Salud mental

No es timidez, es ansiedad social: aprende a identificarla y a superarla

Imaginar siempre el peor escenario, preocuparse en exceso por la opinión ajena o evitar cualquier reunión social son síntomas de una ansiedad que afecta a muchos más de los que se cree

Redes sociales, adicción y ansiedad
Redes sociales, adicción y ansiedadDavid JarLa Razón

Enfrentarse a las situaciones temidas de forma paulatina, empezando por los retos más pequeños para ganar terreno al miedo, es una de las estrategias más eficaces para superar la ansiedad social. Este método, conocido como exposición gradual, consiste en abordar de manera progresiva escenarios que generan angustia, como saludar a un vecino, antes de dar el salto a desafíos de mayor envergadura. Se trata de un entrenamiento conductual que, combinado con un trabajo mental para rebatir los pensamientos negativos, constituye la base para desarticular este trastorno. De esta forma, el objetivo es demostrarse a uno mismo que los peores escenarios rara vez se cumplen.

De hecho, estas herramientas terapéuticas están diseñadas para combatir la raíz del problema: un temor desproporcionado y persistente a la evaluación de los demás. Quienes lo padecen viven con un nudo en el estómago ante la idea de ser juzgados o ridiculizados por sus palabras o acciones, lo que convierte cualquier interacción en una fuente de estrés. Este miedo provoca un análisis exhaustivo de cada gesto y cada frase, tanto antes como durante y después del encuentro, atrapando a la persona en un ciclo de preocupación constante.

Y no se trata de un problema minoritario. Las cifras que manejan los expertos revelan una realidad mucho más extendida de lo que se suele pensar, con una prevalencia que podría afectar hasta a un 13 % de la población en algún momento de su vida, según un estudio de la Universidad de Nueva York. Este dato, que ayuda a dimensionar el alcance de la ansiedad social, subraya la importancia de identificar sus síntomas, tal y como han publicado en GQ.

Claves para desarmar el círculo vicioso del miedo

Por ello, uno de los pilares del tratamiento reside en aprender a desmantelar las interpretaciones catastrofistas que alimentan la ansiedad. Esto implica cuestionar la validez de los miedos y separar los hechos objetivos de las suposiciones. Identificar estas distorsiones cognitivas es el primer paso para neutralizarlas y construir una visión más realista y serena de las relaciones sociales, reduciendo así la angustia anticipatoria. Este trabajo mental para fortalecer la confianza es fundamental, y existen consejos prácticos que pueden ayudar a mejorar la autoestima en 30 días y consolidar una autoimagen más positiva.

Asimismo, para los momentos de crisis aguda, existen técnicas de respiración que funcionan como una herramienta de efecto inmediato. Prácticas como la respiración diafragmática ayudan a calmar el sistema nervioso y a mitigar la respuesta fisiológica del estrés, lo que permite frenar la espiral de pensamientos negativos que suele acompañar a los picos de ansiedad y recuperar un mínimo control sobre la situación.

No obstante, los especialistas insisten en que, aunque estas estrategias son de gran utilidad, para lograr una recuperación completa y duradera, la ayuda de un profesional resulta fundamental. Un psicólogo no solo puede ofrecer un diagnóstico preciso, sino que también proporciona las pautas y el acompañamiento personalizado necesarios para dominar el trastorno y recuperar plenamente la calidad de vida.