Poder naval
China supera a la Armada de EE UU al integrar cazas furtivos en un portaaviones
El Fujian se ha convertido en el primer portaaviones en el mundo en lanzar aviones de combate de quinta generación desde una catapulta electromagnética
La Armada del Ejército Popular de Liberación de China ha dado un paso histórico en la competencia naval global. Su nuevo portaaviones, el Fujian, se ha convertido en el primero en el mundo en integrar de manera operativa aviones de combate furtivos de quinta generación, los J-35, mediante un sistema de lanzamiento por catapulta electromagnética (EMALS). Este avance coloca a China en la vanguardia de la aviación naval, rivalizando directamente con Estados Unidos en un terreno donde hasta hace poco dominaba sin contrapesos.
El Fujian es actualmente uno de los dos únicos portaaviones con este tipo de sistema de lanzamiento, junto al USS Gerald R. Ford de la Armada estadounidense. Sin embargo, ni siquiera el Ford ha logrado aún despegar un caza furtivo como lo hizo China, lo que resalta el salto tecnológico alcanzado por Pekín.
El sistema EMALS representan una evolución respecto a las tradicionales catapultas de vapor. No solo permiten ahorrar espacio dentro del buque, sino que también ofrecen una energía de lanzamiento superior, lo que se traduce en despegues con más carga útil de armas y combustible. Además, reducen la tensión sobre los motores de las aeronaves, prolongando su vida útil.
En este contexto, el J-35, sucesor naval del exitoso caza J-20, se perfila como una pieza central de la modernización militar china. Según algunos expertos, sus características lo sitúan a la altura del estadounidense F-35C, con ventajas en alcance, velocidad y tamaño de sensores. La capacidad de operar desde portaaviones con EMALS amplía el radio de combate del Fujian, que ahora puede proyectar poder aéreo hasta la llamada segunda cadena de islas del Pacífico Occidental.
Este avance no solo representa un logro tecnológico, sino también estratégico. Según analistas citados por medios internacionales, la capacidad del Fujian para lanzar aeronaves más grandes y pesadas refuerza la posición de China en alta mar, aumentando la presión sobre las fuerzas estadounidenses desplegadas en el Indo-Pacífico.
Estados Unidos no ha logrado lanzar sus F-35 desde un sistema EMALS. Los esfuerzos de la Marina norteamericana para integrar su caza furtivo en catapultas electromagnéticas comenzaron hace más de una década. Sin embargo, retrasos constantes en el programa permitieron que China cerrara rápidamente la brecha. Pekín desarrolló su primer caza de quinta generación, el J-20, en apenas seis años, EEUU, en cambio, necesitó 15 para poner en servicio sus F-22 y F-35, sus dos cazas furtivos. Actualmente, los programas de sexta generación chinos, como el J-XX, ya se adelantan varios años a los proyectos estadounidenses F-47 y F/A-XX, que siguen sufriendo demoras.
El desarrollo del Fujian no es un hecho aislado, sino parte de una estrategia naval más ambiciosa. Desde la entrada en servicio del Liaoning en 2012, China ha pasado de no tener portaaviones a contar con tres, con planes de seguir ampliando su flota. Expertos como Zhang Junshe, citados por el medio chino "The Global Times", han señalado que el siguiente paso será la construcción de portaaviones de propulsión nuclear, capaces de sostener operaciones más largas y proyectar poder en océanos lejanos.
El Ministerio de Defensa chino insiste en que estos avances responden a una política estrictamente defensiva, pero en Occidente nadie se lo cree.