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Preocupación en el Kremlin tras saber que Estonia quiere albergar aviones F-35 con capacidad nuclear
"Es un peligro inmediato", ha dicho el portavoz del Kremlin. El país báltico ha iniciado la construcción de la primera sección de su “Línea de Defensa del Báltico”, una serie de fortificaciones a lo largo de su frontera con Rusia

Estonia ha confirmado su disposición a albergar aviones de combate aliados capaces de portar armas nucleares, una declaración que eleva aún más la tensión en la región báltica en el contexto del prolongado conflicto en Ucrania y el deterioro de las relaciones entre la OTAN y Rusia. El anuncio fue hecho por el ministro de Defensa estonio, Hanno Pevkur, poco después de que el Reino Unido anunciara la compra de 12 cazas F-35A a Estados Unidos, un modelo con capacidad para transportar tanto armamento convencional como táctico nuclear.
"Los F-35 ya han estado en Estonia y regresarán pronto como parte de la rotación. Estamos listos para seguir recibiendo a las fuerzas aliadas, incluidas las que utilizan estas plataformas", declaró Pevkur a la radio pública ERR. Los F-35 han formado parte previamente de la misión de policía aérea rotatoria de la OTAN en los países bálticos, y su retorno con posibles capacidades nucleares supone un paso simbólico en la disuasión occidental frente a Moscú.
El Kremlin reaccionó con dureza. El portavoz presidencial Dmitry Peskov declaró a medios estatales rusos que albergar aviones con capacidad nuclear en Estonia “representaría un peligro inmediato” para la seguridad de Moscú. Calificó las declaraciones de los líderes bálticos como “ideas absurdas” y expresó su pesar ante lo que considera una escalada innecesaria.
La posibilidad de que armamento nuclear vuelva a desplegarse tan cerca de la frontera rusa forma parte de la postura disuasiva de la OTAN. La estrategia nuclear de la Alianza incluye el estacionamiento adelantado de armas nucleares estadounidenses en Europa, operadas por aviones de países aliados, como el F-35A.
El Reino Unido ha justificado su nueva adquisición en estos términos. El primer ministro británico, Keir Starmer, aseguró que el país se prepara para “habilitar estos aviones para portar armas nucleares si fuera necesario”, y describió la decisión como una respuesta directa a “una amenaza nuclear creciente” por parte de Rusia.
En paralelo a estas declaraciones, Estonia ha iniciado la construcción de la primera sección de su “Línea de Defensa del Báltico”, una serie de fortificaciones a lo largo de su frontera con Rusia. Para el otoño de 2025, el país planea haber levantado 28 búnkeres, 10 instalaciones de almacenamiento y cuatro kilómetros de zanjas antitanque, según información oficial.
Esta doble estrategia —militar y defensiva— refuerza la percepción de que los Estados bálticos se están preparando no solo para contener amenazas híbridas, sino para escenarios de conflicto directo en el flanco oriental de la OTAN.
Desde el inicio de la invasión a gran escala de Ucrania en 2022, las tensiones entre la OTAN y Rusia han alcanzado su punto más alto en décadas. Las declaraciones estonias se suman a una larga serie de advertencias cruzadas, ejercicios militares y amenazas veladas que dibujan un panorama geopolítico cada vez más volátil en Europa del Este.
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