Guerra en Gaza

Los vídeos de los rehenes, la potente guerra psicológica de Hamas

Tras la publicación del tercer vídeo de civiles secuestrados por Hamás y la Yihad Islámicas los terapeutas alertan sobre los efectos negativos en la moral de los israelíes

Rehenes israelíes en manos de Hamás
Rehenes israelíes en manos de HamásLa Razón

La Yihad Islámica difundió ayer un vídeo en el que dos rehenes israelíes, Hanna Katzir, de 77 años, y Yaguil Yaakov, de 13, ambos del kibutz Nir Oz, hablaban a la cámara al dictado de sus captores.

Es el tercer vídeo que se difunde desde la Franja de Gaza desde que comenzó la guerra que arrancó tras el ataque de Hamás y la Yihad Islámica a las comunidades del sur de Israel el pasado 7 de octubre, en el que asesinaron a más de 1.400 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a unas 240.

El primer video de Hamás mostraba el 17 de octubre a Mia Shem, de 21 años, quien contaba que había sido secuestrada en el festival de música Supernova. También se veían imágenes de una asustada Mia con alguien que daba la espalda a la cámara que le ajustaba un vendaje en el brazo. Los familiares de Shem estuvieron de acuerdo en que se mostrara la filmación. La chica explicaba que había sido operada durante tres horas y que la trataban bien, con comida y medicinas, pero que quería que la sacaran de allí cuanto antes.

La población israelí recibió con conmoción las imágenes y la familia decía que estaban aliviados por saber que Mia estaba viva, aunque malherida. Rápidamente se suscitó el debate público de si era conveniente o no mostrar a una persona que dice lo que sus secuestradores le ordenan decir.

El consenso de los informantes, guiados por terapeutas, que estos vídeos bajan la moral de la gente y que no conviene que se difundan, suficiente con consignar que existen.

Subida de nivel

El segundo vídeo que emitió Hamás fue el 30 de octubre. En él aparecían tres mujeres sentadas, Lena Trupanov, Danielle Aloni y Rimon Kirsht. Solo hablaba Lena, increpando, en un tono que iba en aumento, al primer ministro, Benjamin Netanyahu, culpándolo de todo, de la desunión israelí, del ataque, de los bombardeos sobre Gaza.

Netanyahu, tras ver el vídeo y decir en tono apesadumbrado que era “la cruel guerra psicológica de Hamás”, mandó “un abrazo a los secuestrados”.

La sensación general en el país es que no importa lo que dicen los secuestrados, no se trata del contenido, sino de la obscenidad que supone ver a personas que están donde están en contra de su voluntad y que dicen lo que dicen a punta de pistola, real o figurada.

Si comunican que sufren, los israelíes -especialmente sus cercanos- sufrirán vicariamente, si dicen que están bien, corren el riesgo de sabotear la empatía de la comunidad internacional que no está particularmente alineada con Israel tampoco en esta ocasión.

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Los dos rehenes del último vídeo, la mujer mayor y el niño, también acusaron a Netanyahu, de los bombardeos en Gaza, de haber cortado el agua y la electricidad, de matar niños en Gaza y también agradecieron a sus captores el buen trato en diversas ocasiones.

Hanna Katzir dijo que echaba de menos a su marido Rami y a toda su familia, a quien mandaba saludos. Rami fue asesinado en el ataque de Hamás al kibutz, y su hijo, Elad, fue secuestrado.

Yaguil Yaakov fue secuestrado de su casa junto con su hermano Or, así como con su padre Yair y la pareja de éste Meirav.

No se sabe cuánto saben los secuestrados del paradero de otros miembros de sus familias también retenidos en la franja. Un líder de Hamás refugiado en Catar dijo hace dos semanas que estaban dispuestos a hacer un intercambio de rehenes por prisioneros palestinos, pero que necesitaban unos días de alto el fuego para poder reunir a los secuestrados que estaban “repartidos por diferentes lugares de la franja”. Lo cual sugiere que, si Israel no tiene claro el número exacto e identidades de los rehenes, tampoco Hamás.

Hasta el momento no hay avances en las conversaciones para la liberación de los secuestrados. Los jefes de la CIA estadounidense y el Mosad israelí se reunieron el jueves con el primer ministro de Qatar en Doha para tratar este asunto y una pausa en la guerra. Una fuente implicada dijo a la agencia Reuters que hablaron de la liberación de entre 10 y 15 rehenes a cambio de una pausa humanitaria de uno a dos días, pero que no se han ultimado los detalles.

Hasta ahora los islamistas se han liberado a cuatro rehenes: Yojeved Lifshitz y Nurit Cooper del kibutz Nir Oz y Judith y Natalie Raanan, de Chicago, que estaban de visita familiar en el kibutz Nahal Oz. La soldado Ori Megidish fue liberada por el ejército israelí.