Casas reales

Margarita «manostijeras»

Haciendo gala de su vena artística, la reina de Dinamarca saca su vis cómica para promocionar una exposición que incluirá desde disfraces de «Pulgarcito» a escenografías que le han inspirado a lo largo de su vida

La reina Margarita de Dinamarca confeccionando la careta de perro
La reina Margarita de Dinamarca confeccionando la careta de perrolarazon

Haciendo gala de su vena artística, la reina de Dinamarca saca su vis cómica para promocionar una exposición que incluirá desde disfraces de «Pulgarcito» a escenografías que le han inspirado a lo largo de su vida

La reina de las mil y una facetas. Así podríamos describir a Margarita de Dinamarca, cuya última aparición estelar bien le valdría el apodo «manostijeras». No sorprende de quien acostumbra a sacar su vis cómica (y artística) cuando la ocasión lo requiere. Así lo demuestra en el último vídeo publicado por la casa real danesa, en el que la soberana transforma su «bureau» en un taller de manualidades. Excéntrico, pero hilarante. Y quizá no sea otra la intención de quien, con cartulina y tijeras en mano, procede a diseñar la careta de perro que luego se enfunda para remedar al animal husmeando.

El «cebo» engancha, desde luego, y si lo que pretendía la monarca con este vídeo era convencernos de que su próxima exposición debe ser un «must» cuando visitemos Copenhague, lo ha conseguido. La muestra lleva por nombre «La reina de las aventuras» y estará abierta al público desde el 27 de septiembre hasta el 19 de mayo del año que viene, en el Museo de Amalienborg. Allí veremos las creaciones y escenografías de cuentos infantiles, desde «Pulgarcito» a «El cascanueces», que han inspirado a Margarita a lo largo de su vida. Para ello, ha contado con la colaboración de Elisabeth von Buchwald, una de sus manos derecha en palacio, y el diseñador Shane Brox.

No es la primera exposición para una reina consagrada a la pintura desde 1969, cuando la lectura de «El señor de los anillos» le sirvió de inspiración para su primera colección de acuarelas, a la que bautizó «Paisajes para leyendas perdidas». Fue la antesala de otra de sus pasiones, la moda. Así, diseña parte de sus atuendos y, no contenta con ello, usa pseudónimo para firmar las creaciones de obras de teatro infantiles. «Daisy» se hace llamar, demasiado poco serio (y sintomático) de una reina que, desafiando todo pronóstico, en lo último que piensa es en abdicar. Pasen y miren, hay «Daisy» para rato.