EE UU

Trump rebaja de nuevo las expectativas de paz en Ucrania

El presidente de EE UU se muestra dispuesto a proporcionar apoyo aéreo a Kiev cuando concluya la guerra, pero descarta enviar soldados sobre el terreno

El presidente de EE UU, Donald Trump
El presidente de EE UU, Donald TrumpEuropa Press

Donald Trump volvió a colocarse este lunes en el centro de la escena internacional al reunir en la Casa Blanca a Volodimir Zelenski y a varios líderes europeos con la promesa de avanzar en un acuerdo de paz para Ucrania. Sin embargo, el eje del debate no fue tanto el fin inmediato de la guerra como el futuro de la seguridad ucraniana y, sobre todo, su aspiración de ingresar en la OTAN, una posibilidad que el presidente estadounidense descartó con contundencia.

El encuentro, celebrado apenas días después de la cumbre en Alaska en la que Trump recibió con honores a Vladimir Putin, generó expectación en las capitales europeas. Los líderes de Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, Finlandia y la Comisión Europea viajaron a Washington para respaldar a Kiev y asegurarse de que la voz de Zelenski no quedaba eclipsada en la negociación. El propio presidente ucraniano llegó a la cita en un ambiente muy distinto al de su última visita en febrero, cuando Trump lo reprendió públicamente y lo responsabilizó por una guerra que en realidad comenzó con la invasión rusa de 2022.

Lo que todos querían escuchar era qué garantías de seguridad podrían sustituir a la anhelada membresía en la Alianza Atlántica. Trump ofreció una respuesta que sonó ambigua: aseguró que «habrá mucha ayuda» para Ucrania, que Estados Unidos participará en un esquema de protección, pero dejó claro que la primera línea de defensa deberá ser europea. «Los más importantes de Europa están aquí, quieren dar protección y sienten con fuerza que deben hacerlo. Nosotros les ayudaremos», declaró en la rueda de prensa posterior al encuentro.

La fórmula que se baraja, según fuentes diplomáticas, sería una suerte de compromiso «similar al artículo 5» de la OTAN, aunque sin integrarse en la organización. Washington podría proporcionar apoyo aéreo o armamentístico, mientras que algunos países europeos estarían dispuestos incluso a enviar tropas sobre el terreno. Trump lo reconoció en una entrevista con Fox News: «Están dispuestos a poner gente sobre el terreno. Nosotros les ayudaremos con lo que tenemos, especialmente por aire, porque nadie tiene lo que nosotros tenemos». Lo que sí descartó fue el envío de soldados estadounidenses.

Zelenski evitó confrontar directamente y calificó la reunión de «muy positiva». En sus mensajes posteriores en redes sociales, habló de la seguridad como «el punto de partida para acabar con la guerra» y aseguró que las garantías podrían formalizarse «en una semana o diez días». El mandatario ucraniano, sin embargo, sabe que las «líneas rojas» de Washington reducen de forma drástica su margen de maniobra: sin OTAN y con una promesa aún indefinida de protección occidental, Kiev depende de la voluntad política de sus aliados.

La posición de Trump responde a una lógica interna y externa. En casa, refuerza su doctrina de «América Primero», evitando comprometer tropas estadounidenses en un conflicto que la opinión pública percibe como lejano. En el tablero internacional, busca colocarse como el árbitro capaz de acercar posiciones entre Moscú y Kiev, pero sobre la base de un precio que Ucrania difícilmente puede aceptar: renunciar a integrarse en la OTAN y abrir la puerta a concesiones territoriales.

Putin ha señalado en repetidas ocasiones que la ampliación de la Alianza Atlántica fue una de las razones de su ofensiva. Trump parece alinearse parcialmente con ese argumento al presentar la exclusión de Kiev de la OTAN como parte de un eventual alto el fuego. Antes de la reunión ya había afirmado que «no habrá entrada de Ucrania en la OTAN» como condición de cualquier acuerdo.

Los europeos, aunque reacios a una renuncia explícita, aceptaron discutir un marco alternativo de garantías colectivas. Emmanuel Macron, Friedrich Merz y Keir Starmer insistieron en la necesidad de un alto el fuego inmediato, pero ninguno quiso confrontar de manera abierta a Trump.

El trasfondo es que Ucrania continúa presionando por un blindaje que evite nuevas agresiones rusas, mientras la guerra se prolonga sin una solución clara. La estrategia de Trump apunta a congelar el conflicto con un acuerdo que deje a Europa como garante principal, Estados Unidos como respaldo limitado y Kiev fuera de la OTAN. Una fórmula que, de concretarse, podría estabilizar temporalmente la región, pero que no resuelve la aspiración central de Ucrania: integrarse en la alianza militar más poderosa.

En un mensaje publicado en Truth Social, el presidente estadounidense anunció que prepara un encuentro directo entre Zelenski y Putin, seguido de una cumbre trilateral en la que él participaría.