Estados Unidos

Pequeños grandes pasos

La Razón
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La sociedad norteamericana ha expresado su rechazo al uso indiscriminado de armas. ¿Está cambiando la sociedad de este país?

Este movimiento se ha ido gestando a través de los años. Los últimos tiroteos han movilizado a los estudiantes, lo que ha conducido a la sensibilización de un público amplio. Como los movimientos por los derechos civiles o en contra de la guerra, el germen ha sido promovido por los estudiantes, quienes estaban afectados de forma directa. Estados Unidos está dividido sobre el control de las armas pero existe un amplio respaldo a prohibir ciertos aspectos como los «bump stock», es decir, el mecanismo que permite que se disparen todos los cartuchos de un arma con un solo click. Si este movimiento sigue presionando y al mismo tiempo se respeta el derecho a poseer una arma es probable que tengan éxito a la hora de imponer límites. Parece que Trump ha cambiado su parecer respecto al control de armas.

¿Impulsará realmente Trump una nueva ley para limitar las armas?

Trump ha demostrado que puede ser un presidente influenciable. Desde que los republicanos controlan todas las ramas del Gobierno, el cambio tiene que venir del partido. Tras el comportamiento que Trump ha tenido con Siria hemos visto que es imprevisible, así que no estoy seguro de que el presidente vaya a ser decisivo a la hora de resolver este conflicto. Algunas compañías han adoptado medidas sobre el control de armas. ¿Están realizando este tipo de empresas los ajustes que el Gobierno nunca hará?

Sin duda, éste ha sido uno de los avances más interesantes. Walmart o Dick’s Sporting Goods están escuchando más al pueblo americano que el presidente y el Partido Republicano. Más cambios de este tipo podrían incrementar la presión y el activismo por parte de los consumidores.

¿Es el control sobre los antecedentes del portador de armas suficiente para poner fin a los tiroteos?

No creo que haya una sola cosa que sea suficiente para parar este tipo de comportamientos. Tenemos que considerar todas las opciones: control de antecedentes, evaluaciones mentales, mejoras en el control de armas. Ninguna propuesta tanto de la derecha como de la izquierda debería ser ignorada. Tenemos de media más de 30.000 muertes al año por armas en el país (contando los suicidios), el índice más alto en un Estado desarrollado. Tras el 11-S, las autoridades lograron reducir el terrorismo con muchos planes; ahora hay que poner el mismo esfuerzo en reducir los ataques con armas de fuego.