Famosos

Giulia, la niña de los ojos de Sarkozy

La hija de Carla Bruni seduce con su rubia melena a los más de 30.000 seguidores de su madre en Instagram y algunos ya la consideran la homónima francesa de la hija «influencer» de Tom Cruise

Carla Bruni, junto a su hija Giulia el pasado mes de abril en el aeropuerto de Los Ángeles
Carla Bruni, junto a su hija Giulia el pasado mes de abril en el aeropuerto de Los Ángeleslarazon

De espaldas, posando y con melena dorada al viento. Así es como Carla Bruni presume de su hija Giulia en su cuenta de Instagram. La manera en que la pequeña de casi 5 años luce su famosa cabellera para la cámara de su madre basta para afirmar que casa a la perfección con el estilo de vida «cool» que Bruni quiere proyectar en su perfil de Instagram. Algo que le acerca al que Katie Holmes ha seguido con su hija, Suri Cruise, que con tan sólo 10 es ya considerada la «baby» más «influencer» de Hollywood. Toda un «it-girl» desde su nacimiento. Tanto es así que hasta existen blogs especializados en sus estilismos.

Bruni, al igual que Holmes, es una madre enamorada de su hija, a quien dedica rendidas palabras en las redes. «El amor de mi vida» fueron las elegidas por la italiana para presentar el pasado 18 de julio a Giulia en la red social con una imagen en la que la pequeña lucía un maillot azul y aparecía tumbada en una toalla de playa. A esta le han sucedido varias de este verano. La última, del pasado domingo, en la que aparece caminando con un veraniego vestido rojo. Un rojo acorde a la pasión que despierta entre los seguidores de su madre, ya que tan sólo las tres primeras instantáneas de la pequeña igualan e incluso superan en «me gusta» a aquellas en las que Bruni comparte «photocall» con Naomi Campbell y Gianni Versace, entre otros.

Eso sí. La regla de oro es salir siempre de espaldas, dando absoluto protagonismo al estilismo. Muchos piensan que con ello Bruni desea respetar la privacidad de su hija, aunque también es un claro guiño a las primeras imágenes de Suri publicadas por Holmes en su Instagram, donde los retratos de espaldas fueron reemplazados progresivamente por fotos sin censura, consiguiendo así fidelizar a casi 500.000 seguidores.

Aún no sabemos si la esposa de Sarkozy seguirá la misma senda, pero lo que está claro es que a Giulia, como a Suri, no le disgusta ser blanco de los objetivos. Así lo hacía saber su madre el pasado 28 de abril en el aeropuerto de Los Ángeles, cuando al ser preguntada por un guarda de seguridad si a su niña le molestaban las cámaras respondió: «Le encantan los fotógrafos, aunque no me explico por qué».

Todo apunta, pues, a que Giulia seguirá los pasos de Suri y será la niña más fotografiada en Francia, como lo ha sido la hija de Tom Cruise en Estados Unidos. Cada uno de sus vestidos se agota rápidamente en las tiendas y las firmas de las vestimentas lo son de culto para las madres más adictas a que sus hijas vistan como las de las famosas. Suri ha sido noticia por cada uno de sus estilismos; halagos y críticas a la par, como el que llevara tacones con apenas cinco años. Sus zapatos dorados o plateados, según la tarde de paseo, suscitaron un debate sobre los perjuicios que podía tener para los pies y la espalda de la niña.

El problema de estas niñas tan seguidas y aclamadas es que son sometidas a un meticuloso y dañino examen, razón por la que otros padres prefieren alejar a sus hijos del ojo público y preservar su intimidad. No ha sido el caso de Suri –ni tampoco parece que lo será el de Giulia–, motivo por el que se ha criticado que se pintara los labios, llevara bolso o camisón y pantuflas, uno de los días que fue fotografiada en un hotel.

Pero, para Katie, Suri es su «niña prodigio», de la que presume siempre que puede y por eso no duda en subirla con ella al escenario en algún que otro acto. Tanto Holmes como Bruni son madres enamoradas de sus hijas y orgullosas también de su parecido físico con ellas. De ahí que ambas llenen sus perfiles de Instagram con retratos de la infancia, en los que dejan entrever sus deseos de que las pequeñas sigan sus pasos.

Desde otro ángulo, ellos, los padres, también presumen de hijas. Tom Cruise ha mostrado en sucesivas ocasiones que se le cae la baba con Suri, al igual que Sarkozy con Giulia. De hecho, la suegra del ex presidente, Marisa Bruni, confiesa que padre e hija comparten momentos muy divertidos en la intimidad:«Va a gatas por el salón detrás de la cría mientras ella intenta encender la luz», decía recientemente en una entrevista para la revista francesa «Ici Paris».

Son muchos los puntos en común entre Giulia Sarkozy y Suri Cruise. Semejanzas que nos permiten vaticinar que la benjamina del ex jefe de Estado francés podría no estar muy lejos de descubrir en un futuro no muy lejano un fondo de armario millonario, como el de la hija del actor, valorado ni más ni menos que en tres millones de dólares.