
Guerra en Europa
Putin celebra el Día de la Victoria con la tregua en Ucrania en el aire
El presidente ruso usa el desfile para mostrar músculo militar mientras Trump vuelve a lanzarle un ultimátum: tregua de 30 días o más sanciones a Rusia

L a conmemoración del final de la Segunda Guerra Mundial, el 9 de mayo, siempre fue la fiesta soviética por excelencia. En el momento de la desaparición de la URSS, hace ya 33 años, todavía podían salir a la calle a celebrarlo miles de veteranos y ciudadanos que habían sufrido los horrores de aquella guerra que se cebó con la vida de más de diez millones y medio de personas. La Rusia de hoy ya no cuenta con esos testigos directos aunque sí con millones de ciudadanos que escucharon los relatos de sus padres y abuelos. Uno de ellos, Vladimir Putin, presidió ayer en la Plaza Roja el desfile rodeado de la plana mayor del ejército de su país y acompañado por jefes de más de veinte estados, como los presidentes de China, Xi Jinping; de Venezuela, Nicolás Maduro; de Cuba, Miguel Díaz-Canel; de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; de Serbia, Aleksandar Vucic; y el primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, entre otros. La fiesta de ayer era mucho más que la celebración del final de la gran guerra mundial. Putin lo sabía y por eso se calculó todo al milímetro para que saliera perfecto. El mundo iba a verlo a través de la televisión y oportunidades como esa Rusia no ha tenido muchas desde que empezara sus ataques en suelo ucraniano.
Más de tres años han pasado. Rusia tiene presente que es un país en guerra y no dejó escapar la oportunidad para reafirmarse en su campaña militar en el Donbás. Así lo recordó Putin en su discurso afirmando que «todo el país, la sociedad, el pueblo apoya a los participantes en la operación militar especial». Haciendo hincapié en que la gente a la que representa «se siente orgullosa de su valentía». Por último, el mandatario ruso ha dicho con contundencia que «Rusia ha sido y será una barrera indestructible contra el nazismo».
En esa tribuna de Lenin estaban presentes militares llegados de ese nuevo conflicto que el Kremlin no ha dejado de comparar con la Segunda Guerra Mundial por su lucha contra el fascismo. En el desfile participaron más de 10.000 soldados rusos acompañados por militares de trece países. En honor al presidente chino Xi Jinping, invitado de honor de Putin, una guardia de honor china desfiló delante de los allí congregados. 183 equipos militares, algunos utilizados hace más de ochenta años, que atravesaron la Plaza Roja acompañados por otros que se encuentran en funcionamiento en la actualidad en esa Operación Espacial. El acto lo encabezaron los famosos tanques T-34 y las unidades de artillería autopropulsadas SU-100, aunque sin duda las estrellas del mismo fueron los misiles balísticos intercontinentales Yars, que tienen un alcance de hasta 12.000 kilómetros. También desfilaron drones de última generación, como los Gueran-2 o los drones espía Orlán. La fiesta se ha preparado a conciencia en todo el país y los desfiles se han llevado a cabo en las principales ciudades rusas. Las medidas de seguridad han sido extremas por la amenaza de que Ucrania lanzara algún ataque. El gobierno de Kiev ha descartado cualquier intento de atentar contra la celebración lamentando que Rusia no está cumpliendo con el alto el fuego decretado unilateralmente durante los tres días de celebración del día de la Victoria hasta mañana.
Desde Ucrania han comunicado que su presidente, Volodimir Zelenski, y su homólogo estadounidense, Donald Trump, han mantenido una conversación en la que habrían acordado llegar a una tregua de, al menos, 30 días, en el conflicto del Donbas, con medidas sancionadoras extraordinarias por parte de Washington si el Kremlin se negara a aceptarla. La propuesta ha sido vista con buenos ojos por parte de la Unión Europea, pero falta la decisión de Putin que debería responder en las próximas horas.
Por otra parte, el Kremlin confirmó ayer que Rusia y Estados Unidos han abordado durante sus negociaciones de normalización la posible reanudación de los suministros de gas a Europa, suspendidos desde el comienzo de la guerra en Ucrania hace más de tres años. «Estamos tratando ese tema», dijo Yuri Ushakov, asesor internacional del Kremlin, a medios locales.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aseguró esta semana que la Unión Europea (UE) debe hacer «todo lo posible» para mantener en pie su negativa a importar gas ruso con el fin de consolidar la posición de Ucrania de cara a unas futuras conversaciones de paz.
«Algunos siguen diciendo que deberíamos reabrir los grifos del gas y el petróleo ruso. Esto sería un error de proporciones históricas y no permitiremos que ocurra», afirmó Von der Leyen en un discurso ante el plenario del Parlamento Europeo.
La funcionaria se refería a la postura de Hungría y Eslovaquia que quieren seguir importado energía rusa.
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