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Loewe contra la bestia del Este

Jonathan Anderson aplaca las bajas temperaturas del invierno con trencas «oversize» y abrigos de piel de oveja

Loewe contra la bestia del Este
Loewe contra la bestia del Estelarazon

Jonathan Anderson aplaca las bajas temperaturas del invierno con trencas «oversize» y abrigos de piel de oveja.

La lluvia deja paso a un frío intenso que parece no ser molesto a quienes aguardan ansiosos a las puertas de la sede de la Unesco de la capital francesa para conocer la nueva colección de otoño-invierno 2018/2019 que Jonathan Anderson ha diseñado para Loewe. Los tacones y prendas más propias de verano que lucen algunas de las invitadas pronto encuentran refugio en una moqueta blanca que da la bienvenida a los adictos de las nuevas tendencias. Una chimenea es el siguiente aliciente. Bajo las llamas de pequeñas hogueras se esconden ejemplares de «El Quijote», «Madame Bovary», «Cumbres borrascosas», «Drácula» y «El corazón de las tinieblas». Tan solo falta una mantita para observar desde la ventana a la «Bestia del Este».

Ambigüedad de género

Pero esta bucólica imagen se interrumpe cuando comienzan a desfilar las mujeres de Anderson, a quienes ha preparado bien para luchar contra un frío que no da respiro. Si la tiritona no ha dejado todavía sin aliento a los presentes sí lo hace una trenca «oversize marrón» con la que arranca el desfile. Le sigue otro abrigo que bien podría ser unisex recubierto de piel de oveja para a continuación sorprender con una sutil y elegante gabardina acampanada que se mezcla con otro modelo recto y un tercero plisado que hace las delicias de los origami japoneses. La tónica de esta colección fueron prendas que, respetando la sensualidad femenina, ahondan en la ambigüedad de género. Lo binario no existe, las premisas de estilo no son dogmas de fe para Anderson, que ha creado su propio universo y dado un giro a la firma.

Y aunque se trate de una colección invernal, el diseñador deja su sello en cada colección. Así, ante un deslumbrante vestido de piel negra propio de la temporada, sorprende con una espalda al aire entrelazada a modo de camisa de fuerza en versión pasarela. Su ingenio está marcado a fuego de igual modo en la deconstrucción de vestidos ensamblados con cuerdas multicolor o en los largos jerséis de lana que dejan los costados al aire. Un juego de formas y creatividad que confluye en una línea poética que desde la llegada de Anderson no ha dejado de perfeccionar.

Esa ruptura con lo establecido también lo muestra en la lencería superpuesta: sujetadores que pasan a primera línea y se convierten en la carta de presentación de sus nuevos diseños. Interesantes también los cuellos desconectados de piel de becerro y las mangas de kimono de algunas de las prendas, así como sus bolsillos de saco. En esta ocasión, en cuestión de complementos, Anderson recuperó el bolso Gate, que emula a una silla de montar, así como unos maxi pendientes circulares en piel y metal. Para pisar sobre terrenos movedizos como la nieve, el modisto calzó a sus féminas con botines planos de cuero y suelas altas de goma.