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Tsipras cierra un gobierno bajo la presión de Europa

Se inclina por la continuidad con Tsakalotos al frente de Finanzas y Kammemos (Anel) en Defensa. Baraja crear un ministerio del Rescate.

Alexis Tsipras firma su cargo como primer ministro
Alexis Tsipras firma su cargo como primer ministrolarazon

Se inclina por la continuidad con Tsakalotos al frente de Finanzas y Kammemos (Anel) en Defensa. Baraja crear un ministerio del Rescate.

A primera hora de la mañana de ayer, Alexis Trsipras convocaba a sus hombres de confianza en la sede de Syriza. Necesitaba acelerar el proceso de composición de su nuevo gobierno tras su éxito electoral (finalmente consiguió el 35,46% de los votos y 145 escaños). Para ello era imprescindible el consenso del nuevo núcleo duro de la coalición de izquierda radical. El ritmo era frenético en los pasillos de la oficina central, situada en la plaza Eleftherias, donde las cámaras de televisión se apostaban en su puerta principal a la espera de ver qué políticos se acercaban hasta allí a la espera de salir con una cartera ministerial. En la séptima planta, Tsipras organizaba los cargos del nuevo gobierno contra reloj. A su lado, entre otros, el ex ministro de Estado del primer Gabinete, Nikos Pappas, que siempre ha sabido jugar bien sus cartas a la sombra.

El acuerdo para formar un gobierno bipartito estaba cerrado antes incluso de celebrarse las elecciones, por lo que sólo era necesario dar las últimas pinceladas. La gran duda inicial era si los nacionalistas de Griegos Independientes (Anel) conseguirían entrar en el Parlamento. Lo lograron (aunque perdieron tres escaños, se quedan ahora con 10). El tándem Tsipras-Kammenos suma 155 diputados, cuatro por encima de la mayoría absoluta. Es más, la presencia del líder de Anel en la carpa de Syriza en la noche electoral dejó claro que este matrimonio de conveniencia dirigiría el rumbo de Grecia los próximos años. Con este escenario, el trámite que realizó ayer Tsipras de acudir al presidente de la república, Prokopis Pavlopoulos, para pedirle permiso para formar su Ejecutivo, su posterior reunión con Pannos Kammenos para plantearle su nuevo gabinete y la jura del cargo en el Palacio Presidencial, no fue más que un mero formalismo. Los nacionalistas de Anel intentaron arañarle a Tsipras hasta tres ministerios, pero finalmente, y a la espera de confirmación oficial, el izquierdista tan sólo tenía la intención de otorgarles el mando en Defensa, tal y como hizo en enero. «Será un gobierno continuista y seguiremos con la tarea que comenzamos en enero», dijo Kammenos a la salida de la reunión con su socio, donde aseguró a la Prensa que «el nuevo Ejecutivo se presentará como tarde el miércoles a lo largo de la mañana». Desde la formación de izquierdas aseguraban que sería hoy.

En cuanto a la coalición, ayer, desde la sede Syriza se filtraba información a cuentagotas. Tripsas quiere reducir el numero de ministros (ya lo hizo en enero al pasar de 18 a 10) e incluso barajaba la posibilidad de eliminar la figura de viceprimer ministro, que otrora ocupó Yanis Dragasakis. Lo de incluir mujeres al mando parece que tendrá que esperar. Su obsesión es un gobierno continuista –para calmar también a Europa, que ayer le dio los primeros avisos para cumplir sus compromisos–, por este motivo, su idea es que Euclides Tsakalotos (artífice del tercer rescate) siga al frente del Ministerio de Finanzas. Para Economía sonaba Dragasakis, mientras que para asuntos migratorios, un asunto crucial en este momento para Grecia, el nombre que más se repetía era el del actual ministro de Inmigración del Gobierno interino, Yanis Muzalas, quien llegó al cargo por recomendación del propio Tsipras a la primera ministra interina, Vassiliki Thanou. Una de las principales novedades de este Gobierno será la posible creación de un ministerio «del Memorando». Es decir, una persona (probablemente Yorgos Yuliarakis, ministro interino de Finanzas) que gestione directamente con los acreedores y así evite que sean representantes de varios ministerios los que tengan que estar volcados en este asunto. «Eficiencia política», comentaban en la segunda planta de las oficinas del partido. De tomar esta decisión, Tsipras seguiría los pasos de Portugal que creó también esta cartera. En el centro de las miradas también está el nombre del futuro ministro de Trabajo, quien tendrá que implementar un paquete de 20 medidas urgentes pare reformular el sistema de pensiones y del mercado laboral. Según se acordó en el memorando, Tsipras se compromete a reducir el gasto público en 3.800 millones de euros hasta 2018. La mayor parte de estos recortes recaerá en este ministerio, cuyo titular deberá además gestionar el hecho de que el Estado todavía debe 4.000 millones de euros en solicitudes de pensiones.

Junto a este carácter apremiante de implementación de medidas exigidas desde Europa, Tsirpas también es consciente de que debe lidiar con medio país que desconfía de su gestión. La abstención, que alcanzó el domingo un histórico pico del 44% implica que casi uno de cada dos griegos no acudió a votar, entre ellos, un tercio de antiguos votantes de Syriza. Por todos estos motivos, el primer ministro no quiere dilatar más la formación de su Ejecutivo. Además, Tsipras acude a Bruselas el miércoles para participar en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno donde se abordará la crisis de los refugiados y el domingo viajará a Nueva York para intervenir en la Asamblea de la ONU.

Desde Europa la reelección de Tsipras dejaba una sensación de cierto alivio. Nadie hubiera dicho antes de que comenzaran las negociaciones para el tercer rescate que en Bruselas se apoyaría al líder de Syriza. Junto al mensaje de enhorabuena llegaba también el recordatorio de cumplir las reformas estructurales pactadas para poder seguir recibiendo financiación europea. Que Tsipras no olvide los compromisos firmados con sus socios. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, reconocía el resultado de las urnas griegas como un mensaje para que el país encuentra la estabilidad y recupere la senda del crecimiento económico. Sin embargo, el presidente del Parlamento, Martin Schulz, no pudo evitar criticar la elección de «la extrema derecha» de Anel para formar Gobierno, informa desde Bruselas Lidia Soria.