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Las malas compañías de Omar Montes

El ya ex yerno de Isabel Pantoja alterna con miembros de clanes dedicados al tráfico de drogas y con «aluniceros», y no tiene reparos en publicar fotos mostrando su alto nivel de vida.

Las fotos de Omar con fajos de billetes son habituales desde hace varios años, cuando aún no había «triunfado» en la música ni iba a la televisión
Las fotos de Omar con fajos de billetes son habituales desde hace varios años, cuando aún no había «triunfado» en la música ni iba a la televisiónlarazon

El ya ex yerno de Isabel Pantoja alterna con miembros de clanes dedicados al tráfico de drogas y con «aluniceros», y no tiene reparos en publicar fotos mostrando su alto nivel de vida.

Que el último ex yerno de Isabel Pantoja no frecuenta muy buenas compañías era algo que siempre se había rumoreado. Omar Montes vive en Pan Bendito, un barrio del madrileño distrito de Carabanchel conocido en la capital por su alta tasa de delincuencia y con un elevado porcentaje de familias de etnia gitana que viven en pisos de realojo u «okupados». Entre ellos, hay miembros de clanes dedicados al tráfico de droga en la Cañada Real –que en su día era «el mayor supermercado de la droga» de Europa– y de bandas de «aluniceros» (delincuentes que empotran un coche en la luna de un establecimiento de lujo para robar) o «butroneros» (cuando el método de acceso es el butrón: un agujero en la pared desde el local aledaño). El mismo Omar ha publicado varias imágenes en su perfil de Instagram nombrando al clan de Los Gordos o «Gordo's clan». Se trata del más famoso dedicado a la venta de droga en la Cañada, aunque ya trapicheaba en los poblados de La Celsa y Las Barranquillas desde hace casi 20 años. Los últimos golpes policiales les han hecho daño y muchos de ellos están en prisión. Por eso, aunque otros miembros de la familia sigan dedicándose al negocio, ya no mueven las mismas cantidades –según fuentes policiales, sacaban 30.000 euros a la semana–, pero siguen vendiendo. Los agentes que tienen o han tenido vigilados a algunos de estos individuos aseguran que, durante sus vigilancias, no es raro ver a Omar Montes alternar con ellos.

Descapotables y hoteles de lujo

Lo que sí parece evidente es que, además de su faceta como cantante de «trap flamenco» –música urbana que consumen los «millennials»–, Omar comparte gustos y aficiones con esta gente, que suele mezclar el gran lujo con «el barrio». Desde este entorno nos lo explican: «Los gitanos que se dedican a esto o los “aluniceros” son así: llevan riñoneras de Gucci y zapatillas de deporte de 400 euros, pero siguen viviendo en un barrio obrero o incluso en poblados. Lo hacen porque son muy de estar con su gente, con su familia, pero por dentro tienen acabados de lujo y teles de 2.000 euros. Ya no saben ni cómo blanquear el dinero, aunque mucha de la ropa de lujo que llevan se las revenden entre ellos tras haber dado un “palo” a alguna tienda de la calle Serrano». Aun así, la amistad con estas personas tampoco es algo que Omar pretenda ocultar, a la vista de las varias fotografías y vídeos que ha publicado en su perfil de Instagram. Muestra viajes a Benidorm, hoteles de lujo, descapotables, gimnasios de barrio –como el que frecuentaba en Aluche– donde practica boxeo, comidas en el centro comercial Islazul y noches de fiesta en garitos de moda, en los que los reservados los suelen frecuentar individuos que, de forma más o menos indirecta, trabajan para estos grupos delincuenciales. Lo que más llama la atención es que en algunas instantáneas aparece con fajos de billetes haciendo ostentación de la gran cantidad de dinero en efectivo del que dispone y del que probablemente no pueda demostrar su procedencia. Un agente que les conoce bien, zanja: «Toda esta gente no saca ese dinero de la venta ambulante, ni de la chatarra, ni de las ayudas sociales que casi todos reciben. Se dedican a mover droga o a la vigilancia bajo extorsión en obras».

«GH vip»: una ruptura jugosa y en directo

Isabel Pantoja respira tranquila tras saber que la relación de su hija con Omar Montes, al que nunca aceptó, ya es historia. Anoche Chabelita, expulsada de «Gran Hermano VIP», no solo descubrió entre lágrimas la demoledora llamada a «Sálvame» de su madre («Era mi concurso y no me merecía esto; le voy a dar a mi hijo todo el amor que a mí me ha faltado», dijo), sino que además vio cómo su hasta ayer novio entraba en el concurso para dejarla en directo: «Me has faltado al respeto, no puedo quedar como un tonto delante de España mientras te estás acostando con otro», le espetó. «Me arrepiento de haber perdido mi tiempo contigo», le contestó Chabelita, que ahora será quien verá desde el plató las andanzas de su ex en el concurso del que la audiencia la ha echado. Lo primero que hizo Montes al entrar fue encararse con el que sedujo a Chabelita. El público no es tonto. Sabe que el culebrón va ahora para largo.