Paraguay

Paraguay busca en las elecciones el final de su crisis política

Dos candidatos derechistas, Horacio Cartes y Efraín Alegre, se disputan este domingo la presidencia del país

Efraín Alegre, del Partido Liberal Radical, y Horacio Cartes, del Partido Colorado
Efraín Alegre, del Partido Liberal Radical, y Horacio Cartes, del Partido Coloradolarazon

El panorama político paraguayo sufrió un terremoto el 22 de junio del año pasado. Ese día el presidente izquierdista Fernando Lugo -apoyado por una coalición muy variada que incluía partidos de centro derecha- fue destituido tras una moción de censura respaldada por amplia mayoría parlamentaria. Acababa así la legislatura del primer gobierno progresista que Paraguay ha tenido en los últimos cincuenta años. El detonante del llamado "juicio político"contra Lugo fue la matanza de once campesinos y seis policías en el transcurso de un tiroteo ocurrido en una finca una semana antes.

Cuando el seísmo político acabó en la tarde de ese 22 de junio, el que había sido hasta entonces vicepresidente del país, el derechista Federico Franco, se hizo con el cargo de presidente del país. Empezó entonces otra disputa en el exterior de Paraguay. Los países de la alianza económica Mercosur (Brasil, Argentina y Uruguay) no reconocieron a Franco como presidente y suspendieron a Paraguay como miembro del grupo hasta la celebración de elecciones.

El momento de las urnas ha llegado. Paraguay celebra este domingo elecciones presidenciales y legislativas que pondrán fin a la crisis política abierta con la destitución de Lugo. Sólo dos candidatos -los dos de derechas- tienen opciones de victoria. Son el liberal Efraín Alegre, senador y ex ministro de Obras Públicas en el Gobierno de Lugo (del Partido Liberal Radical Auténtico), y el empresario Horacio Cartes, del Partido Colorado, la formación que se mantuvo en el poder desde 1947 hasta la victoria del ex obispo Lugo en 2008. Las encuestas dan una victoria a Cartes por hasta siete puntos. Algunas arrojan un resultado de empate técnico.

Alegre aseguró días atrás que tiene "un modelo de liderazgo diferente al tradicional"basado en el "Paraguay decente frente al Paraguay de las mafias". Ambos plantean políticas similares. "Los dos están de acuerdo con algunas reformas cosméticas del Estado paraguayo. No apoyan una reforma constitucional y creen que aumentando el nivel de eficacia del Gobierno es posible reducir el índice de pobreza. También piensan que la inversión extranjera es la garantía para generar empleo en el país", explica el analista político paraguayo Benjamin Fernández Bogado en declaraciones a este periódico.

"Estas elecciones son las primeras en democracia en las que el Partido Colorado concurre con un candidato que haya podido aglutinar a todos sus sectores, como lo ha hecho Cartes. Eso le da una tremenda ventaja frente a las demás fuerzas políticas", afirma Bogado.

Los analistas consultados aseguran que ni el presidente el Lugo ni su sucesor Federico Franco han logrado sacar adelante reformas de calado en Paraguay, definido por Fernández Bogado como un país "salvajemente conservador"que cuenta con un índice de pobreza del 35%. Los escándalos de partenidad irresponsable del ex obispo Lugo (ha reconocido hijos de distintas mujeres) y su dedicación a luchar contra el cáncer le han restado tiempo. "Su gobierno no se ha diferenciado en mucho de los anteriores. Demostró una notable ineficacia y escaso apego a las tareas que conlleva la presidencia de un país", afirma Bogado.

Ana María Rivas, periodista paraguaya de temas políticos en el diario "ABC Color", asegura a LA RAZÓN que Fernando Lugo "fue una gran esperanza que terminó en una gran decepción", un dirigente que no supo explotar su potencialidad para cambiar el país porque se centró en la política exterior ligada a la idea del reforzar el eje bolivariano. "Su ministerio más fuerte era el de Exteriores", matiza Rivas.

Sobre el Gobierno de Federico Franco, que entra en su recta final, Rivas explica que ha tenido dos efectos: "Superar los temores ante una bolivarianización de la política paraguaya, y tranquilizar a los propietarios de las tierras, a los ganadores y a la clase dirigente del país". La cuestión de la tierra es un problema central en Paraguay, añade Rivas. "Si preguntas a alguien de izquierdas dirá que el 5% de los más pudientes poseen el 80% de las tierras. Es muy difícil saber las cifras porque no existe un catastro oficial".

Gane quien gane este domingo, el nuevo presidente tendrá entre sus retos disminuir la impunidad que hace que sólo un 1% de los que cometen un crimen sean sancionados y sólo un 5% procesados. También deberá consolidar los cimientos de una economía que "está extremadamente bien", dice Rivas, "siempre y cuando los precios de la soja y de la carne sigan altos. Éste es nuestro petróleo"