en referencia a su secretario de Seguridad y equipo clave.
Sheinbaum se enorgullece de que las cifras de muertes dolosas hayan bajado un 32 % desde que llegó al Gobierno. Si el año pasado se producían 87 homicidios diarios en México, ahora la media ha bajado a 60 diarios. Sin embargo, las desapariciones se han multiplicado. Y también las extorsiones. Un panorama, un laberinto, que aunque cambia de forma y estrategia, parece llegar siempre al mismo destino.
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