Caso ERE

La instructora de los ERE desarbola el arranque del «Ejecutivo Díaz»

De Llera: «Hablemos del Gobierno, que es mucho más importante que cualquier juez»

Susana Díaz pronuncia su discurso, en presencia de sus consejeros
Susana Díaz pronuncia su discurso, en presencia de sus consejeroslarazon

sevilla- El guión se rompió de partida ya que el acto oficial de toma de posesión de los miembros del nuevo Gobierno andaluz arrancó con casi media hora de retraso, dado que la presidenta, Susana Díaz, tenía que volver de Córdoba, donde inauguró el curso escolar en un colegio público. Entonces nadie imaginaba el giro de trama que estaba por llegar.

Discurría la ceremonia con normalidad. La atención mediática estaba puesta en si, como ocurrió hace poco más de un año en la toma de posesión del primer Ejecutivo de coalición PSOE-IU presidido por José Antonio Griñán, ausente ayer, algún miembro de la federación de izquierdas daba la nota discordante en la fórmula fijada para aceptar el cargo, o en si alguien juraba en lugar de prometer, como hizo la propia Díaz en el Parlamento el pasado sábado.

Sin embargo, en el Salón de los Espejos, escenario de San Telmo elegido para la ocasión como marca el protocolo, comenzó un ir y venir de muecas y rumores con los consejeros aún desfilando por la tribuna. Los teléfonos móviles se activaron y de oreja a oreja se trasladaba una pregunta: «¿Te has enterado?». La instructora de la causa de los expedientes de regulación de empleo (ERE) irregulares, Mercedes Alaya, irrumpió en escena para quedarse y desarbolarlo. Cuando la presidenta intentaba transmitir con su discurso las ganas de que a partir de ahora todo esté en orden, sea estable y con la transparencia que da la ausencia de «sombras», mientras animaba a su equipo a superar el «mar de dificultades» que se iban a encontrar, ya se sabía en la sala que la magistrada había dictado un auto en el que comunicaba la existencia del procedimiento «en calidad de imputados» a los ex presidentes Griñán y Chaves.

A ellos sumó a cinco ex consejeros aforados: Carmen Martínez-Aguayo, Antonio Ávila y Manuel Recio, presentes en la toma de posesión, además de José Antonio Viera y Francisco Vallejo.

Las críticas en torno a la dimensión estratégica de la noticia, sobre la «coincidencia» del movimiento judicial con el inicio del camino del Ejecutivo de Díaz, no se hicieron esperar.

En paralelo, la presidenta proclamaba desde el atril que su Gobierno «no ha llegado para pasar de largo», sino para «atender las críticas» y, entre otras cuestiones, «estar siempre cerca de la gente». En ese sentido, la líder socialista animó a los once consejeros entrantes a conformar un gabinete «fuerte y sensible» con las necesidades de los ciudadanos del que, afirmó, espera «cohesión, honestidad y trabajo», para «convertir expectativas en realidad» y darse a conocer por «sus obras».

En tono conciliador, Díaz insistió en una idea que ya expuso en su investidura: su compromiso de que «gobernará para todos». Es más, solicitó el «apoyo crítico de quienes legítimamente hubiesen preferido un Gobierno de otro color». Lanzó esas palabras a un auditorio que ya había disminuido entre carreras y susurros para enterarse del contenido del escrito judicial de Alaya.

De hecho, tras llevarse a cabo la fotografía «de familia» del Ejecutivo de estreno, los periodistas buscaron la reacción de los afectados. Ninguno quiso hacer declaraciones. Sí se pronunciaron varios de los recién llegados. En concreto el titular de Justicia e Interior, Emilio de Llera, quien evidenció su sorpresa por el auto, no dudó en aseverar: «Hoy el protagonismo es del Gobierno y vamos a hablar de éste, que es mucho más importante que cualquier juez que haya en Andalucía».

En la misma línea, el encargado de Presidencia, Manuel Jiménez Barrios, sostuvo que «tocaba» hablar del Ejecutivo, si bien la titular de Agricultura, Pesca y Medio Rural, Elena Víboras, fue más allá al lamentar las «demasiadas coincidencias» en las fechas de los autos de la juez. Sincronía que resaltaron, asimismo, los secretarios generales de CC OO-A, Francisco Carbonero, y de UGT-A, Francisco Fernández.

Por su parte, el vicepresidente, Diego Valderas (IU), sostuvo: «La Justicia a su trabajo y el Gobierno a gobernar». Y el sustituto de Ávila al frente de Economía, José Sánchez Maldonado, dijo a LA RAZÓN no «atreverse a valorar» lo sucedido al desconocer siquiera si su antecesor, alumno y amigo, había «sido imputado» o «autorizado a personarse». Con todo, matizó: «La Justicia funcionará. Creo en la Justicia y ahora mismo tengo poco que decir», remató.

Cortés (IU) fue la única en prometer lealtad al Rey «por exigencia legal» y María Jesús Serrano, de Medio Ambiente, en jurar.

Ya por la tarde, el PSOE-A defendió por boca de Mario Jiménez la «honestidad» de Griñán y Chaves de quienes, recalcó, «no hay nada para imputarlos».

Sin representante en el Consejo de Gobierno

- El secretario general del PSOE de Huelva, Ignacio Caraballo, se refirió ayer al nuevo Gobierno andaluz, en el que no hay ningún consejero de la provincia onubense de su partido, para señalar que confía en que Huelva esté presente en «el equipo». Un Ejecutivo que «no se queda sólo en los consejeros», matizó en alusión a los segundos niveles.

- Los diputados autonómicos del PP de Almería criticaron ayer la composición del nuevo Ejecutivo regional por no haber en él ningún consejero procedente de la provincia. Una ausencia que los populares interpretan como un «duro castigo» para una Almería que «no existe». Hoy se celebrará el primer Consejo de Gobierno, previsto «a priori» ayer.