Tiroteos en Estados Unidos

Trump da la espalda al supremacismo blanco tras la matanza de El Paso

El presidente de EE UU pide más controles de armas pero culpa a los medios y la inmigración de las matanzas

Donald Trump/Gtres
Donald Trump/Gtreslarazon

El presidente Donald Trump se ha levantado este lunes con un mensaje clave para la ciudadanía estadounidense: quiere una legislación que proporcione “verificaciones de antecedentes sólidas” para los usuarios de armas

El presidente de EEUU, Donald Trump, ha comparecido en la Casa Blanca para exigir medidas de control más estrictas para la adquisición de armas de fuego. Son palabras pronunciadas después de uno de los fines de semanas más sangrientos en la historia reciente del país. 30 muertos a manos de dos psicópatas, en Ohio y Texas, que le han servido para condenar el supremacismo blanco, pedir al FBI que controle con más severidad las cloacas de internet, exigir al legislativo que adopte medidas efectivas de venta de armas y, como complemento a su discurso, volver a referirse en las redes sociales al asunto de la inmigración, a México y a la necesidad de adoptar un acuerdo migratorio.

Pero las consideraciones del presidente no han acallado, ni mucho menos, a sus críticos. Don Lemon, presentador de la CNN, se preguntaba en antena cuando «acabará esta locura» y mencionaba los delirios xenófobos del asesino de Texas y el auge de los crímenes cometidos por los supremacistas blancos. Pero no iremos muy lejos, porque el presidente Trump sigue sin reconocer la amenaza que este supone. La presidente del Congreso, la demócrata Nancy Pelosi, comentó por su parte que el presidente apenas «ha necesitado un par de horas para desoír su propia llamada para lograr una legislación más sólida a fin de verificar los antecedentes. Cuando habla de violencia armada demuestra que el presidente sigue siendo prisionero del lobby de las armas y la NRA». En un comunicado que firma junto al líder de la minoría demócrata del Senado, Chuck Schumer, explica que su grupo aprobó en febrero, en el Congreso, la «Ley de Verificación de Antecedentes Bipartidista de 2019, que cuenta con el respaldo de más del 90 por ciento del pueblo estadounidense (...) Sin embargo, el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, se niega a actuar de acuerdo con esta legislación bipartidista». «El público debe intervenir», concluyen.

Hace apenas una semana el país sufrió otro tiroteo hace apenas una semana, del que los medios apenas han hablado, donde perdieron la vida otras tres personas, incluido un niño de 6 años y una adolescente de 13, y han arrojado un saldo suplementario de 64 heridos, varios de ellos de extrema gravedad. Ninguno de los atacantes tenía más de 24 años, todos tuvieron acceso fácil a un armamento que puede tacharse sin temor de bélico, y en al menos un caso existe posible evidencia de que se trate de un crimen de odio, racista. Como recordaron las autoridades de Dayton, Ohio, el asesino mató a 9 personas e hirió a 26 en menos de un minuto.

Trump, que ha calificado las dos últimas matanzas como terrorismo doméstico, considera que los actos de odio y los asesinatos en masa tienen que castigarse con la pena de muerte, «de forma rápida, decisiva y sin años de innecesarios retrasos». Una petición tan impactante como impracticable, por cuanto los casos castigados con la pena capital son inevitablemente tortuosos y están por regla general abocados a múltiples recursos. En cuanto a internet, a la que acusa de facilitar vías de radicalización y de afectar a las mentes más débiles o enfermas, concluyó que debe ser fiscalizada con más eficacia, aunque no abundó en qué medidas podrían adoptarse.

Después de episodios en los que el presidente fue acusado de tibio, cuando no de cómplice, con quienes fomentan una retórica ultranacionalista, tintada de xenofobia y racismo, Trump no dejó en esta ocasión hueco a la ambigüedad. Así, recordó que el «El tirador en El Paso publicó una carta en internet» trufada de «odio racista». «Con una sola voz, añadió, el país debe condenar el racismo, la intolerancia y el supremacismo blanco».

Antes, los pies del avión que tenía previsto trasladarlo hasta Washington negó que el odio tenga «sitio en nuestro país» y aseguró que si bien se han tomado distintas medidas, «quizá no sean suficientes y haya que hacer más».

En cuanto a sus mensajes de twitter, siempre decisivos, advirtió que «No podemos permitir que aquellos asesinados en El Paso, Texas, y Dayton, Ohio, mueran en vano. Lo mismo puede decirse para los heridos graves. No podemos olvidarlos, ni tampoco a todos los que los hubo antes de ellos. Los republicanos y los demócratas deben unirse para lograr controles de armas más fuertes, quizá uniendo... esta legislación con la reforma migratoria que necesitamos desesperadamente. Debemos lograr que algo bueno, incluso GRANDE, nazca de estos dos trágicos eventos!». De alguna forma Trump vuelve a ligar la posibilidad de un acuerdo bipartidista en un asunto sensible con su anhelada reforma migratoria y la petición de fondos millonarios para el muro en la frontera. Con anterioridad ya usó la situación de los niños y jóvenes que crecieron en EEUU y están amenazados con la expulsión y también las negociaciones para aprobar los presupuestos de la administración federal.