Los taiwaneses dieron un revés al Partido Democrático Progresista (PDP) este sábado al rechazar en las urnas la destitución de 24 legisladores del opositor Partido Nacionalista (KMT), en un intento fallido por cambiar el control del Parlamento en la isla autogobernada.

La maniobra, impulsada por el PDP y grupos cívicos, buscaba debilitar al KMT, de línea pro-China, que junto al Partido Popular de Taiwán (TPP) domina la legislatura pese a la victoria presidencial del PDP en 2024.

Con el recuento aún en curso, los primeros resultados muestran que las mociones de revocación fueron derrotadas por amplios márgenes. Este revés, en una votación sin precedentes, precede a otra ronda el 23 de agosto contra siete legisladores más del KMT. El PDP acusó a los nacionalistas de bloquear el presupuesto de defensa y aprobar reformas que fortalecen al Parlamento opositor, limitando al Ejecutivo y, según críticos, favoreciendo a Pekín, que reclama Taiwán.

El KMT, con 52 escaños frente a los 51 del PDP en un Legislativo de 113, tildó la campaña de “artimaña política” para recuperar poder tras perder la mayoría parlamentaria. Para revocar a un legislador, más de un cuarto de los votantes de cada distrito debían apoyar la moción, con más votos a favor que en contra, un umbral que no se alcanzó.

La tensión creció tras recortes del 34% al presupuesto de 2025, incluyendo defensa, y reformas que desataron el Movimiento Bluebird, con protestas alertando sobre riesgos a la democracia taiwanesa y su capacidad de enfrentar amenazas chinas. El KMT, respaldado por el TPP, contraataca con una moción de censura al Gabinete que podría disolver el Parlamento y forzar elecciones en 60 días.

Pekín, que rechaza dialogar con el PDP, acusó al gobierno de Lai Ching-te de buscar una “dictadura disfrazada de democracia”. Mientras, la amenaza de aranceles estadounidenses del 32% sobre bienes taiwaneses, aunque pausados, añade presión. Los resultados oficiales llegarán el 1 de agosto, pero este tropiezo refuerza al KMT y complica la estrategia del PDP en un polvorín geopolítico.