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Lorenzo Silva: «Nos unen con Marruecos intereses y una herencia común» en el Museo Carmen Thyssen

La Razón
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Un recorrido geográfico y sentimental por siete ciudades del norte de Marruecos en las que todavía pervive la huella española. Lorenzo Silva, Premio Planeta 2012, presentó ayer en el Palacio de la Asamblea de Melilla «Siete ciudades en África», una obra que se inserta en la colección «Ciudades andaluzas en la historia» de la Fundación José Manuel Lara. El acto estuvo patrocinado por la Consejería de Cultura y Festejos de Melilla y asistieron, entre otros, el presidente de la ciudad autónoma, Juan José Imbroda; la consejera de Cultura, Simi Chocrón y la directora de la Fundación José Manuel Lara, Ana Gavín. El autor repasa en la obra la época más dura del protectorado español en Marruecos centrándose en Ceuta, Larache, Tetuán, Xauen, Melilla, Nador y Alhucemas, en la actualidad cinco ciudades marroquíes y dos españolas. Pero todas ellas «muy andaluzas, aunque estén al otro lado del Estrecho».

En estos enclaves las marcas de la presencia española siguen muy presentes, como por ejemplo las estructuras urbanas. «Alhucemas y Nador fueron levantadas por ingenieros españoles», recuerda Silva, quien subraya también que en Larache «los españoles comenzaron a aplicar técnicas modernas en la explotación de sus recursos agrícolas». Pero no sólo quedan en tierra africana vestigios visibles. «Muchas personas que regresaron a España se trajeron innumerables recuerdos de todos estos lugares», por lo que en la distancia también se mantienen los nexos de unión entre ambos países.

Las personas, en definitiva, son las que dan vida a las ciudades y, en estos lugares, buena parte de sus pobladores provienen de España. «En los siglos XIV y XV Tetuán era una ciudad casi abandonada y se repobló con exiliados del Reino de Granada. En Xauen ocurrió algo similar, aunque con moriscos, que eran también españoles». Por tanto, Silva cree que «existe un aporte y un sustrato peninsular muy importante».

España fue una potencia colonial y ahora el debate sobre los territorios de ultramar está más candente que nunca, al hilo de los problemas de convivencia entre España y Gibraltar. Silva, no obstante, puntualiza que España fue potencia colonial «sui generis», puesto que «no implantó su ley en los territorios». «Ejerció en Marruecos un protectorado que duró 40 años, así que no se puede confundir con la colonización que llevaron a cabo otros países como Francia o Reino Unido». Sobre Gibraltar, Silva tiene sus dudas de si es «una colonia o un enclave estratégico». «La solución pasa por encontrar algún tipo de arreglo leal y honesto, aunque no sé si es posible porque Gibraltar tiene un puerto franco interesante que se gestiona mejor sin que nadie meta la mano ahí».

Las relaciones de vecindad entre España y Marruecos exigen «compromiso y conocimiento», según Silva, aunque estos dos factores «no se dan en la suficiente medida». «Ellos nos conocen mejor a nosotros que al revés», reconoce, puesto que «más de un millón de marroquíes viven en España y ellos, desde Marruecos, siguen la actualidad española». En cambio, los españoles «tenemos un conocimiento muy somero y turístico» del reino alauí. «Conocemos tres o cuatro sitios, pero Marruecos es mucho más», asegura.