Armamento
Por qué a Ucrania no le sirven los mejores sistemas de defensa aérea del mundo para frenar a Rusia
La fuerza aérea del Kremlin emplea cada vez más drones kamikazes Shahed, que según Ucrania ya se fabrican en territorio ruso
Ucrania ha recibido en los últimos meses algunos de los mejores sistemas defensivos del mundo, ha asegurado Yuriy Ignat, portavoz de la Fuerza Aérea ucraniana, pero no es suficiente para derrotar las capacidades ofensivas de Rusia. "Tenemos toda la defensa aérea que Occidente nos prometió, una de las mejores defensas aéreas del mundo. Pero nos falta cantidad", objetó el alto mando militar, quien dijo que las baterías Patriot suministradas por Estados Unidos son muy efectivas pero "son muy poco para Ucrania".
Kiev, añadió, necesita más sistemas como los Patriot, una plataforma que permite derribar misiles balísticos protegiendo grandes núcleos urbanos. También está operativo en territorio ucraniano uno de los complejos más modernos y desarrollados de la actualidad, el IRIS-T transferido por el Ejército de Alemania, pero las unidades suministradas no son suficientes para defender todo el territorio nacional. Lo mismo se puede decir del Sistema Avanzado de Misiles Tierra-Aire (NASAMS), de fabricación noruega y estadounidense. Esta plataforma puede atacar 72 objetivos simultáneamente, pero solo hay dos unidades, una de las cuales se encuentra en Kiev. Su misil principal es el AIM-120 AMRAAM, capaz de alcanzar objetivos a una distancia de hasta 40 kilómetros y a una altitud de 14.000 metros.
Ucrania recibe a diario ataques con drones y misiles. Los proyectiles más habituales y destructivos son los misiles de crucero Kh-101 y Kh-55, que vuelan a una velocidad cercana a la del sonido. Para interceptarlos, la ayuda de la OTAN no se limita al suministro de sistemas de defensa tierra-aire sino a la información de inteligencia que alerta del despegue de bombarderos en territorio ruso.
El otro gran peligro cotidiano son los aviones kamikazes no tripulados rusos. Ignat subrayó que Ucrania necesita la cantidad y la tecnología para poder destruir estos drones con mayor efectividad. Habló en concreto de los aviones no tripulados "Shahed", de fabricación iraní, cuyo coste de producción oscila entre los 20.000 y 50.000 euros, muy por debajo del coste de los misiles de crucero que Rusia dispara desde su territorio o desde el mar Negro, que pueden costar entre los 250.000 y el millón de euros: "Hoy necesitamos destruir los Shahed, porque cada vez hay más. Rusia los produce ahora en su territorio, y necesitamos medios que puedan derribar estos objetivos de manera automática, sin intervención humana, con un éxito del cien por cien", añadió el portavoz de la Fuerza Aérea de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
A Ucrania le preocupan estos drones porque poco a poco están agotando el arsenal de misiles tierra-aire suministrados por la OTAN en un momento en que el stock de los países miembros es cada vez más escaso, según han advertido observadores y la propia Alianza Atlántica.
Por otro lado, la detección de los aviones Shahed no siempre es fácil ya que vuelan a baja altura para evitar ser localizados por los radares, por lo que su localización visual -a partir del ruido tan peculiar que tienen- es fundamental. Rusia ha incorporado a su arsenal drones "con motores comprados en AliExpress", dijo Ignat. "No es la primera vez que improvisan estos aviones con materiales básicos y los lanzan contra Ucrania. Estos vehículos aéreos no tripulados de bricolaje transportan varios kilogramos de explosivos, lo que los hace peligrosos”.
El portavoz de la fuerza aérea ucraniana destacó en su comparecencia ante los medios la capacidad del blindado alemán Gepard, con dos cañones con munición de 35 milímetros, "bueno para destruir no sólo los shaheds, sino también los misiles". Ignat subrayó que "el uso racional de las armas que nos da Occidente nos permitirá destruir drones rusos ahorrando misiles más caros que es mejor usar para fines más prioritarios y para proteger a nuestro Estado de la aviación rusa".
Ataques ucranianos sobre Crimea
A la vez que se defiende de los ataques rusos, Ucrania lleva meses atacando con drones y misiles diferentes puntos de la península de Crimea, anexionada por Rusia ilegalmente en 2014. En sus últimas operaciones ha dañado ya varios barcos de la Flota del Mar Negro de Rusia, la última vez el pasado día 4 cuando atacó con misiles un astillero en Kerch.
Imágenes geolocalizadas del 4 de noviembre confirman que las fuerzas ucranianas atacaron el portamisiles ruso Askold, una corbeta clase Karakurt que la Flota rusa del Mar Negro botó en 2021, en el astillero.
Los ataques en Crimea, centro logístico de Rusia para sus fuerzas en el sur de Ucrania, son cada vez más habituales, lo que ha provocado que Moscú esté trasladando su Flota del Mar Negro desde el puerto de Sebastopol al puerto de Novorossiysk, en Krasnodar, según mostraron imágenes de satélite publicadas el mes pasado .
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