Sevilla

«Creíamos que Andalucía nos iba a seguir con los ojos cerrados»

Rojas-Marcos achaca la disolución del PA al «desinterés del pueblo por un partido andaluz»

Alejandro Rojas-Marcos, ayer en la casa sevillana donde fundó en 1965 el Partido Andalucista
Alejandro Rojas-Marcos, ayer en la casa sevillana donde fundó en 1965 el Partido Andalucistalarazon

En la misma casa sevillana donde, allá por 1965, germinó la formación política. En este lugar quiso ayer Alejandro Rojas-Marcos, fundador del Partido Andalucista y ex alcalde de Sevilla, explicar la secuencia de hechos que han desembocado en la disolución del partido, cuya acta de defunción se firmó el pasado sábado en el marco del XVII Congreso Nacional Extraordinario celebrado en Torremolinos, con el apoyo de casi un 78 por ciento de la militancia. Como la misa funeral que se celebra una semana después de un entierro, el histórico líder andalucista ofreció su particular visión de esta debacle que comenzó a acelerarse en 2008, cuando la formación, por primera vez, quedó fuera del Parlamento andaluz. La cima, por contra, tuvo lugar en 1979, cuando el entonces PSA consiguió cinco escaños en el Congreso de los Diputados.

¿Qué ha pasado desde entonces? A juicio de Rojas-Marcos, «creíamos que Andalucía nos iba a seguir con los ojos cerrados» y, en realidad, tal y como confesó, «no había unas raíces andalucistas» en la región. El fundador del partido pasó de puntillas por las responsabilidades propias en la caída de las siglas y tan sólo enumeró factores exógenos que resumió, básicamente, en el «desinterés del pueblo por un partido andaluz».

«Hemos confundido lo efímero con lo permanente y lo municipal con lo autonómico», dijo en referencia al hito del andalucismo de acceder a la Alcaldía de Sevilla en 1979 y 1991. «Entonces, se votaba la gestión, no se votaba en andaluz». «Nos equivocamos queriendo investir el poder andaluz por la cabeza y no por los pies, creíamos que Andalucía estaba lista para entender nuestro mensaje», aseguró con cierta nostalgia.

Sin embargo, sacó pecho por los cincuenta años de trayectoria del partido, cuando «otros proyectos andalucistas naufragaron pronto». En este punto, recordó las dos iniciativas de Manuel Clavero Arévalo para crear un partido andaluz, con los denominados Partido Social-Liberal Andaluz (PSLA) y Unidad Andaluza (UA), y las tres intentonas de Pedro Pacheco. «Lo que hemos hecho en todos estos años ha sido heróico y titánico, en una tierra tan vasta y en un pueblo tan potente», aseguró, al tiempo que defendió que el partido ha resistido durante 50 años «ante la incomprensión de muchos». En este balance también introdujo algunas alusiones victimistas, al asegurar que «hemos sido calumniados e injuriados». «La sangre política del PA ha sido muy barata; no hemos tenido paraguas y nos hemos defendido nosotros solos», remarcó, no sin antes advertir que «meterse con Estados Unidos tiene un coste».

En el contexto político actual llama la atención que partidos de reciente creación, como Podemos y Ciudadanos, hayan obtenido representación en la Cámara autonómica y en los ayuntamientos de las principales ciudades y el Partido Andalucista no, con el consiguiente desgaste que produce esta situación. Rojas-Marcos no eludió este asunto y aseguró que estas formaciones han obtenido tanto respaldo electoral por la «frustración que siente la gente, surgiendo Podemos por la izquierda y UPyD y Ciudadanos por la derecha». No obstante, sí se mostró muy crítico con el hecho de que estas formaciones y otras tradicionales, como PP y PSOE, se arroguen la causa andalucista. «El andalucismo es lo que hizo Blas Infante y lo que hizo este partido. El resto son partidos estatales, pero no tienen nada que ver con el andalucismo», denunció, por lo que «no tienen credibilidad para autodefinirse como andalucistas». Sí es cierto que en los últimos años ha habido un trasvase de militantes a otras formaciones con más respaldo electoral, aunque la última dirección del PA se empeñó en negar un acercamiento a las posturas de Ciudadanos. Rojas Marcos, no obstante, defendió la huida a otros partidos, ya que «todo el mundo tiene derecho a convertirse. Es un derecho del ciudadano». Sin embargo, negó la posibilidad de que «un andalucista se lleve la identidad andalucista a Podemos a Ciudadanos». «No se puede traficar con la ideología», insistió.

Al PA también se le ha achacado la ausencia de una ideología clara, un extremo que se visualizó con los pactos que suscribió con PSOE y PP. Rojas-Marcos, en este sentido, aseguró que el partido «nació con una ideología de izquierda, con momentos más o menos radicales a lo largo de su historia», pero «jamás ha abandonado esa línea ni su razón de ser». Sobre los pactos, argumentó que «una cosa es la ideología y otra los acuerdos para favorecer la gobernabilidad, basados en un programa». Por ello, señaló que «hemos sido un partido de pueblo, no nacionalista porque no hemos sido separatistas». «Hemos defendido los intereses del pueblo».

Con la disolución, Rojas-Marcos cree que el PA no ha tirado la toalla, sino que ha sido un «acto de dignidad». «El acto más valiente que hay en política es el de la dimisión. Éste se debe producir cuando se entiende que no se puede ser fiel a unas ideas», explicó, además de advertir que los enfrentamientos producidos en el seno del partido tampoco han tenido costes electorales, ya que «por los enfrentamientos entre Guerra y González y Aguirre y Gallardón el PSOE y el PP no dejaron de perder votos».

Sobre el futuro del andalucismo y la posibilidad de que surja otro partido que encarne su espíritu fue categórico: «Sobre cenizas no se construye nada». En este punto, aseguró que «lo nuevo, cuanto más nuevo sea, más posibilidades de éxito tendrá». Con la desaparición de las siglas la vida política de Rojas-Marcos, animal político por excelencia, «acaba aquí». «No voy a optar por otro partido», prometió. «Nosotros estamos políticamente agotados», aunque dejó la puerta abierta a que «gente joven con energías renovadas tome el testigo».