Aliados
Qué hay detrás de la visita de alto voltaje de Xi Jinping a Rusia
El viaje del líder chino se produce cuando el orden internacional está experimentando ajustes profundos y el multilateralismo se está viendo desafiado
El presidente chino, Xi Jinping, viaja este miércoles a Moscú para asistir al desfile por el 80º aniversario de la victoria soviética sobre la Alemania nazi y reunirse con Vladímir Putin, con quien se espera que cierre filas contra la guerra comercial de EE.UU. y las críticas de la UE, que ve en Pekín un "facilitador clave" del conflicto. Xi, que visita el país por undécima vez desde 2013, mantendrá una "comunicación estratégica" con Putin "sobre el desarrollo de las relaciones sino-rusas" y sobre "una serie de importantes cuestiones internacionales y regionales", según Pekín.
"Confiamos en que los importantes consensos alcanzados entre ambos líderes profundizarán aún más la confianza política mutua, promoverán la cooperación pragmática en diversos ámbitos y brindarán mayores beneficios a los pueblos de ambos países", subrayó el pasado fin de semana un portavoz del Ministerio de Exteriores chino.
Según la cartera, Xi y Putin acordaron previamente que ambas partes asistan al desfile militar para "honrar a los mártires, defender los resultados de la victoria en la guerra y el orden internacional de la posguerra, y defender la equidad y la justicia internacionales".
Xi, un "querido amigo"
Así, y con motivo del desfile, el Ejército Popular de Liberación enviará una guardia de honor, tal y como ya hizo en 2015, y algo que los analistas interpretan como un gesto de "apoyo al sistema internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial".
Putin ya había anticipado la visita de Xi, al que definió como un "querido amigo", durante su reunión del pasado 1 de abril en Moscú con el titular chino de Exteriores, Wang Yi, quien, por su parte, resaltó ante su par ruso, Serguéi Lavrov, que "hoy en día se libra una intensa pugna tanto en el ámbito unilateral como multilateral, en un escenario marcado por la competencia entre quienes buscan mantener la hegemonía y quienes se oponen a ella".
La prensa china destaca hoy que la visita se produce en un momento en que "el orden internacional está experimentando ajustes profundos y el multilateralismo se está viendo desafiado", algo llamado a "impulsar la relación entre China y Rusia, demostrando a la comunidad internacional la firme postura de ambos países en oponerse a prácticas intimidatorias", en clara alusión a Donald Trump y su guerra comercial.
Según un portavoz de la Cancillería, este año también se conmemorará el 80º aniversario de la fundación de las Naciones Unidas, donde China y "Rusia fortalecerán aún más su estrecha coordinación" con la agenda de impulsar la participación del Sur Global en el organismo.
La guerra en Ucrania, telón de fondo
La visita llega también marcada por las acusaciones de Bruselas de que Pekín sigue siendo "un facilitador clave para la continua guerra de agresión de Rusia", según declaró en los últimos días la portavoz de la CE Anitta Hipper en una rueda de prensa. "Sin el apoyo de China a Rusia, Rusia no sería capaz de continuar su guerra de agresión contra Ucrania con la misma fuerza", destacó.
Por su parte, Pekín ha rechazado de forma reiterada las acusaciones de Occidente sobre su apoyo militar a Moscú pero no ha condenado la invasión, limitándose a abogar por el "respeto a la integridad territorial de los países" pero también por "atender las "preocupaciones legítimas de todas las partes", en alusión a Rusia.
China dice que ha defendido y promovido activamente "la resolución pacífica" de la guerra mientras Rusia ha planteado una tregua de 72 horas en torno a las festividades por el fin de la Segunda Guerra Mundial que entraría en vigor en la medianoche del 7 al 8 de mayo.
Durante la visita, Xi buscará afianzar su buena relación con Putin tras la llegada de Trump y pese a las críticas por su apoyo a Moscú: y es que en febrero de 2022, poco antes del comienzo de la guerra en Ucrania, Xi y Putin ya declararon una "amistad sin límites", y desde entonces China ha defendido que la relación "no amenaza a ningún país".
En ese sentido, el investigador Li Yonghui, de la Academia China de Ciencias Sociales, destaca los "resultados notables" logrados en la cooperación en sectores como la automoción, la electromecánica y la agricultura, que han permitido que, en 2023, el comercio bilateral superara los 240.000 millones de dólares.