
Defensa
China prepara su nueva arma definitiva: un peculiar portaaviones de drones
Pekín da un nuevo paso en la guerra no tripulada con un enigmático «mini porta-drones» para pruebas y entrenamiento con unas imágenes de la televisión estatal que confirman las primeras maniobras del buque con un helicóptero sin piloto en alta mar

La carrera por el dominio naval del futuro no se libra únicamente en la construcción de gigantescos portaaviones o destructores, sino en el desarrollo de tecnologías que cambiarán las reglas del juego. En este tablero, China mueve ficha con una ambición clara: lograr un salto cualitativo para su aviación naval. El objetivo final de Pekín es operar drones furtivos desde portaaviones, una capacidad ofensiva que hasta ahora parecía reservada a las potencias más avanzadas y que redefiniría el equilibrio de poder en los mares de Asia. Este esfuerzo se alinea con la creciente convicción entre los estrategas militares de que los drones son la superarma definitiva que decidirá la próxima guerra, convirtiendo su dominio en una prioridad estratégica.
Para alcanzar esa meta, sin embargo, el camino es largo y requiere una experimentación exhaustiva. Antes de integrar sistemas tan complejos en buques de primera línea, es imprescindible disponer de una plataforma dedicada a la prueba y error. Se necesita un auténtico laboratorio flotante donde poder ensayar nuevos drones y sistemas de guerra electrónica, además de entrenar a las tripulaciones que se enfrentarán a esta nueva doctrina de combate no tripulado. Esta necesidad de plataformas de lanzamiento innovadoras no es exclusiva de China, ya que otras potencias también exploran conceptos como el de lanzar drones desde aviones cisterna en pleno vuelo.
Esa plataforma ya existe y ha sido revelada recientemente por la propia cadena estatal china, CCTV-7. Las imágenes muestran un enigmático buque experimental de unos 100 metros de eslora por 25 de manga, botado discretamente en 2022. El astillero, Jiangsu Dayang Marine, según informa el medio The War Zone, ya ha construido otros prototipos para la Armada china, lo que demuestra que este proyecto se enmarca en una estrategia bien definida y de largo recorrido. Esta estrategia se manifiesta no solo en proyectos secretos, sino también en grandes demostraciones de fuerza, como cuando China realizó el mayor desfile militar de su historia para exhibir sus avances al mundo.
Un banco de pruebas para la guerra no tripulada
En este sentido, las maniobras televisadas no solo desvelaron el buque, sino también su primera carga de pruebas. Sobre su cubierta se encontraba operando un helicóptero no tripulado AR-500CJ, una versión navalizada del AR-500 de la corporación AVIC. Este modelo, que realizó su primer vuelo en 2022, está específicamente diseñado para soportar las duras condiciones del entorno marítimo, un detalle que subraya la seriedad y el grado de avance del programa.
La actividad de los astilleros de Jiangsu Dayang Marine confirma que este tipo de plataformas son una pieza clave en la modernización naval china. De sus gradas han salido previamente otras embarcaciones experimentales, como unas curiosas «naves nodriza» de drones de tipo catamarán. Dichos buques fueron concebidos para operar como plataformas de lanzamiento y recuperación de enjambres de vehículos aéreos no tripulados, anticipando un futuro donde la cantidad y la coordinación serán tan importantes como la capacidad individual de cada aparato.
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