Salud

Sedentarismo de oficina: movimientos recomendables para evitar una lesión de espalda

Pasar ocho horas en una silla no solo dispara el riesgo de muerte prematura, sino que desata una epidemia de lesiones que la actual regulación del teletrabajo en España parece ignorar

Dolor de espalda
Un porcentaje alarmante de la población española se declara sedentaria en su tiempo libreDreamstime

La irrupción del teletrabajo en España, que ya implica a cerca de un 15 % de la población activa, ha traído consigo una comodidad aparente que esconde un problema mayúsculo. La normativa actual presenta una considerable laguna legal, pues no obliga a las empresas a proporcionar sillas ergonómicas a quienes trabajan desde casa. En la práctica, esto significa que la responsabilidad recae en el trabajador, quien a menudo desconoce los riesgos de pasar horas en una postura inadecuada, difuminando además los horarios y extendiendo las jornadas.

De hecho, esta situación choca frontalmente con los principios básicos de la ergonomía, una disciplina cuyo único objetivo es adaptar el entorno de trabajo a las necesidades de la persona, y no al contrario. La ley de Prevención de Riesgos Laborales ya contempla esta obligación para los puestos presenciales, donde gestos tan sencillos como ajustar la altura de la pantalla o garantizar que los pies se apoyen firmemente en el suelo son cruciales para prevenir el deterioro físico y mental.

En este sentido, la silla se ha convertido en un auténtico problema de salud pública a nivel mundial, con dolencias musculoesqueléticas que, según las estimaciones, afectan ya a 1.700 millones de personas. El panorama en nuestro país agrava la situación, ya que un porcentaje alarmante de la población se declara sedentaria en su tiempo libre: un 32,6 % de las mujeres y un 25,3 % de los hombres, lo que potencia los efectos nocivos de un trabajo estático.

El alto precio de la silla: más allá del dolor de espalda

Por otro lado, las consecuencias de esta inmovilidad prolongada van mucho más allá de las molestias posturales. Los datos son contundentes y alertan de que permanecer sentado durante la mayor parte del día eleva hasta un 16 % el riesgo de muerte prematura. Un peaje demasiado alto asociado a patologías tan graves como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes o la obesidad.

Asimismo, los expertos advierten de una creencia popular muy extendida y peligrosa: pensar que una sesión de ejercicio al final de la jornada laboral compensa las horas de parálisis frente al escritorio. La realidad es que esa actividad no es suficiente para contrarrestar los efectos acumulados. La solución, insisten, es más sencilla y constante, y pasa por integrar pausas activas de apenas unos minutos cada hora para romper con el sedentarismo.