Andalucía

Más, siempre más

La Razón
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Unos miles de agentes andaluces de la Policía Nacional y de la Guardia Civil se congregaron el pasado fin de semana en Sevilla para exigir la equiparación salarial con los cuerpos policiales autonómicos. Durante el trayecto de la comitiva, que comenzó en la sede del Parlamento para finalizar en la de la Delegación del Gobierno, un ciudadano despistado preguntó qué demandaba la manifestación a un viandante. «Más», respondió el otro resumidamente. Aunque todavía no hay unanimidad sobre si la crisis ha finalizado, hay gremios que consideran periclitado el periodo de vacas flacas, sobre todo si tal aserto repercute en sus carteras. Y, si están ya gordas, ¿a qué esperar para cocinar una parrillada? En ésas, en soplar las brasas aún en ascuas, están las voraces regiones de España, en tanto hacen sus cuentas a cuento de la financiación autonómica, y en eso mismo están los sindicatos, que negocian «el regreso de los derechos perdidos» durante la etapa de recortes. El filósofo italiano Norberto Bobbio, que no era precisamente un pensador neoliberal, dejó escrita una frase que ha quedado para los anales de la controversia: hay derechos que son caros y hay derechos que son carísimos. Cuando el debate se centra en la recuperación de derechos, lo fácil es pedir más. Siempre más. Ante eso, los gobiernos, que son los que parten y reparten los dineros, han de hacerse la pregunta básica. ¿De qué casilla quitamos para poner en esa otra casilla? Los recursos de los que dispone un Estado son finitos. Los ingresos son los que son. Pero siempre se exige más. Todos. La revolución llegará el día en que una manifestación de altruistas pida más recursos para destinar, quién sabe, a las pensiones o la investigación, a la Educación o a incentivar la natalidad...