Las escenas de júbilo dieron paso al terror. La ciudad de Liverpool seguía este martes consternada después del atropello masivo ocurrido el domingo por la noche cuando cerca de un centenar de personas fueron arrolladas por un coche en el centro de la metrópoli, donde se habían congregado alrededor de un millón de aficionados para celebrar el título de la Premier League del club. Cincuenta personas fueron hospitalizadas -entre ellas varios menores-. Once de ellas permanecían aún ingresadas al cierre de esta edición. Aunque “milagrosamente”, según las autoridades, todas se encontraban estables y parecían estar recuperándose “satisfactoriamente”.

Un hombre de 53 años, blanco y vecino de la zona fue arrestado bajo sospecha de intento de asesinato, conducción temeraria y conducción bajo los efectos de las drogas. La policía reiteró ayer que el incidente no se estaba tratando como acto terrorista e instó al público a no compartir contenido perturbador en redes sociales ni especular sobre las motivaciones del incidente.

Las investigaciones siguen su curso, pero tal y como explicaron ayer las autoridades, todo apunta a que el conductor siguió a una ambulancia a la que se había permitido el acceso a Water Street, la arteria principal de la ciudad cerrada al tráfico, para atender a una víctima de un supuesto ataque cardíaco.

El martes por la tarde la identidad del agresor seguía sin conocerse. No obstante, la policía Merseyside, encargada de la investigación, anunció el mismo domingo por la noche que se trataba de un hombre “blanco, británico y de 53 años” y que era un incidente aislado. Todo para evitar que se repitieran los episodios del verano pasado cuando la decisión de preservar la identidad del agresor que mató a puñaladas a tres niñas en la localidad de Southport e hirió a otras 10 ayudó a alimentar teorías conspiratorias y xenófobas que lanzaron a las calles de toda Inglaterra a miles de extremistas, protagonizando los peores disturbios de la historia reciente.

“He visto cómo funcionan estas cosas, que enseguida pueden convertirse en disturbios callejeros. Tienes que frenarlas lo más rápido posible”, explicó ayer el alcalde de Liverpool, Steve Rotheram. “Creo que la policía de Merseyside actuó correctamente al frenar algunas de las historias perversas que ya estaban circulando”, añadió.

Las imágenes de vídeo grabadas por los testigos del incidente muestran cómo muchas personas se lanzaron contra el vehículo del presunto agresor, lo golpearon, rompieron su luna trasera, y solo la actuación de los agentes de policía evitó que no acabaran linchando al conductor.

Un video que circulaba en redes sociales mostraba al vehículo rodeado tras desviarse hacia los aficionados antes de dar marcha atrás y detenerse. "¿Qué hacen?", gritaba la gente. Se ve cómo la puerta del conductor se abre bruscamente y el coche se estrella contra varios aficionados que gritaban. El coche reduce la velocidad antes de volver a acelerar y atropellar a decenas de personas más. Uno de los testigos afirmó que el sospechoso había salido de un bar Hooters cercano y parecía estar borracho. "La multitud le gritaba ya cuando subió al coche. Luego empezó a conducir de forma errática. Y acabó atropellando a los peatones", matizó.

Otro testigo, Harry Rashid, de 48 años y residente de Solihull, se encontraba en el desfile con su esposa y sus dos hijas pequeñas cuando presenció el choque. "Un monovolumen gris se detuvo por la derecha y embistió a todos los que estaban a nuestro lado", dijo. "Fue rapidísimo. Al principio, solo oímos el 'pop, pop, pop' de gente que salía despedida del capó". Un hombre vio cómo el vehículo arrollaba a la gente, describiéndolo como "aterrador". Los servicios de emergencia, incluyendo ambulancias y bomberos, acudieron rápidamente al lugar.

El premier Keir Starmer evitó ayer responder a la pregunta de si la premura de la policía en aportar datos sobre el sospechoso debía ser a partir de ahora el método habitual para tratar este tipo de incidentes. “Eso es algo que tendrá que decidir la propia policía, a medida que avanza la investigación. Dejemos que hagan su trabajo”, dijo. Por su parte, el rey Carlos III se mostró “profundamente conmocionado y apenado” al conocer lo ocurrido. “Es verdaderamente devastador ver cómo lo que iba a ser para muchos una celebración alegre pudo terminar en circunstancias tan alarmantes”, señaló en un comunicado.

El club Liverpool FC transmitió en redes sociales su apoyo a las víctimas del atropello. El exentrenador del equipo Jürgen Klopp, uno de los personajes más populares de esta ciudad del norte de Inglaterra, se apresuró en expresar su consternación poco después de que surgieran las primeras informaciones sobre el atropello de decenas de aficionados: “Mis pensamientos y oraciones están con todos los heridos y afectados”, decía.

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