Relevo

Washington se blinda para la investidura del 47º presidente

Las gélidas temperaturas previstas en la capital obligan a que Trump jure hoy, por primera vez desde 1985, a puerta cerrada

Washington D.C. nunca ha sido el lugar favorito de Donald Trump, y con justa razón. En la capital de Estados Unidos, con menos de un millón de habitantes, normalmente se respira un ambiente demócrata. El presidente electo nunca fue bien recibido en la central política del país, y eso ha quedado demostrado con los miles de residentes que han decidido aprovechar el fin de semana largo para irse unos días y evitar estar presentes durante la toma de posesión. Esas ausencias ciudadanas, sin embargo, han sido reemplazadas por miles de buses con personas del interior del país que han decidido venir a darle la bienvenida al nuevo mandatario de la primera potencia mundial.

El regreso de Donald Trump a Washington D.C., la capital de Estados Unidos de la cual salió en 2021 por la puerta atrás tras perder las elecciones, ha sido triunfal. Ni siquiera las gélidas temperaturas que han obligado a mover los eventos de su nueva investidura a interiores, han logrado empañar el ánimo de sus seguidores y la sensación de triunfalismo de miles de líderes conservadores a nivel nacional e internacional que llegaron a la ciudad para presenciar la asunción del republicano al poder.

La seguridad de Washington D.C. ha sido completamente blindada durante el fin de semana, con el despliegue de miles de efectivos que custodian las calles a pesar del cambio de último minuto sobre la logística debido al frío extremo. La Rotonda del Capitolio de los Estados Unidos, donde Trump tomará posesión, tiene capacidad para aproximadamente 700 personas y solo estará abierta a los miembros del Congreso, sus cónyuges y VIPs.

La seguridad del evento reflejará cómo la Policía del Capitolio de los Estados Unidos, en colaboración con el Servicio Secreto y otras agencias, asegura el edificio y las áreas circundantes para los discursos del Estado de la Unión. Estará cerrada al público, que ha sido redirigido al Capitol One Arena. Este espacio tiene una capacidad de poco más de 20,000 personas, mientras que las autoridades policiales han informado que más de 200,000 individuos tenían boletos para la inauguración.

Según el Comité Inaugural Trump-Vance, las ceremonias inaugurales comenzarán con un preludio musical interpretado por los Coros Combinados de la Universidad de Nebraska-Lincoln y "The President's Own" U.S. Marine Band.

La Senadora por Minnesota, Amy Klobuchar dará inicio a la ceremonia, y Timothy Cardenal Dolan, arzobispo de Nueva York, junto con el reverendo Franklin Graham, ofrecerán una invocación. Acto seguido, Christopher Macchio, un cantante de ópera apodado "El Tenor de América”, interpretará el tema"Oh, America!".

Después de su presentación, el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, administrará el juramento presidencial a Trump. El Club Coral de la Academia Naval regresará para cantar "The Battle Hymn of the Republic," y luego el en ese momento investido mandatario, pronunciará su discurso inaugural.

La ceremonia concluirá con una bendición a cargo del rabino Dr. Ari Berman, presidente de la Universidad Yeshiva; el imán Husham Al-Husainy, del Centro Educativo Islámico Karbalaa; el pastor Lorenzo Sewell, de 180 Church Detroit; y el reverendo padre Frank Mann, de la Diócesis Católica Romana de Brooklyn. Finalmente, se interpretará el Himno Nacional, nuevamente a cargo de Macchio.

El juez del Tribunal Supremo, Brett Kavanaugh, administrará luego el juramento del cargo de vicepresidente a JD Vance. Trump nominó a Kavanaugh al Tribunal Supremo en 2018 tras la jubilación del juez Anthony Kennedy.

Todo cerrará con las presentaciones de la cantante de country Carrie Underwood, junto con el Coro de las Fuerzas Armadas y el Club Coral de la Academia Naval de EE. UU., quienes interpretarán "America the Beautiful."

La llegada de Trump a la Casa Blanca sin duda representa un momento crucial en la historia de Estados Unidos. Para la derecha, ofrece esperanza de un futuro para un país que perciben como demasiado inclinado hacia la izquierda. Pero para millones de otras personas, marca el amanecer de una era oscura, más nativista, introspectiva y mezquina, que podría dejar a los marginados más vulnerables que nunca.

De hecho, se espera que las primeras acciones de Trump como presidente de Estados Unidos se conozcan este mismo lunes. Según lo anticipado, en las principales áreas metropolitanas, las redadas de inmigración podrían comenzar casi de inmediato mientras el nuevo presidente cumple sus promesas de campaña de deportar a migrantes indocumentados. En las celdas de las cárceles, los acusados del 6 de enero de 2021 esperarán noticias sobre los indultos, que Trump ha prometido firmar tan pronto como regrese al poder al considerarlos “presos políticos”. Y en todo el mundo, líderes en capitales extranjeras observarán con ansiedad cómo el nuevo líder estadounidense comienza a ejecutar sus planes para imponer aranceles, apropiarse de tierras y poner fin a guerras prolongadas.

Y es que Trump planea emitir docenas de acciones ejecutivas —más de 100 solo en el primer día. Estas incluyen medidas destinadas a aumentar la producción energética de Estados Unidos, reforzar la seguridad fronteriza, reducir regulaciones y otras prioridades políticas clave. Para sus seguidores, estas medidas representarán el emocionante cumplimiento de los temas populistas y antiinmigrantes de su campaña. Pero para quienes se oponen, serán una señal de un nuevo momento oscuro y un llamado a la acción legal.

Es casi seguro que algunos de los puntos que Trump prometió ejecutar el primer día de su mandato no se concretarán. Sin embargo, la escala de los planes de Trump —si se materializan— iría mucho más allá de los intentos recientes de otros presidentes por ejercer el poder de su oficina, poniendo a prueba los límites de la presidencia.