
Guerra en Ucrania
Ucrania en la oscuridad: Moscú ataca el sistema energético para doblegar la resistencia
Además de los continuos cortes de electricidad, cerca del 50% de la capacidad de producción de gas de Ucrania se ha visto afectada en el último mes

"El metro no funcionó durante dos días. La electricidad ha sido intermitente, según el horario de cortes de energía, y dependemos de bancos de energía y linternas. Es difícil, pero resistimos", cuenta a LA RAZÓN Victoria Poslushna, farmacéutica de 44 años de Járkov. Situada a solo 30 km de Rusia, esta ciudad y sus 1,2 millones de habitantes son especialmente vulnerables a los ataques rusos. Los misiles tardan segundos en llegar y las alarmas antiaéreas suenan varias veces al día.
Poslushna y su hijo de 16 años no son ajenos al peligro constante, con muchas noches pasadas rezando bajo el fuerte ruido de drones que vuelan sobre las casas para evitar las defensas antiaéreas. Con Rusia en búsqueda constante de formas de aplastar la resistencia, las centrales y otra infraestructura energética se han convertido en los blancos principales en las últimas semanas. Como resultado, los vecinos han estado pasando hasta 14 horas al día sin electricidad. Algunos tampoco tienen calefacción.
Los ataques rusos contra las centrales térmicas interrumpen el suministro central de calefacción, mientras que alrededor del 50% de la capacidad de producción de gas de Ucrania también ha sido eliminada o dañada en el último mes.
Las reparaciones de emergencia buscan reducir la duración de los cortes de energía, que continúan en la mayoría de las regiones del país. Los ingenieros desafían el constante peligro de ataques repetidos, mientras el Estado aumenta las importaciones de gas. A medida que las temperaturas están a punto de caer y los ataques rusos continúan sin pausa, el temor es que millones de ucranianos puedan enfrentar un invierno oscuro y frío.
Los ataques en curso representan ya el tercer intento de Rusia de sumir a Ucrania en la oscuridad. Durante el invierno de 2022-2023, apuntó a elementos clave de la red eléctrica, responsables de la distribución de electricidad, con salvas de cientos de misiles. Aunque los ucranianos pasaron días sin electricidad, agua corriente o calefacción, el sistema resistió, ayudado por socios extranjeros y soluciones ingeniosas de ingenieros ucranianos.
En la primavera de 2024, Rusia cambió su estrategia y apuntó, sobre todo, a la capacidad de generación de Ucrania con misiles y drones. Todas las centrales hidroeléctricas y térmicas del país fueron alcanzadas, mientras que las subestaciones alrededor de las plantas nucleares también fueron atacadas, lo que creó el riesgo de un incidente radiactivo. Una vez más, los ucranianos resistieron y se apresuraron a reparar los daños y erigir barreras físicas contra drones y misiles rusos.
Desde octubre, Rusia ha estado apuntando a subestaciones clave y plantas de generación de energía con cientos de drones y misiles. A diferencia de ocasiones anteriores, no intentó derribar todo el sistema en un solo ataque. En cambio, cada ataque tiende a enfocarse en un número menor de objetivos, buscando abrumar las defensas antiaéreas y maximizar el daño.
Aislamiento energético
"Rusia busca aislar por completo algunas regiones de la red", dijo el experto en energía Oleksandr Jarchenko en una reciente rueda de prensa. En varias oleadas, las centrales térmicas del país, en Leópolis, Ivano-Frankivsk, Kiev y otras regiones, fueron golpeadas una vez más, revirtiendo gran parte de las reparaciones. La infraestructura alrededor de las plantas nucleares también fue alcanzada. El daño a la red provocó que la electricidad, en superávit en algunas regiones o proveniente de países vecinos, no pudiera llegar a partes de Kiev, al este y al sur del país.
Parte de la infraestructura ha sido preservada por grandes estructuras de concreto construidas a su alrededor, aunque las obras no se han completado a tiempo. Para proteger algunos objetos, como grandes plantas de generación, el país necesita más defensas antiaéreas, especialmente contra los misiles balísticos, que solo pueden ser derribados por sistemas antiaéreos modernos como Patriot o SAMP-T, de los que Ucrania solo tiene unos pocos.
El invierno será difícil, coinciden los expertos, pero los ucranianos no van a rendirse ante la presión rusa. Miles de sótanos y espacios comunales se están equipando con generadores de energía, estufas de leña, para ser usados como puntos de calefacción y carga en todo el país, mientras las autoridades locales instan a los residentes a cuidar a los ancianos, los enfermos y otros más necesitados.
El descubrimiento de una presunta trama de corrupción en Energoatom, el monopolio nuclear, ha indignado a los ucranianos, que sufren los cortes de energía mientras pagan el doble por la electricidad tras un aumento de precios diseñado para sostener el sistema en medio de los ataques rusos. En reacción, el gobierno de Ucrania ya ha lanzado una importante reforma del sector para mejorar la supervisión y la eficiencia, mientras continúa la investigación por parte de los organismos anticorrupción.
Aun así, hay preocupación de que el escándalo pueda disminuir la ayuda crítica, que el país ha estado recibiendo de sus socios extranjeros. Reducir tal ayuda sería un error, dijo a LA RAZÓN Antón Grushetski, director del Instituto Internacional de Sociología de Kiev. "Una familia ucraniana cuya casa sea alcanzada por un misil y quede enterrada bajo los escombros no tiene la culpa de ningún funcionario deshonesto. Ucrania necesita los sistemas de defensa antiaérea y otra asistencia que pueda protegerlos”, subrayó.
✕
Accede a tu cuenta para comentar


