Estados Unidos es un país extremadamente polarizado, según lo cree un 66% de ciudadanos encuestados por la empresa YouGov. En ese escenario de crispación, se podría pensar que los votantes quisieran apostarle a la estabilidad política. Pero la verdad es que hoy el principal contendor del partido republicano a la presidencia en 2024, y que de acuerdo con los sondeos amenaza la reelección de Joe Biden en una elección general, es precisamente Donald Trump. La principal figura de la oposición es un hombre que ha sido señalado de setenta y ocho cargos criminales en total y tres imputaciones federales a las que hace frente mientras compite por conseguir esa nominación.

Trump puede que sea visto por muchos como un villano que pone en peligro los pilares democráticos del país, pero lo cierto es que para la otra mitad de estadounidenses es un héroe. O peor aún, un mártir que el sistema de justicia está tratando de matar políticamente.

“Vienen por mí, porque después irán por ustedes”, es la consigna que el exmandatario ha tratado de impregnar en la mente de sus simpatizantes. El resultado ha sido de un éxito rotundo que logra aumentar las recaudaciones de fondos para su campaña cada vez que los fiscales anuncian alguna novedad sobre sus causas penales.

“Toda esta persecución solo me hace amarlo más”, cuenta Suzzane Monk, una mujer estadounidense que vino esta semana a Washington desde Long Island, Nueva York, para apoyar a Trump mientras lo judicializaban en la capital por haber presuntamente intentado defraudar al país con el resultado de los comicios de 2020.

Como Monk, cientos de personas viajaron de distintas partes del país para acompañar a su líder en lo que describían como un “día negro para la historia de Estados Unidos”. Para los seguidores de Trump, él ha sido “el mejor presidente que hemos tenido y siempre contará con nuestro apoyo incondicional”.

“Sin importar cuántas veces tengamos que defenderle, mi familia y yo siempre estaremos en deuda con él (Trump) por todo lo que hizo”, asegura un manifestante pro-Trump que sostenía una bandera de Estados Unidos en símbolo de patriotismo y respaldo al que considera “el mandatario que más cosas ha logrado desde que tiene memoria”.

Suzzane Monk estaba embarazada de su tercera hija cuando votó por primera vez por Donald Trump en la elección de 2016. Hoy, dice que como mujer nunca se ha replanteado su voto por el empresario. No lo hizo cuando se conocieron los señalamientos en su contra por el pago a la exactriz porno Stormy Daniels, tampoco cuando salió la condena por abuso contra la escritora E. Jean Carroll. Para ella, “las mujeres que se prestan a servir a los intereses reformistas de los progresistas no tienen credibilidad”, dice.

"Apagafuegos de los Biden"

Con la tesis de persecución judicial concuerda Muñeca Fuentes, estratega política republicana, para quien los casos contra Trump son una “cacería de brujas que viene andando desde hace muchos años”, asegura. “Parece que estuviéramos en algún país latinoamericano”, cuenta esta simpatizante del expresidente que es originaria de Nicaragua. “Cada vez que hay un cargo contra Hunter Biden” -dice- “hay un cargo contra Trump porque él es el bombero de esa familia. Su apagafuegos”.

Los manifestantes que se aglutinaron en los alrededores de la Corte donde Trump estaba siendo acusado de violentar sus derechos civiles como electores, creen que su hora llegará. “Los americanos estamos abriendo los ojos al darnos cuenta que el Departamento de Justicia de esta Administración es corrupto”, dicen.

Entender sus motivaciones es darse a la tarea de entender un sector de la población profundamente nacionalista, que se describe a sí mismos como víctimas de un sistema que, según ellos, los aplastó con la idea de la globalización y que no les pone primero en la lista de prioridades.

El próximo año se enfrentarán dos países en una misma elección. Dos visiones de Estados Unidos con Donald Trump como actor principal. Si es héroe o villano será una cuestión que se prevé sea resulta también las urnas. El camino hasta allí será largo. Hoy, de acuerdo con una encuesta de Reuters/Ipsos un 52% de electores republicanos dice que no votaría por el expresidente si fuera condenado por un delito grave. En el pasado, sin embargo, Trump ha demostrado que es capaz de vencer a las encuestas.