Corea del Norte

Trump-Kim, cita en Singapur

Tras recibir a los tres estadounidenses liberados por Corea de Norte, el líder de EE UU anuncia que el 12 de junio se celebrará una reunión «muy especial para la paz mundial».

Donald Trump y Kim Jong Un
Donald Trump y Kim Jong Unlarazon

Tras recibir a los tres estadounidenses liberados por Corea de Norte, el líder de EE UU anuncia que el 12 de junio se celebrará una reunión «muy especial para la paz mundial».

Será el 12 de junio. En Singapur. Ésa es la fecha y el país elegidos para que se reúnan los presidentes de EE UU y Corea del Norte, Donald Trump y Kim Jong Un. El primero acude pertrechado por el aura de hombre que cumple promesas. La primera retirar a su país del acuerdo nuclear con Irán. Un pacto que criticaba desde hace meses por considerar que abría la puerta a fraudes y, finalmente, conducía a un Irán con la bomba atómica. El segundo, el dictador asiático, llegará a la mesa de negociaciones a buen seguro receloso de la fiabilidad de un país que, desde que Trump gobierna desde la Casa Blanca, ha demostrado no tener empacho en romper unilateralmente los pactos suscritos y pastoreados por Gobiernos anteriores.

Se habló de otros países. Se habló, por ejemplo, de destinos tan exóticos como Mongolia. Pero por razones estratégicas y de imagen al final se optó por una nación tan multicultural como poco fiable desde el punto de vista democrático como Singapur. Un destino a mano tanto para el régimen norcoreano como para un Gobierno de EE UU que necesitaba potenciar la sensación de hablar en una potencia lo más neutral posible.

El anuncio se produce en mitad de la ofensiva diplomática liderada por el nuevo secretario de Estado, Mike Pompeo, que regresó de su último encuentro con las autoridades de Corea del Norte con el regalo supremo de haber liberado a los tres estadounidenses allí presos. Kim Hak Duk, Tony Kim y Kim Dong Chul, en efecto, volvían a EE UU en el mismo avión que traía de regreso al ex director de la CIA. «Hemos estado pidiendo la liberación de estos detenidos durante 17 meses», había explicado Pompeo a los reporteros. «Hablaremos de eso nuevamente. Sería un gran gesto si accedieran a hacerlo». Y lo hicieron. Y el Gobierno liderado por Trump se apuntó un triunfo, otro, en una semana que tiene al mundo entre asombrado y boquiabierto, y a sus huestes, a los comentaristas afines, rendidos de gozo en las tertulias y las encuestas que vienen.

«Posiblemente habréis roto los índices de audiencia de las 3 de la mañana», comentó ufano Trump a la Prensa congregada los pies del avión. La frase no es solo ingeniosa. La frase contextualizaba esta otra, en Twitter, con la que anunciaba «la muy esperada reunión entre Kim Jong Un y yo», y que «se llevará a cabo en Singapur el 12 de junio». ¡Intentaremos que sea un momento muy especial para la paz mundial!, aseguró el presidente Trump.

La Casa Blanca prevé que la cumbre dure únicamente un día y no planea imponer «condiciones previas» al encuentro, aunque sí quiere lograr «avances materiales» en la desnuclearización de Corea del Norte. La portavoz de la Casa Blanca no dio detalles sobre el tiempo que estarán reunidos Trump y Kim en Singapur, aunque subrayó: «Se trata de jefes de Estado, así que si dicen que quieren una hora o dos horas, no creo que nadie vaya a decirles que no pueden hacerlo».