Reince Priebus

Trump despide a su jefe de comunicación diez días después de nombrarlo

El nuevo jefe de Gabinete, el general John Kelly, exigió su cabeza como primera condición para tratar de devolver la estabilidad a la Casa Blanca

Anthony Scaramucci
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El nuevo jefe de Gabinete, el general John Kelly, exigió su cabeza como primera condición para tratar de devolver la estabilidad a la Casa Blanca.

Jornada sísmica en la Casa Blanca. Si por la mañana el presidente Donald Trump anunciaba y se reunía ante los medios con su nuevo jefe de Gabinete, el general retirado de cuatro estrellas del Cuerpo de Marines John Kelly, al cierre de esta edición la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, informaba a los medios que el director de comunicación, Anthony Scaramucci (a quien Trump nombró hace diez días) había renunciado al cargo. «Scaramucci abandonará su papel como director de comunicación de la Casa Blanca. Cree que lo mejor es darle la oportunidad al nuevo jefe de gabinete de empezar de nuevo y construir su propio equipo. Le deseamos lo mejor», señaló Sanders. Según «The New York Times», Trump decidió prescindir de Scaramucci siguiendo el consejo de Kelly, al asumir su nuevo cargo. El nuevo jefe de Gabinete considera que Scaramucci no era lo suficientemente disciplinado y había perdido credibilidad, según apuntó, por su parte, la CNN. Además, Sanders también anunció que el neoyorquino no tendrá ningún otro puesto en la Administración después de que en un principio se especulase con que podría permanecer en un puesto menor. Todo, a pesar de que Scaramucci fue la gran apuesta de Ivanka Trump y Jared Kushner.

Algunos habían atribuido también a las presiones de Scaramucci la decisión de Trump de reemplazar a su jefe de gabinete, que hasta el viernes era Reince Priebus, un veterano del Comité Nacional Republicano que tenía una fuerte enemistad con el hasta ahora director de comunicación. Scaramucci no ocultó nunca su enemistad con Priebus, una enemistad que se remontaba a la campaña electoral, y la semana pasada salió a la luz una serie de agresivos insultos que había dirigido contra él y contra el estratega jefe de Trump, Steve Bannon, durante una llamada telefónica con un periodista.

Apenas unas horas antes de esta nueva polémica, Trump se había vanagloriado en público de que «no hay ningún caos en la Casa Blanca» y había presumido de su nuevo jefe de Gabinete en la ceremonia de juramento de Kelly, hasta ahora jefe del departamento de Seguridad Nacional. Con su habitual retórica, Trump enfatizó en esa ceremonia y en una posterior reunión con los miembros de su gabinete, la labor «milagrosa» de Kelly en sus poco más de seis meses al frente del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), fundamentalmente en la reducción de la inmigración a través de la frontera con México. Según el mandatario, «la interrupción de esa inmigración ha sido de casi un 80%» e «incluso el presidente Enrique Peña Nieto», lo llamó para decirle que «muy pocas personas» lo intentan «porque saben que no van a atravesar» la frontera.

«Así que sólo quiero felicitarlo (a Kelly) por el gran trabajo que ha hecho con la Seguridad Nacional y no tengo ninguna duda de que será un absolutamente magnífico jefe de gabinete», insistió el presidente. «Lo intentaré señor», se limitó a decir el general retirado durante la ceremonia, mientras Trump también aprovechó para recordar que «si miran a los mercados financieros. Estamos en el punto más alto jamás alcanzado. El desempleo está en mínimos en los últimos 17 años. Las compañías lo están haciendo tremendamente bien. El espíritu de los negocios es el mayor según las encuestas. Y el general se sumará a esto. Va a hacer un gran trabajo», repitió el mandatario.

Sin embargo, el éxito del general retirado depende en gran medida del presidente, el cual hasta ahora ha sido su propio jefe de Gabinete y su propio jefe de Comunicación.