Cultura

Vittorio Sgarbi, el subsecretario de Cultura italiano investigado por el robo de un cuadro

El polémico crítico de arte habría participado en la sustracción de «La captura de San Pedro», una obra de Rutilio Manetti

El subsecretario del Ministerio de Cultura de Italia, Vittorio Sgarbi, está siendo investigado por la Fiscalía de Macerata por su presunta implicación en el robo de bienes culturales, según han adelantado este martes el diario Il Fatto Quotidiano y Report, el programa estrella de investigación de la RAI.

El polémico crítico de arte habría participado hace más de una década en el robo de la obra de Rutilio Manetti titulada «La captura de San Pedro». El cuadro desapareció del castillo de la localidad piamontesa de Buriasco en 2013 y reapareció en la ciudad toscana de Lucca en 2021, registrada como propiedad «inédita» de Sgarbi.

La investigación comenzó a raíz de otro caso de exportación ilegal de obras de arte por el que el subsecretario de Cultura podría ser procesado. El expediente remitido a la Fiscalía de Macerata recogía un delito de autoblanqueo de bienes culturales, tipificado en el artículo 518-septies del Código Penal italiano. Así lo confirmó el fiscal Giovanni Fabrizio Narbone tras la publicación de las primeras informaciones sobre la investigación.

En caso de que se reconozca el agravante de asociación y se amplíe la hipótesis principal a otros delitos, como falsificación y encubrimiento de obras de arte robadas y estafa, el caso podría ser trasladado a otra instancia judicial. En el primer escenario, por haber modificado el cuadro del siglo XVII para que pareciera «otro» al robado en 2013 en el Castillo de Buriasco; en el segundo, por haber expuesto no el original, como se declaró, sino una simple aunque fiel reproducción, detalla Il Fatto Quotidiano.

Las pesquisas iniciales hacen sospechar que el cuadro es efectivamente el robado por la coincidencia entre partes dañadas y retoques, el pliegue horizontal que atraviesa ambos, el fragmento hallado en Buriasco que encaja «como un pincel» en un desgarrón del ángulo inferior derecho, la ausencia de roturas en el cuadro antiguo en la zona de la vela que, por tanto, parece un añadido más reciente, según los expertos consultados por los Carabinieri de la Unidad de Protección del Patrimonio.

Sgarbi, sin embargo, asegura no haber sido notificado de la apertura de una investigación en su contra. «Una vez más Il Fatto miente, utilizando información confidencial que es completamente desconocida para mí y para mi abogado. No he recibido ninguna notificación de investigación. Tampoco sabría cómo ser investigado por un robo que no he cometido. Y por un delito cometido hace 11 años, en circunstancias no aclaradas por los investigadores en su momento. Hay una flagrante violación del secreto de sumario, único delito del que hay pruebas», señala el subsecretario, que no se plantea dimitir. «Por lo que leemos, la obra estaba mal cortada. Y la que obra en mi poder está en buen estado y con una capa de pintura bien conservada y uniforme. Cualquier valoración hay que hacerla sobre la obra de la que la robada es claramente una copia, como todas las que se guardaban en ese castillo y que a nadie le importaban. Tampoco creo que sea delito fotografiar una obra de la que todos los expertos han visto el original expuesto en Lucca».

La oposición ha exigido la dimisión de Sgarbi y ha pedido al Gobierno de Giorgia Meloni que depure responsabilidades. «Basta ya de vacilaciones, Meloni y [el ministro de Cultura, Gennaro] Sangiuliano dejen de proteger a Sgarbi», declaró la líder del Partido Democrático en la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, Irene Manzi.

Vittorio Sgarbi, coleccionista de obras de arte, es un crítico popular en Italia por haber presentado «Sgarbi Quotidiani», un exitoso programa de televisión. Además, presidió la Comisión de Cultura, Ciencia y Educación de la Cámara de 1994 a 1996 y fue elegido eurodiputado en 1999, entre otros cargos públicos. Meloni lo nombró subsecretario del Ministerio de Cultura en 2022.

«Le hemos visto envejecer con nosotros, cambiar, crecer, incluso ablandarse, es nuestra Camilla Parker Bowles (hasta por el pelo). Como una reina, su imagen está en todas partes, incluso entre las decenas, quizá centenares, de municipios de la península de los que es concejal de Cultura en una especie de performance en la que es testimonial en serie y “protagonista del siglo XX” como decía aquel tipo de los infomerciales, en serie como en un múltiple de Andy Warhol, siempre contemporáneo aunque antiguo. Fue uno de los primeros políticos en desnudarse en la portada de L'Espresso, fue el primero en inventar la confrontación física cuando los talk-shows eran todavía tranquilas presentaciones de libros. Pero Vittorio Sgarbi está siempre a un paso del trono, reina que nunca llega a ser, mucho menos astuto que Camilla siempre se detiene un momento antes, es más, en algún momento suele caer. Por accidente autoprovocado», escribía sobre él el periodista Michele Masneri en las páginas de Il Foglio Quotidiano.